icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
La democracia no es una ciencia exacta
Miguel Molina
14 de junio de 2018
alcalorpolitico.com
Hay libros – o música o películas o cuadros o personas – a las que uno vuelve una y otra vez en busca de solaz, para pensar en cosas más y menos serias, o nomás por el gusto de hacerlo. Todo eso me pasa con el Diálogo en el Infierno Entre Maquiavelo y Montesquieu, que escribió el abogado y soldado Maurice Joly hace más de ciento cincuenta años, y que descubrí entre los libros de la casa cuando el mundo era joven.
 
El texto reproduce una conversación entre el barón de Montesquieu (condenado al infierno por su apoyo a la democracia republicana) y Maquiavelo (condenado por apoyar a déspotas y usurpadores). Hablan sobre la vida pública, sobre el poder que la maneja, sobre los pueblos que la viven, sobre la prensa que la retrata y sobre las leyes que la rigen.
 
Uno sabía porque había pensado, y otro sabía porque había visto y hecho, sobre la vida pública. El francés, que propuso la separación de poderes, argumenta desde la esperanza; el florentino habla con la voz de la experiencia. Y el lector aprende, porque siglo y medio después sigue ofreciendo respuestas a quienes buscan el espíritu de las leyes en la práctica política.
 

Esta vez me volvió a sorprender un párrafo del personaje Maquiavelo. Habla sobre la soberanía popular en un Estado que es todos los Estados y ninguno, antes y ahora. Por ejemplo:
 
"Por inevitable consecuencia, un día cualquiera el pueblo se adueñará de todos los poderes, dado el reconocimiento de que la soberanía reside en él. ¿Lo hará para conservarlos? No; al cabo de algunos días de locura, los abandonará en manos del primer soldado aventurero que encuentre en su camino".
 
Y más. El político florentino de ficción le dice al pensador francés de ficción que un día se entenderá que nadie, ni la mayoría, es perfecto:
 

"Desconocéis la inagotable cobardía de los pueblos; no me refiero a los de mi época sino a los de la vuestra: rastreros ante la fuerza, despiadados con el débil, incapaces de sobrellevar las dificultades de un régimen libre, pacientes hasta el martirio para con todas las violencias del despotismo audaz, destrozando los tronos en momentos de cólera y perdonando excesos a los amos que ellos mismos se dan...".
 
He ahí. Normalmente uno no se adentra en reflexiones profundas porque nadie sabe hasta dónde puede llegar, o porque sabe. En fin. Es primavera. Llueve en las mañanas o en las tardes, y cuando no llueve sale el sol. Como en Veracruz, donde hoy y en los próximos días habrá vientos de todas partes.
 
Como sea, parece que a estas alturas la suerte electoral ya está echada. Hasta los indecisos saben por quién van a votar, aunque no sepan bien por qué y aunque eso sea lo de menos: uno (nosotros, ellos, ustedes) tiene derecho a votar como mejor le parezca y tiene derecho a equivocarse porque la democracia no es una ciencia exacta y la soberanía popular no está libre de cometer errores.
 

Mucho de lo que pase el primero de julio – y los seis años que siguen, y los que siguen a esos, y así sucesivamente – depende de lo que haga cada uno con su voto y después de votar. Habrá que pensarlo bien y cuando menos desde ahora hasta el día de las elecciones. Que no le digan, que no le cuenten, porque a lo mejor le mienten.
 
Por ejemplo
 
Parece más que documentado y evidente que el gobierno del Estado favoreció a la empresa del dirigente panista Jesús Mancha Alarcón en varios concursos de obra pública. El político habría usado dos empresas suyas para dar la impresión de que había competencia en concursos de la secretaría de Infraestructura y Obras Públicas.
 

Por ejemplo, aunque todo indica que una de las empresas involucradas en el escándalo, Izal Inmobiliaria, se dedica a manejar bienes raíces, el gobierno del estado la contrató para hacer muros de contención y obras de reconstrucción de caminos en el municipio de Naranjal, no muy lejos de Córdoba. No se sabe más, pero hay contratos y otros documentos que cuentan esa y otras historias igualmente opacas. El portal de Izal Inmobiliaria está cerrado.
 
Y ninguna voz oficial dice nada. El Contralor de hoy bien puede convertirse en el indiciado de mañana...