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Columnas y artículos de opinión
El Tío Lolo
Luciano Blanco González
8 de junio de 2018
alcalorpolitico.com
Si el procedimiento para elegir Presidente de la República fuera público sin engorrosos padrones a mano alzada o si fuera por aclamación o, lo que es más, si se realizaran mediante los procedimientos de auscultación o encuestas a modo de quien las patrocina, no tengo duda de que el próximo Presidente sería Andrés Manuel López Obrador.
 
¿Por qué? Porque los morenos tienen tiempo para todo, para salir a la calle, para ir a las concentraciones, para gritar, echar bravatas y porras, para abandonar sus centros de trabajo, el hogar, la escuela e irse a las manifestaciones a la hora que sea, bloquear carreteras, tomar casetas oficinas y organizar plantones.
 
Todo esto “sin que nadie les pague y sin que nadie los acarree” en su organización no hay tortas, no hay refrescos, no hay café y galletitas, los alimenta la emoción de sacar adelante a su candidato a costa de los sacrificios que sea, a pesar de que gran número de ellos son desempleados, los mueve la irritación que todos experimentamos con las agrias denuncias que hace su líder sobre la corrupción y sobre la mala utilización del gasto público.
 

La verdad no interesa, el futuro no importa, no hay nada que perder, para que queremos empleos si no queremos trabajar, si el líder va a encauzar una política social que los va a beneficiar a todos, seguro del desempleo, programa alimenticio contra el hambre, sueldo a todos los jóvenes, pase automático a las universidades y tecnológicos, pensión universal a todos nosotros los mayores de 65 años, pensión y ayuda a todas las viudas y dejadas o madres solteras, becas para todos los estudiantes, para bajar el costo de la luz y de la gasolina a lo mejor le quita la gasolina a los petroleros y hace que los electricistas paguen la luz. A lo mejor les rompe el eje a los odiosos banqueros para vengarnos de tanto agravio y de paso corre a las cadenas de comercios extranjeros que lucran con el pueblo de México.
 
Para qué queremos el avión presidencial, sólo para que el jerarca vaya a darse su taco al extranjero, que viaje como el tal Mouriño que era Secretario de Gobernación y en plena Ciudad de México le tumbaron el avión, para qué queremos el aeropuerto internacional si nosotros no viajamos en avión, ese va a servir para que los riquillos del país y del extranjero viajen cómodamente por todo el mundo.
 
Para qué queremos magistrados, jueces y tribunales que sólo sirven al mejor postor a pesar de los sueldos millonarios que perciben, al pobre nunca le dan la razón porque no tiene dinero para pagar. Andrés les va a bajar el sueldo a todos para que sientan lo que sentimos nosotros que no ganamos ni el salario mínimo y va a correr a todos los funcionarios ratas, va a hacer una limpia general, ya verán, va a poner a los gobernadores en su lugar y va a poner a trabajar a los senadores y diputados. Todos estos disparates y fantasías populares que se repiten una y otra vez de boca a oído entre las multitudes, son las que las motivan a adoptar actitudes irreflexivas y radicales que hacen que gran parte de la población se sienta ya en el filo de la navaja o al borde del precipicio.
 

Estos son los juicios severos de un segmento de la población sumamente irritada por los vicios y abusos de la administración pública, del dispendio de los partidos políticos y de la demagogia y ataques de sus candidatos que a ellos, cual monstruo traga basura, cada nuevo vituperio parece nutrirlos y fortalecerlos en lugar de desgastarlos.
 
A su candidato, aunque sea peor, le perdonan todo y le celebran la virtud que tiene de escurrir con chistes y graciosidades cualquier cuestionamiento o ataque de la magnitud que sea replegándose a lo suyo, a lo que verdaderamente le interesa que es el empoderamiento.
 
