icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Trinchera Final
Afortunadamente falta menos...
Jenaro del Ángel Amador
28 de marzo de 2018
alcalorpolitico.com
1.- Y sí en efecto; por más que uno se esfuerza para no tocar temas relacionados con MALO <<AMLO para sus amigos>>, su expansiva verborrea chistosa y exabruptos políticos, lo invade todo.
 
Afortunadamente ya el domingo se iniciará la campaña en forma y todo lo que en ella diga será usado en su contra, y si como dicen los abogados litigantes, si acusa, tendrá la carga de la prueba, no importa que sea campaña política porque ya está bien que se acuse con impunidad a personas que el delito que se les carga es que no han cometido delito alguno.
 
Alguien debe poner orden en este país.
 

2.- Hay dos perlas que algunos lectores y electores deben conocer, imputadas por dos periodistas de reconocida honorabilidad y equidad periodística.
 
Primero: Pablo Hiriart en su columna Uso de Razón, razona, valga la redundancia, el resbalón oficioso del Consejo Consultivo Empresarial, al que nos referimos ayer respecto a su papel en el asunto del NAICM. Esto apuntó ayer:
 
La instalación de una mesa de diálogo entre el sector privado y candidatos presidenciales para debatir la viabilidad del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, es darle a López Obrador un trato de presidente sin haber ganado las elecciones.
 

Esa mesa de diálogo es para discutir la propuesta de AMLO de cancelar la construcción del aeropuerto y hacer uno pequeñito en la base de Santa Lucía.
 
Los empresarios tienen todo el derecho a discutir las propuestas de quien sea, pero una mesa de diálogo, aunque sea con “carácter informativo” –como matizó el CCE–, es darle a López Obrador una investidura que no tiene.
 
Aún no empiezan las campañas y los empresarios parecen dar por hecho que AMLO va a ganar y le piden diálogo sobre una de sus propuestas que son nocivas.
 

Con esa lógica, de una vez discutan con él la reforma energética, la educativa y la reelección.
 
Por más puntero que sea, las campañas aún no empiezan. La política da muchas vueltas y del plato a la boca se caen los triunfos que se creían “amarrados”.
 
Que le pregunten al propio López Obrador cómo le fue en 2006 cuando la tenía en la bolsa, se había imaginado en qué ala de Palacio Nacional le harían su dormitorio, su sala y su cocina. Y se le cayó.
 

Cabe una mesa de diálogo en el hipotético caso de que gane las elecciones. Cuando sea presidente, si es que lo logra. Pero, ¿antes?
 
Si llegara a ganar la presidencia, que venga la mesa de diálogo, a ver qué tan abierto está a escuchar razones distintas a las que le dicta su voz interior, que hasta de aeronáutica cree saber.
 
Ese proyecto es fundamental para el país, su conexión con el mundo, la movilidad, el comercio exterior, el turismo.
 

Y porque un candidato presidencial dice que lo va a cancelar, los empresarios, en lugar de contradecirlo y pedir que no voten por él, pues sus propuestas son una locura, le instalan una mesa de diálogo.
 
Si así de firmes son ahora que apenas es candidato y ni siquiera han iniciado las campañas, es fácil imaginar su debilidad para encarar a un presidente sin respeto por la economía abierta, la propiedad privada, la separación de poderes, la autonomía universitaria y del Banco de México.
 
El costo del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México será de poco más de 200 mil millones de pesos.
 

Tal cantidad es similar a lo que costaría una sola de las refinerías de López Obrador en caso de ganar la presidencia.
 
Con una gran diferencia: el costo de las refinerías, que no alterarán los precios de la gasolina y el diésel, pues son internacionales, lo pagaría completo el gobierno.
 
El nuevo aeropuerto, en cambio, es financiado en 70 por ciento por inversionistas privados y son los usuarios los que pagan la construcción a través de la tarifa de uso de aeropuerto.
 

López Obrador quiere poner en las mismas pistas y espacio aéreo a aviones militares y a la aviación comercial. A esa locura no se le instala una mesa de diálogo, se le dice no.
 
De paso quiere tirar a la basura la inversión ya realizada, los contratos que ya están licitados (74 por ciento) y los 70 mil empleos que va a generar sólo este año.
 
¿Mesa de diálogo a un candidato que quiere cometer semejante barbaridad?
 

La pérdida económica en caso de no construirse el nuevo aeropuerto donde ya está planeado y la mayoría de los contratos licitados, sería de 120 mil millones de pesos.
 
A ese tipo de ocurrencias se les dice no y punto.
 
Salvo que quien lo proponga sea el presidente de la República.
 

