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Columnas y artículos de opinión
Cabos Sueltos
Silvia Sigüenza
7 de agosto de 2018
alcalorpolitico.com
A pocos, realmente pocos días de que se materialice el sueño de Andrés Manuel López Obrador; presidir los destinos de este país, que ha pasado por diferentes y miles de sucederes y pensares. Ya comenzó a efectuar una operación, y no tan disimulada, que en términos cotidianos llamaríamos de "tentarle el agua a los camotes" al enviar la noticia, nada ligera por cierto, de que Manuel Bartlett ocupará la cabeza nada más que de la CFE.
 
Y como siempre en nuestro país, a toro pasado, resulta que el señor Bartlett no fue el maloso de su tiempo, sino que cargó con una culpa ajena. Él es un alma del Señor.
 
Está a más del cincuenta por ciento, hasta hoy, de nombramientos en lugares claves del y para el país, y un porcentaje considerable pues está siendo otorgado a priistas. Por supuesto que nadie desconoce que el origen del Presidente electo, es como en una gran mayoría de funcionarios, el PRI y ya se va notando que deja jettatura.
 

El nuevo reparto o distribución que Andrés Manuel tiene ya diseñado para las distintas y numerosas oficinas que son de primerísima importancia, lleva por supuesto varias cosillas detrás. Y obvio no calculó él ni sus consejeros lo que significa para todos los habitantes de los 33 estados de la república, el tener que andar de Herodes a Pilatos cuando requieran de un trámite de esos que en nuestro país son especialmente engorrosos y que de una oficina lo mandan a otra y de ahí a la que corresponda; y por supuesto que tendrá que viajar de un Estado a otro y así sucesivamente. Posiblemente sea la genial idea del presidente electo o su cuerpo de genios, para repartir los dineros que cada trámite cuesta a los ciudadanos, entre la nueva mafia del poder.
 
Otra situación que llama la atención es el hecho de que un porcentaje considerable de su gabinete suyo de él y el ampliado cuenta con un nada despreciable número de priistas.
 
Y, como casi nadie ha dado importancia al hecho nunca visto de que los candidatos, priistas, aceptaran y se entregaran a la derrota antes del final de la elección, lo cito porque da la clara señal de un arreglo en lo oscurito.
 

Para muchos ciudadanos, de la filiación partidista que fueran, resultó más que extraño y desconcertante la renuncia a casi bote pronto del candidato José Meade, cuya participación como candidato a la primera magistratura de la nación, ya fue de por sí sorpresiva, y de muchas situaciones como la participación sorpresiva de Margarita Zavala a la contienda por la Presidencia de la República, quién además cometió atropellos como el de tomarle fotografías a las credenciales de elector de miles de ciudadanos que hoy, vistas a poca distancia sabemos que fin tenían y al parecer, lo cumplieron.
 
Y en el tiempo tan corto después de las elecciones, pues ya vamos viendo la calidad del sr. Presidente electo en lo que a ir soltando poco a poco su gabinete se refiere y pues un 70% al menos son de extracción o militancia priista. Y lo menos que nos preguntamos es ¿para Andrés Manuel López Obrador, esto es la alternancia, el fuera los corruptos priistas, panistas, y demás?
 
Respecto a su disgregar y repartir las principales oficinas federales del gobierno; ya nos comienza a resultar claro a muchos ciudadanos de qué se trata y para dónde va.
 

Tendrá el control cuasi absoluto del país; él podrá poner y quitar a su requerimiento personal a los titulares. Y tendrá al mismo tiempo un reporte, me atrevo a decir, cuasi cotidiano y pormenorizado del país. Y eso pues tiene un nombre, que por hoy me reservo.
 
No pensó ni por un minuto en los costos, económicos para el país y para los ciudadanos, que representa esta redistribución de las oficinas del gobierno nacional, más la pérdida de tiempo. En fin, esto apenas comienza.