1.- Es posible, solamente posible que todos los legisladores listados por Morena, asuman sus cargos de elección popular el primero de septiembre, es decir, dos meses antes de que produzca la toma de posesión del presidente de la república que mañana será declarado legalmente como tal, y recibirá por ello su constancia que así lo acredite, otorgada por el Tribunal Federal Electoral de la república.

Así, por ejemplo, la diputada Rocío Nahle García y la ex Ministra de la Suprema Corte, Olga María del Carmen Sánchez Cordero, tendrían que alinear con la formación inicial para el senado, por razones de estrategia política, y para presentar y pugnar, seguramente por su aprobación, de asuntos de gran importancia para la Administración Federal que viene, tales como separar de la Segob la Secretaría de Seguridad Pública, entre otros expedientes de obvia y urgente resolución.

2.- A propósito de niños perdidos, al PRD le sucedió algo extraño: Resulta que Juan Zepeda fue postulado por dos vías: La uni y la pluri, para el senado de la república. En la pluri iba en el lugar número dos, pero resulta que ganó su elección.

Juan quería el sillón pluri para que hubiera corrimiento en la lista y beneficiar al número cuatro que sería el tres, tratándose de un Chucho, el guerrillero Zambrano.

Pero el INE les hizo una broma: Que Juan, al haber ganado la uni, debe entrar por ese método al senado, y no por la pluri.

Su suplente en la Pluri debe tomar posesión del cargo y no correr la lista, dejando fuera a uno de los dueños del PRD.

Pero, seguramente, Chucho Zambrano no se quedará con el agravio y la peleará en el Tribunal Federal Electoral, aunque se duda que la gane…Lo que hace el afán del poder.

3.- Otro niño perdido. Ricardo Anaya Cortés ni por el vuelto ha regresado. Desde las elecciones se ha fugado del medio político y escondido de la prensa. Dicen los que lo conocen que solamente por twiter contacta a sus amigos, como David Zepeda, a quien dejó en el encargo de presidente mientras corría su aventura de candidato presidencial.

En tanto, en el PAN siguen al garete; no procesan su derrota y menos tienen ganas de restructurar al partido que, por cierto, está bien partido.