Y AMLO no lo es.- El Financiero.-
 
3.- El otro razonamiento ahora que todavía hay tiempo:
 
Ayer escribió Angel Verdugo, un moderado analista político, en Excélsior
 

De ganar López, ¿en verdad piensa que nos iría mejor?
Economía sin lágrimas.-
 
ÁNGEL VERDUGO
 
Una de las motivaciones que lleva al elector promedio a votar por uno u otro candidato o por este partido o por aquél, es la esperanza o la ilusión —por si prefiere esta última palabra sobre aquélla— de que con el que ha elegido le irá mejor que con cualquiera de los demás.

 
Sin embargo, ¿qué sucede cuando ese elector —que piensa votar por un candidato que genera en él la esperanza de una vida mejor— está equivocado y no tiene plena conciencia de su error por razones de índole diversa? ¿Qué hacer ante su decisión manifiesta, la cual, no lo pongo en duda, está debidamente sustentada en su buena fe y sinceridad, a la vez que en el desconocimiento prácticamente total de todo lo relacionado con la economía y el crecimiento?
 
¿Deberíamos, pregunto, respetarla y nada hacer, aun cuando sepamos que el candidato por el cual él piensa votar ignora lo más elemental de una gobernación responsable y, por supuesto, de todo lo que sustenta e impulsa el crecimiento económico, entre otras muchas cuestiones relacionadas con gobernar un país en el mundo actual de la globalidad y la interdependencia económica y política?
 
En aras de respetar de manera irrestricta —fruto de una convencida cultura democrática—, ¿deberíamos mantenernos al margen, sin tomar en cuenta los daños inmensos que con su gobernación causaría el candidato que ese elector apoyaría? ¿Estaríamos aquí entonces, ante una situación donde el bien mayor —fortalecer la democracia— generaría un mal mayor, no únicamente al país, sino de inmediato y de manera directa a los que habrían llevado a ese candidato a la victoria?

 
¿Qué hacer, entonces, ante una situación como la que describo en párrafos anteriores? Si bien para algunos estaría más que justificado actuar al margen de la ley y tomar medidas extremas para impedir que el candidato mencionado obtuviere la victoria, pienso que sería contraproducente porque, ¿qué democracia estaríamos promoviendo y defendiendo si partiéremos de la violación consciente de la ley?
 
Por encima de las dificultades que representaría una victoria este 1° de julio del que ignora todo de una gobernación responsable, soy de la idea, primero, que todo lo que se haga para impedir su victoria debe estar en todo momento dentro de la legalidad y, segundo, no es la violencia, en cualquiera de sus presentaciones, solución alguna al problema que he planteado.
 
¿Qué nos quedaría entonces? Lo que la misma democracia hace posible y estimula: Las ideas y su difusión; las ideas y su debido sustento frente a la demagogia y las mentiras en temas tan importantes como la salud de las finanzas públicas, y el uso responsable y eficiente de los recursos siempre escasos. En pocas palabras, el único recurso que la misma democracia nos entrega, es aquél que podríamos resumir en la conocida expresión: Convencer para vencer.

 
¿Quedaría tiempo para intentar convencer a millones —de los que ciega y acrítica, pero honradamente afirman que ya han decidido entregar su voto a dicho candidato—? ¿Convencerlos de que ese candidato es hoy, más que en las dos elecciones en las cuales ha sido derrotado, un verdadero peligro para la estabilidad económica y política?
 
Pienso que, al margen de si quedare o no tiempo, debe hacerse el esfuerzo por convencer; hay que ofrecer argumentos debidamente sustentados para que quien piense que lo prometido por López es viable de concretarse, se den cuenta que eso es imposible sin poner en riesgo la estabilidad alcanzada a costa de grandes sacrificios de millones, y de un precio altísimo por las erróneas políticas públicas de no pocos gobiernos anteriores al de Vicente Fox y del actual.
 
No subestimemos la capacidad del elector; expliquemos, demos argumentos y datos para que el elector saque sus propias conclusiones. En pocas palabras, exhibamos objetivamente la demagogia e ignorancia de ese candidato.

 
4.- Y Pepe Yunes? ¿Romperá el silencio en que se ha sumergido, al iniciarse la campaña? En la austeridad de sus palabras y sus acciones, no debe ni puede relegar a los electores al fatalismo del destino manifiesto que apunta en las nubes, que un moreno ya festeja un triunfo que no ha obtenido.
 
Aún hay tiempo.
 
P.D.- La goleada de la furia Roja a la humillada Argentina por 6-1, borra de un plumazo la caída de los tricolores ante la también Roja, pero chilena. Pero mal de muchos, consuelo de pen..jos. Juego amistoso y juego oficial, la diferencia…pero goleada al fín…