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Columnas y artículos de opinión
Austeridad Republicana
Luciano Blanco González
20 de julio de 2018
alcalorpolitico.com
La sacudida que le espera a México es de dimensiones insospechadas, pero indudablemente es urgente que se apliquen todas las medidas anunciadas por el próximo Presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien no tan sólo adelgazará la economía de todas las estructuras de gobierno, sino que también cimbrará todo el esquema caduco que actualmente constituyen las instituciones del Estado.
 
Podrá haber quien no esté de acuerdo con los históricos cambios que se avecinan, pero tienen que hacerse porque su ejecución obedece a una exigencia generalizada de la población, para atacar a fondo el dispendio, los excesos del gasto público y la mala costumbre de ver al gobierno como una posibilidad de tener un trabajo cómodo y bien pagado aunque esto sea a costa del sacrificio social que resiste estoicamente la presunción ostentosa de vestimenta, vehículos, mobiliario, y hasta de celulares que aunque sean herramientas de trabajo, hacen todos sus funcionarios.
 
La corrupción no es tan sólo esa percepción superficial que tenemos la mayoría, concibiéndola como el saqueo descarado o encubierto de los bienes públicos (Duarte) o el ejercicio de la extorsión o dádivas que se solicitan u otorgan para encubrir ilícitos o violar reglamentos (una multa con un agente de tránsito, a un policía, a un agente del ministerio público, un juez o un funcionario) u otorgar concesiones a cambio de dinero, o prestaciones en especie (regalos, comidas, borracheras, paseos, sexo, etc.) aquí también incluimos los beneficios gratuitos por parentesco o afecto a los compadres, amigos o cualquier otra forma que conlleve signos de influencia rompiendo el anhelado principio sagrado de la gente honrada y competitiva de igualdad de oportunidades, como la práctica de transgredir las normas reglamentarias de una licitación o concurso para favorecer a un poderoso.
 

La corrupción tiene muchas caras, la más ingrata y perversa que sufrimos resignadamente, se da cuando las conductas abusivas se enmarcan en la ley como legales, justificadas en supuestos que pretenden combatirlas como el aumento desproporcionado de las remuneraciones de los funcionarios públicos, supuestamente para que se alejen de la tentación de caer en actos de corrupción, creando con ello una clase exquisita que conforma en nuestro entorno un aparato burocrático privilegiado, que cual vacas sagradas son intocables, porque supuestamente están blindados por esa riqueza, purificadas porque el erario les asigna sueldos “decorosos” inalcanzables para el común de las personas y ofensivo en sí mismo para la nación.
 
Tal parece que la cultura de la honestidad no existe y que por esa razón tenemos que comprarla y pagarla a un muy alto precio, creeríamos por ejemplo que a un magistrado le pagamos bien para que sea honrado, lo hizo en su tiempo el ex Gobernador de Veracruz con los agentes de tránsito aumentándoles el salario para que ya no extorsionaran y con el tiempo manifestó alguna vez decepcionado, que lo que había sucedido es que con ello se volvió más cara la mordida.
 
Por eso es de celebrarse con coñac, con aguardiente o con la bendita agua.- esto es en todos los estratos.- la determinación de Andrés Manuel, para fijarse como remuneración, un máximo de 108 mil pesos mensuales, o sea un millón 296 mil pesos anuales que cobrará a partir del 1 de diciembre y que por disposición constitucional no podrá sobrepasar ya que ésta considera como tal a toda percepción en efectivo o en especie, incluyendo dietas, aguinaldos, gratificaciones, premios, recompensas, bonos, estímulos, comisiones, compensaciones y cualquier otra, con excepción de los apoyos y los gastos sujetos a comprobación que sean propios del desarrollo del trabajo y los gastos de viaje en actividades oficiales.
 

Pero lo trascendente de esta decisión es el contenido de la fracción II del artículo 127 constitucional que dispone: “Ningún servidor público podrá recibir remuneración, en términos de la fracción anterior, por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, mayor a la establecida para el Presidente de la República en el presupuesto correspondiente”
 
O sea que ningún funcionario público del próximo gabinete podrá percibir una remuneración mayor a 108.000.00 mensuales y en esta tabla quedan comprendidos: Los Secretarios de Estado, subsecretarios, directores generales, directores generales adjuntos, directores de área, directores ejecutivos, subdirectores, oficiales mayores, jefes de unidad, comisionados, coordinadores generales, coordinadores de asesores, gerentes hasta titulares de unidad que en la nómina actual suman más de 6000 puestos en las distintas dependencias federales.
 
Pero fuera de esos niveles, según el periódico Reforma, más de 22 mil 500 servidores públicos, en las diferentes dependencias de los 37 sectores del gobierno, tienen salarios superiores, con prestaciones incluidas, a los 108 mil pesos mensuales o al millón 296 mil pesos anuales que cobrará Andrés Manuel López Obrador.
 

Sobre el nuevo tabulador es indiscutible que los funcionarios que asuman sus puestos el día primero de diciembre lo harán convencidos de que están colaborando con el modelo de austeridad republicana y en nada afectará a los que ya se van, pero qué va a pasar con los Magistrados de La Suprema Corte que es un poder distinto al Ejecutivo o los organismos autónomos, que como tal son intocables, quizás Andrés Manuel tendrá que someterlos con la fuerza de la ley para que acepten las reducciones, o bien renunciar e irse a sus despachos en pos de mejores ingresos, como también es posible que veamos a los ministros litigando sus salarios en la Corte Latinoamericana.
 
