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Columnas y artículos de opinión
¿Fraude electoral?
Helí Herrera Hernández
17 de septiembre de 2018
alcalorpolitico.com
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titear: HELIHERRERA.es
 
Créanme, no tengo el menor ánimo de que el fondo de este artículo lastime a cientos de miles de mexicanos que votaron por una opción electoral, en razón de la propuesta, de la oferta que hizo algún candidato a la presidencia de la república, y mucho menos que afirmen que lleva dedicatoria contra alguno de estos.
 
Pero empiezo por preguntarle a usted, estimado lector, ¿si las elecciones fueran el próximo primero de octubre votaría por algún candidato presidencial que le dijera que va a subir la edad para jubilaciones de 65 a 68 años?

 
¿Lo haría por aquel que le manifestara que no va a detener los altos precios de los combustibles, y que estos seguirán indexados a la inflación, cuando que en toda su carrera política viene criticando a las administraciones federales que decretaron los aumentos a los precios de las gasolinas y el diésel?
 
¿O por aquel que antes de ser candidato criticaba severamente las políticas publicas neoliberales, que desmantelaron el sector estatal de la economía, durante lustros, señalándolas como las responsables del empobrecimiento de las grandes masas de la población, y que de llegar a ser el titular del Poder Ejecutivo Federal las combatiría y las echaría abajo para rescatar a Pemex, a la Comisión Federal de Electricidad, a los ferrocarriles nacionales, entre otras, pero que ya como candidato les manifiesta a los compatriotas que permitirá, si llegara a ser presidente de México, que el capital privado extranjero siguiera apropiándose de nuestras riquezas naturales, explotándolas y enriqueciéndose, a costa de la pobreza de millones de nosotros?
 
¿O por aquel político que nos ofertara que iba acabar con la corrupción, pero que ya como candidato nos dijera que solo la combatiría “poquito, casi nada”, y que seguiría permitiendo los privilegios de los insultantes salarios que perciben los once miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los siete miembros del Tribunal Federal Electoral, que sobrepasan los 300 mil pesos mensuales, de los altos emolumentos de los senadores y diputados, y que le garantizará impunidad a los líderes charros y corruptos como Carlos Romero Deschamps?

 
¿Usted votaría por ese candidato presidencial?
 
Porque si en la pasada elección hubiera existido algún candidato a la Presidencia de la República, que hubiera hecho compromiso con el pueblo de México para combatir estos flagelos, dado que se consideraba un hombre de izquierda, o al menos enemigo del capitalismo salvaje, y suponiendo que hubiera ganado, ahora nos sale que acabaría con aquella conquista laboral conseguida años atrás por el movimiento obrero, de jubilarse a la edad de 65 años, y ahora anuncia que mandará una iniciativa de ley al Congreso de la Unión para que aprueben que sea a los 68, ¿no consideraría usted que es un fraude electoral dado que como candidato ocultó esas perversiones?.
 
¿No lo acusaría de alta traición para con los millones de mexicanos que depositaron su confianza en él, derivado de la oferta electoral que por años ofreció a nuestros compatriotas?

 
No hay más ciego que aquel que no quiera ver, ni más sordo que aquel que no quiera oír, reza el refrán popular; pero, al parecer, ese escenario pudiera estarse dando en México y son pocos, casi nadie, los que levantan la voz para señalar estos desmentidos de ese candidato, por temor a que sus seguidores irracionales se le vayan encima, en todos los medios de comunicación, en la redes sociales, en las oficinas, en los mercados, en las plazas públicas o en las iglesias y los increpen groseramente.
 
Insisto, no deseo generar un ánimo de linchamiento para con el que esto escribe, porque al final de cuentas, lo aquí asentado solo se escribe en un escenario imaginario, hipotético, hasta utópico diría yo.
 
Concluyo afirmando: La credibilidad y el liderazgo tarda años en construirse, pero una sola acción, contraria a su ideario, la destruye en unos cuantos días.