1.- El presidente de la república Enrique Peña Nieto recibió ayer al ciudadano Andrés Manuel López Obrador, en la residencia presidencial de Los Pinos.
 
De lo que hablaron sólo dieron a conocer al público lo concerniente a la cosa pública; de lo que no dieron a conocer sólo ellos lo saben.
 
Pero una cosa queda clara:
 

1. Se acabó la “mafia del poder”
2. Fuera “el compló” del léxico político.
3. La corrupción quedó sepultada y las exequias fúnebres se inician el primero de diciembre del 2018.
4. Se inicia una nueva era.
 
2.- Desde el año de 1997 el Congreso de la Unión había desterrado la mayoría en sus Cámaras. Del primero de septiembre de este año, regresa triunfal, al servicio del nuevo partido en el poder: Morena.

 
Ya se verá de qué manera y en qué forma sirve a la sociedad nacional, y se desea que sea para bien, no para formar una nueva dinastía.
 
3.- El aún partido en el poder ha sido enviado a Terapia Intensiva a causa de las graves laceraciones que le han producido:
 
a) Enrique Ochoa Reza;

b) Aurelio Nuño Caso;
c) Luis Videgaray;
d) Miguel Angel Osorio Chong;
e) Eruviel Avila, y por encima de todos:
f) Enrique Peña Nieto.
 

Pero esto viene de lejos; En el PRI el presidente de la República siempre ha sido el jefe del mismo y tiene opinión preferente y decisiva en las decisiones, salvo la excepción del lapso del primero de diciembre del 2000 al 30 de noviembre del 2012, cuando fue echado del poder por el PAN.
 
4.- Pero los que quieran seguir manteniéndolo vivo debe adentrarse en la historia del Ave Fénix: Sacarlo de entre las cenizas de su mortal colapso; refundarlo o liquidarlo para acabarlo de una vez.
 
Y alejarlo, si deciden que viva, de quienes lo traicionaron desde adentro o de afuera: pero ya no será tarea de Peña Nieto que bien que sabe los nombres y apellidos de los traidores, comenzando por los de su tierra: Atlacomulco, banderilla que le clavó Morena al arrebatarles por primera vez en su historia, el mando municipal.
 

Para que quede claro.
 
5.- Veracruz tiene el mismo símil: Delegados que no funcionaron o no quisieron hacerlo; políticos que pidieron posiciones pero no las respaldaron y aun así estirarán la mano, a ver qué les dan.
 
Aunque lo justo sería premiarlos con el Limbo. Enviarlos allá donde ya no harán daño. Traicionaron una vez y dice el hechizo que lo harán siempre.
 

Las elecciones ya pasaron.
 
La reconstrucción del tejido social, dañado por insultos, diatribas y falacias, corresponde no sólo a los hombres del poder.
 
Toca a la sociedad toda que también participó en su deterioro.
 

Los conteos formales han concluido y las constancias de mayoría no serán suficientes para dar por terminado todo.
 
Quedan rescoldos, como los de Puebla, que harán necesaria la mano de la justicia electoral.
 
P.D. Mañana habrá un nuevo sol.