Esta semana volví a pensar en Javier Duarte de Ochoa. Buscaba información sobre otros asuntos menos turbios y me encontré una foto suya: un hombre rechoncho y malencarado al que un policía guatemalteco le está poniendo – o quitando – unas esposas en julio del año pasado.
 
Y después ví la noticia de que la Procuraduría General de la República entregó al gobierno de Veracruz cuatro apartamentos cuya propiedad se atribuye al ex gobernador. No entendí muy bien que pasó y me quedé con la impresión de que todo este aparato mediático ayuda al detenido en vez de hundirlo.
 
Hay – según la Procuraduría General de la República – ochenta y dos pruebas de que el presunto malandrín dirigía una organización (treinta y ocho empresas fantasma en Veracruz, Campeche, la ciudad de México y Estados Unidos) que desvió cerca de mil setecientos millones de pesos durante su mandato, aunque muchos opinan que fue mucho más. Es lo que hay.
 

Según las cifras oficiales del gobierno de Veracruz, hasta octubre del año pasado se habían recuperado – en efectivo y en especie – mil doscientos millones de pesos del dinero que desapareció cuando el ahora reo era gobernador, y algunos de sus presuntos cómplices devolvieron parte de lo perdido para evadir la acción de la justicia. Sin someterse a juicio.
 
Ya van casi dos años de noticias sobre decomisos de ranchos, de caballos, de bodegas con todo tipo de objetos, y de cuentas bancarias de Duarte de Ochoa. Pero hasta el momento no ha terminado el juicio al ex mandatario, acusado de delincuencia organizada y de operaciones con recursos de procedencia ilícita, por lo que en estricto derecho no se ha demostrado su culpabilidad y nadie puede disponer de los bienes incautados en este caso.
 
Sólo un juez – ninguna otra persona – puede decidir la situación legal del reo y de los bienes que se le hayan intervenido. En todo caso, la custodia de esos bienes es asunto del Servicio de Enajenación y Administración de Bienes (aunque el cuidado del dinero en cuentas y efectivo correspondería a Hacienda, y el de obras de arte a Educación Pública) y no de la PGR ni del gobierno de Veracruz ni de nadie más. De nadie más.
 

Tres preguntas municipales
 
¿Quién se toma la molestia y asume el gasto de mandar a hacer mantas para atacar al alcalde Hipólito Rodríguez por lo que sea? ¿Antes de Morena no había baches, ni basura, ni inseguridad, ni desabasto de agua ni manifestaciones en Xalapa? ¿Cuándo se sabrá cómo afecta el basurero de Xalapa el aire, el suelo, el subsuelo, los cuerpos de agua y la salud de los xalapeños?
 
Pitol
 

Murió Sergio Pitol. El mundo es ahora un poco menos...