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Columnas y artículos de opinión
Televisa se alinea
Helí Herrera Hernández
7 de mayo de 2018
alcalorpolitico.com
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twitter; HELÍHERRERA.es
 
Sin el ánimo de generar una polémica con los seguidores de don Andrés Manuel López Obrador, algo tenemos que afirmar después del primer debate: Lo perdió. Quizás porque le hizo caso a sus asesores de no engancharse con los ataques que le verterían sus adversarios, quizás porque si contestaba que, en efecto, en la página 33 del libro Fobaproa, expediente abierto escribió que Alfonso Romo, su coordinador de la campaña y anunciado Jefe de Gabinete, era un corrupto, beneficiado por el FOBAPROA, es cierto, y tal reconocimiento lo fotografiaría como inconsistente y oportunista. “Mientras no están conmigo son de la mafia del poder, ya conmigo son gente progresista, demócratas y patriotas”.
 
Haya sido por una u otra causa, sus prolongados silencios dieron pie para que los expertos en estos menesteres, más la gran mayoría de los televidentes que siguieron el debate lo hayan calificado como el gran perdedor, razón por la cual su equipo modificó su estrategia, de una que marcaba la agenda diaria que arrastraba a Meade y Anaya, a otra contestataria y justificadora del porqué no contestó las interrogantes de sus pares. Así, las redes sociales, principalmente, fueron avasalladas por sus simpatizantes para, desde su punto de vista, defenderlo, contraatacando, no desmintiendo lo acusado, lo señalado, sino poniendo el “le echaron montón” por liderar las encuestas, como único argumento a todos los señalamientos.

 
Lo acepten o no lo cierto es que AMLO perdió el debate y tal derrota empezó ya a reflejarse en las encuestas serias, no prendiendo, habrá que reconocerlo, los focos rojos, pero sí el amarillo preventivo dado que Ricardo Anaya está subiendo, independientemente de ser cierto o no las pláticas con una parte del burocrático PRI que plantean el llamado voto útil tricolor a favor del panista.
 
Así, la corriente amloista ya cambió táctica y estrategia. Por un lado, la pelea cuerpo a cuerpo en todas las redes sociales, cumpliendo la instrucción que dio el de Macuspana en un aeropuerto, donde esperaba su vuelo, de no dejar de contestar cualquier señalamiento en su contra, con o sin argumentos, pero recurriendo al “si estas con AMLO eres patriota”, si no “eres un traidor al pueblo de México y corrupto”.
 
Por otro lado, están recurriendo a sus nuevos aliados, los otrora enemigos, miembros de la mafia del poder en las campañas de 2006 y 2012, por ejemplo TELEVISA, quien le abrió su puerta principal, en horario triple A, para que con empleados de esa empresa, cumplidores siempre de las instrucciones del magnate Emilio Azcárraga Jean, con una suave entrevista en 3er grado, lo dejaran que hablara de lo que quisiera, tratara a los periodistas inquisidores (antes con él y hoy con sus adversarios), como quiso, marcando pautas, tiempos y regaños al periodista que quiso, como fue el caso con Joaquín López Dóriga.

 
¿Dónde quedó aquel Carlos Loret, Joaquín López o Denise Merker que interrumpen al entrevistado, que lo cuestionan con severidad, y que los cortan cuando ellos lo determinan?
 
Irreconocibles todos ellos. AMLO se dio el lujo de levantarles la voz cuando quiso y con quien quiso, aceptándolo, inclusive, en el caso del ex conductor del noticiario estelar del canal de las estrellas. Así, las insuficiencias del debate le permitieron en ese espacio superarlos. Los prolongados silencios del pasado debate remontarlos con micrófono abierto sin interrupción alguna. Ninguna pregunta incomoda que lo hiciera resbalarse, tropezarse porque el fin que perseguía TELEVISA era que don Andrés Manuel se luciera, que brillara, a tal grado que René Delgado le dio pauta para que se comparara a los héroes nacionales, promotores de las tres grandes transformaciones que ha tenido México.
 
¡Mejor imposible! Una televisión alineada, acomodada. Unos periodistas huraños, dóciles. Un candidato tierno, a quien sólo le faltó dar un manotazo en la mesa, chasquear los dedos o el látigo, para demostrar en esa “fábrica de sueños” como la bautizara el hijo del tigre Azcárraga, quien manda, quien es el nuevo jefe nacional de esa empresa que hasta ayer, pertenecía a la mafia del poder.