Andrés Manuel contará con todo el apoyo del pueblo de México para corregir los abusos presupuestales de la Corte, no es posible que la institución judicial permanezca como una isla imperial, ajena a los cambios y al sentimiento público de la nación haciendo gala de riqueza y de brillo para impartir justicia, lo grave es que a ellos no se les puede aplicar la Austeridad Republicana de ganar menos que el Presidente, porque ellos, los magistrados electorales y consejeros de la Judicatura, están protegidos contra estas medidas en el artículo 94 de la Constitución, el cual señala que durante su encargo no les podrá ser disminuida su remuneración.
 
Aplicarles una ley drástica, también es contraproducente, pues reducir sus ingresos implicaría una reforma constitucional, pero esta obligaría al Estado a pagarles una pensión al ciento por ciento de su salario los primeros dos años posteriores al retiro y vitalicia de 80 por ciento, además de que con los recursos de los sub-ejercicios, que debían reintegrar a la Tesorería de la Federación, los ministros se pagan pensiones complementarias.
 

Están en un error quienes crean que en la Corte hay mentalidad revolucionaria, conciencia patriótica o solidaridad con la nación, no, no hay eso aunque hay que reconocer que sí hay calificados juristas entregados de tiempo completo a la impartición clara y transparente de la justicia aunque el precio que tiene que pagar el Estado sea alto, por motivos de la profesionalización permanente.
 
Y como no defender el jugoso filete que actualmente tienen asignado, en este país de 60 millones de pobres que no tienen ni para el refresco, mientras que un ministro de la Corte gana 388 290.00 pesos mensuales o sea 4 millones 659 489.00 anual, el Presidente de la República, 259 627.00 mensuales o sea 3 millones 115 531.00. Un consejero del INE 249 757.00 mensual, igual a 2 millones 997 090.00. Un consejero de la Judicatura 392 965.00 mensuales igual a 4 millones 715 583.00. Un magistrado del Tribunal Electoral, 390 152.00 mensual o sea 4 millones 681 831.00 anuales. Un secretario de estado 2 millones 908.524.00. Poquitito menos un subsecretario, sobre 2 millones 400 000.00 los titulares del Inegi, Inai, IFETEL, COFECE, Un Senador 1 973 763.00 y un Diputado 1 436 397,00.
 
A estos últimos, sobre quienes Manuel tiene control, también se les aplicará el rasero del salario presidencial.
 

En la esfera de los estados 17 gobernadores tienen un salario mensual superior a los 108 mil 248 pesos mensuales, cantidad que Andrés Manuel López Obrador propone como tope salarial para funcionarios.
 
Entre otros, Martín Orozco Sandoval, de Aguascalientes, es el que más gana de todos ellos con un sueldo bruto de 245 mil 742 pesos mensuales, seguido de Miguel Márquez de Guanajuato, con un sueldo bruto de 222 mil 025.07 pesos.
 
Arturo Núñez, de Tabasco, tiene un sueldo bruto de 179 mil 428 pesos 56 centavos, Le sigue el del Estado de México, Alfredo del Mazo con 174 mil 409.65 pesos. Entre otros.
 

Es destacable que los gobernadores Miguel Ángel Yunes Linares, de Veracruz, percibe un salario mensual de 74 mil 938 pesos y quien es más austero es Francisco Vega Lamadrid de Baja California quien al mes recibe 66 mil 667.0 5 pesos.
 
Si el rasero se aplica parejo es posible que algunos alcaldes retorciéndose en su silla también tendrán que someterse a la “Austeridad Republicana”
 
Dicen los paisanos dedicados a sus trabajos personales o en la iniciativa privada que todo lo que está acordando Andrés está bien, “que va a correr a los empleados de confianza, está bien, ya mamaron mucho, que va a vender el avión presidencial, está bien, yo nunca me subiría a ese mastodonte y si lo venden a lo mejor me toca un dulcecito, que va a desaparecer al Estado Mayor Presidencial, está bien, Ahí puro guapo, puro consentido, puro uniforme de lujo, puro aviador, ahora que se frieguen como cualquier soldado", en fin que todos aplauden las medidas que se tomaran, menos los afectados.
 

Otra medida que impactará los usos, los modos, las costumbres y la organización política de toda la Federación Mexicana será el acuerdo que creará el nombramiento de los Coordinadores Estatales a los que los críticos llaman “Virreyes” puesto que por su poder económico y político se podrían colocar por encima de los gobernadores ya que el propósito es ahorrar, evitando desviación de recursos, dispersiones y duplicidad de gastos. Su función será el de desconectarle la licuadora a todos los gobernadores.
 
Esto que por sus características parece un renacimiento del centralismo, no se debe de ver como tal, si su origen obedece a la mística de servir mejor y ahorrar recursos para sostener e impulsar el desarrollo, hay que recordar que una de las propuestas es precisamente desaparecer algunas dependencias que al paso del tiempo han resultado innecesarias e infuncionales y su creación obedeció a modas sexenales.
 
En fin, que tenemos que prepararnos sicológicamente para entender los cambios y ver cómo funciona y se realiza lo que hasta hace poco creíamos imposible, como el hecho de que una fuerza distinta al PRI y al PAN gobernaran este país que adora al socialismo de Cuba pero no lo quiere vivir y ama el confort y la vida de libertades, lujo y comodidad de los Estados Unidos, pero no lo puede vivir, porque no tiene con qué. Pero eso sí, queramos o no, viviremos el cambio imposible.- Por el bien de la causa.
 

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