26 de marzo de 2018
alcalorpolitico.com
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twitter: HELÍHERRERA.ES
Si de suyo el abstencionismo es, en todas las elecciones, el enemigo a vencer, en nada ayudan a combatirlo las trampas que los presuntos candidatos independientes a la Presidencia de la República hicieron para acumular las 866 mil firmas, repartidas en 17 estados del país que, como requisito, les exige el Instituto Nacional Electoral para lograr su cometido.
Sucede que Jaime Rodríguez Calderón, el bronco, reunió 388 mil firmas de ciudadanos no válidos, es decir, de credenciales apócrifas que se las detectaron las autoridades electorales y por ello, su nombre no estará en la boleta electoral.
Armando Ríos Piter, el senador por el Estado de Guerrero que también se inscribió para competir como candidato independiente hizo trampa, nada más y nada menos que con 900 mil firmas, más de las que le pedían para registrarse, en un acto deleznable para alguien que critica al sistema de partidos políticos nacionales, a quienes venía acusando de marrulleros y termina siendo peor que ellos.
Pero la que, hasta el momento, de acuerdo al dictamen emitido por el INE la semana pasada, si estará en la boleta electoral del primero de julio, la ex primera dama Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón Hinojosa, tampoco escapó a las trapacerías y recolectó 219 mil firmas de ciudadanos que no correspondían a la credencial de elector.
¿Es válido que a pesar de haber violado la ley electoral Margarita Zavala compita, en un marco de legalidad, como candidata a la primera magistratura, a pesar de que la propia autoridad encargada de otorgarle el registro, esté dando fe de haber violado tanto las normas legales como las morales?
¿Con qué cara puede salir a la campaña electoral a decirle a los millones de mexicanos, que ella es distinta a los partidos políticos, a quienes acusa de deshonestos, si ella también lo es, y no sabemos si con mayor gravedad que los otros?
Ya hay voces populares de distintos sectores de la sociedad que exigen no solo que se le niegue a ella también el registro, por tramposa y presunta responsable de algún delito electoral, sino que se le de vista de todas estas ilegalidades a las autoridades correspondientes, para que le finquen, no solo a ella, sino a los otros dos también, responsabilidad penal si se encuadra, como se vislumbra.
Tanto el Instituto Nacional Electoral, como el Tribunal Federal Electoral (quien recibirá estas quejas en los próximos días), deben emitir una sentencia que sea apegada a derecho, y que siente un precedente, pues de lo contrario será una clara invitación tanto a los partidos políticos como a los candidatos independientes para que violen las leyes, total, no pasa nada y logran sus objetivos.
Hacerlo generará confianza entre el electorado, dado que sería como una invitación de los responsables de esta elección para que acudan a las urnas la ciudadanía, y de esa forma lograr que asistan a votar arriba del 50% y así legitimen el proceso, que a cómo va, dará sorpresas.
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Si de suyo el abstencionismo es, en todas las elecciones, el enemigo a vencer, en nada ayudan a combatirlo las trampas que los presuntos candidatos independientes a la Presidencia de la República hicieron para acumular las 866 mil firmas, repartidas en 17 estados del país que, como requisito, les exige el Instituto Nacional Electoral para lograr su cometido.
Sucede que Jaime Rodríguez Calderón, el bronco, reunió 388 mil firmas de ciudadanos no válidos, es decir, de credenciales apócrifas que se las detectaron las autoridades electorales y por ello, su nombre no estará en la boleta electoral.
Armando Ríos Piter, el senador por el Estado de Guerrero que también se inscribió para competir como candidato independiente hizo trampa, nada más y nada menos que con 900 mil firmas, más de las que le pedían para registrarse, en un acto deleznable para alguien que critica al sistema de partidos políticos nacionales, a quienes venía acusando de marrulleros y termina siendo peor que ellos.
Pero la que, hasta el momento, de acuerdo al dictamen emitido por el INE la semana pasada, si estará en la boleta electoral del primero de julio, la ex primera dama Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón Hinojosa, tampoco escapó a las trapacerías y recolectó 219 mil firmas de ciudadanos que no correspondían a la credencial de elector.
¿Es válido que a pesar de haber violado la ley electoral Margarita Zavala compita, en un marco de legalidad, como candidata a la primera magistratura, a pesar de que la propia autoridad encargada de otorgarle el registro, esté dando fe de haber violado tanto las normas legales como las morales?
¿Con qué cara puede salir a la campaña electoral a decirle a los millones de mexicanos, que ella es distinta a los partidos políticos, a quienes acusa de deshonestos, si ella también lo es, y no sabemos si con mayor gravedad que los otros?
Ya hay voces populares de distintos sectores de la sociedad que exigen no solo que se le niegue a ella también el registro, por tramposa y presunta responsable de algún delito electoral, sino que se le de vista de todas estas ilegalidades a las autoridades correspondientes, para que le finquen, no solo a ella, sino a los otros dos también, responsabilidad penal si se encuadra, como se vislumbra.
Tanto el Instituto Nacional Electoral, como el Tribunal Federal Electoral (quien recibirá estas quejas en los próximos días), deben emitir una sentencia que sea apegada a derecho, y que siente un precedente, pues de lo contrario será una clara invitación tanto a los partidos políticos como a los candidatos independientes para que violen las leyes, total, no pasa nada y logran sus objetivos.
Hacerlo generará confianza entre el electorado, dado que sería como una invitación de los responsables de esta elección para que acudan a las urnas la ciudadanía, y de esa forma lograr que asistan a votar arriba del 50% y así legitimen el proceso, que a cómo va, dará sorpresas.