Al margen de este conglomerado social existe una auténtica mayoría silenciosa y reflexiva que sí cree en el futuro, a quien sí le interesa la verdad, que no tiene tiempo para andar en concentraciones, que tiene que cuidar su trabajo, su hogar, sus hijos, su patrimonio y a quien le inquietan más que nada, las peligrosas alianzas que Andrés ha hecho con las fuerzas más negativas del país, al promover y sustentar lo que se considera una grave regresión en materia educativa al privilegiar el desmán, el desorden, y la anarquía de una minoría de maestros que se resisten a la reforma educativa y que con su escándalo y desplantes son los mejores propagandistas de esta nefasta corriente que canjea por votos los privilegios de la holganza y de la falta de compromiso con la educación.
 

Esa mayoría también vive temerosa y confusa ante las promesas de Andrés de otorgar una amnistía a toda la delincuencia para que de llegar a la Presidencia de la República, aplique a todos aquellos infractores a quienes el Estado Mexicano combate, principalmente a los miembros de las grandes corporaciones de delincuentes que se dedican al narcotráfico, la extorsión, el robo, el crimen organizado, la desaparición forzada, el huachicoleo, el robo a trenes y otros delitos graves a los que se atribuye el costeo de las campañas y el engrosamiento de las filas de Morena, tanto en la Presidencia como en las gubernaturas senadurías y diputaciones, pues hay que reconocer que forman gran parte de la población, tantos que el gobierno lleva diez años combatiéndolos y no parece que hayan disminuido, por el contrario, ahora pueblos enteros que viven del cultivo de amapola y mariguana, del robo de gasolina y diesel así como los beneficiarios de los productos del asalto a los ferrocarriles y un amplio segmento de narcomenudistas sus familias y sus clientes, combaten a las fuerzas armadas y se forman en las filas de Morena, ellos con sus recursos humanos y monetarios son los autores de la propaganda masiva y serán los comandos que se sobrepondrán a la misma autoridad el día de las elecciones o serán los que después del primero de julio, sean causa de una violencia atroz, tendiente a anular las elecciones y a no reconocer los triunfos donde gane la oposición a ellos, con el fin de anularlas.
 
La hotelería, la industria restaurantera, productores de alimentos, empresarios del transporte terrestre y miles de familias que viven del turismo, como arrendadores, valets, cocineros, recamareras, administradores, artistas, taquilleros, meseras, artesanos, comerciantes y hombres de negocios ven con preocupación la posición absurda de detener el progreso y no mirar en perspectiva el futuro económico del país, al tratar de impedir la construcción del aeropuerto de la ciudad de México que posibilitará un desarrollo económico sin precedentes, si hoy nos visitan 40 millones de habitantes de otros países que vienen a consumir bienes y servicios y a gastar en satisfactores, ese número crecería enormemente posibilitando la inversión y la creación masiva de empleos.
 
Esa sociedad que durante los barullos políticos, se queda a desempeñar su jornada en el hogar, en la fábrica, en la oficina, en el comercio, en el rancho, en la escuela, puede ser la que el primero de julio de un viraje substancial a quemar el arroz que presumiblemente ya se coció, pero que sigue en la lumbre. La mayoría de ellos y del pueblo de México no va a votar por Morena, desafortunadamente aun cuando sea mayoría, su voto lo va a pulverizar votando por 2 fuerzas que se identifican por su tradicionalismo (PAN y PRI), pero que representan intereses de grupos distintos. Y porque líderes y candidatos viven un tozudo enfrentamiento y adolecen de la falta de voluntad y de capacidad para concertar pensando en México y sus instituciones sostienen una lucha cerrada por el segundo lugar en las preferencias. Cuando un segundo lugar no sirve para nada. Si no hay unidad es posible que en las urnas la mayoría con su voto les diga quédense con su segundo y tercer lugar, mientras Andrés tendrá motivo suficiente para carcajearse.
 

En la lógica de la alternancia si se unieran PRI y PAN, para conformar un auténtico gobierno de coalición, en esta ocasión le tocaría encabezar el gobierno al PAN, porque el PRI está en el poder jugando con un buen candidato como es José Antonio Meade, pero éste carga con un pesadísimo lastre que sus gobernadores corruptos han propiciado con sus conductas rapaces irritando la conciencia de toda la sociedad con increíbles saqueos.
 
Lástima que el PAN tenga en Ricardo Anaya a un candidato tan antipático, que se la pasa bravuconeando al PRI y hostigando a la figura presidencial, por lo que se ha vuelto odioso para los priistas y para la sociedad, por ello está condenado a que en la elección quede reducido a su burbuja azul sin crecer, Anaya está perdiendo la gran oportunidad de ser Presidente, porque aun con sus vituperios contra Peña, a los hombres del sistema, no les interesa quien lo conserve, sino que a pesar de Peña, se conserve.
 
De ahí que de ser cierto lo de las encuestas y nada se hace para unir las fuerzas, Meade y Anaya, recorren el país y piden el voto emulando al “Tio Lolo” que según el dicho popular, se hacía pendejo solo, ya sabía que estaba derrotado, no tenía ninguna posibilidad de remontar, pero esperaba estar equivocado y esperaba un milagro, un golpe de timón que le hiciera triunfar y salir adelante.
 

En Veracruz las cosas pintan diferente, buenas campañas, buenos candidatos que han logrado captar el interés de la opinión pública. Cuitláhuac no parece haber asimilado la experiencia de haber sido ya candidato a Gobernador y se pierde en los mismos errores, sin planteamientos, sin personalidad, resbalándose constantemente, sin darse cuenta de que él, es diferente a su tutor y dedicándose a tirarle de pedradas al Gobernador, único detalle que no hizo con Duarte en la pasada campaña, cuando Duarte ya estaba débil y el Gobernador Yunes le hacia la talacha atacando al PRI y al Gobernador Duarte.
 
Por su parte el licenciado José Francisco Yunes Zorrilla apresura el paso sin descanso, tratando de recuperar el largo trecho que sus oponentes llevan recorrido, pues mientras él libraba una desgastante lucha interna, sus oponentes ya eran virtuales candidatos que inteligentemente captaban un gran número de dirigentes inconformes, desmantelando la estructura política del PRI, que ahora lamentablemente es muy difícil de reconstruir.
 
El que no se queda atrás y nada le hacen los arañazos que le llueven de todas partes, es el licenciado Miguel Ángel Yunes Márquez, que está en lo suyo, acrecentando cada día la estructura electoral que lo sacará adelante, con su trabajo de sumar liderazgos y simpatizantes lo mismo debilita a Morena que al PRI.
 

En fin, bendita democracia que nos permite el sagrado derecho de acertar o equivocarnos al momento de votar, sin tener que echarle la culpa o darle explicaciones a nadie, sin el temor de ser perseguidos o a sufrir represalias de ninguna índole. Porque el voto es el ejercicio más puro de la libertad, sólo la conciencia guía nuestra mano en el momento decisivo, ahí frente a la boleta podemos tragar sapos y culebras si guiados por el deber moral tenemos que votar por quien no queramos, pero representa la solución a los grandes problemas o bien elevar nuestras oraciones al santísimo señor para que pensando en México, en uno mismo, en los hijos y la familia tachemos la que nos parezca la mejor opción.
 
En este ejercicio de libertad, aprovecho la oportunidad para enviar el más cálido reconocimiento a todos aquellos comunicadores que el día de ayer celebraron el día de la Libertad de Expresión, hacer acopio de esta libertad es exponerse a los más graves riesgos, hablar a favor o en contra lleva consigo un flujo y reflujo de humores dulces y amargos, pues en la palabra hay tal fuerza, que el verbo enerva de alegría al que recibe los aplausos como su adversario experimenta la sensación de un golpe por referirte positivamente a tu oponente.
 
Pero exponerse por difundir la verdad y sólo la verdad, es una acción que vale la pena y conste que hay muchos comunicadores comprometidos con ella de tal manera que lo arriesgan todo para proclamarla y defenderla, mi más cálido reconocimiento al maestro Joaquín Rosas Garcés, un verdadero adalid en este supremo arte, estoy seguro que así será todo el tiempo. Secula Seculorum.- Por el bien de la causa.
 

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