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Columnas y artículos de opinión
Cultura política y votos
Helí Herrera Hernández
1 de octubre de 2018
alcalorpolitico.com
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titear: HELIHERRERA.es
 
La madrugada del sábado concluyó el recuento de los votos de la elección de gobernador del Estado de Puebla, ordenado por el Tribunal Federal Electoral, para de esa forma, darle certidumbre al voto ciudadano emitido en esa entidad, el cual cuestionaba el candidato a Ejecutivo local, Miguel Barbosa, de los partidos Morena, del Trabajo y Encuentro Social.
 
Los resultados no oficiales (entendido que los duros serán los que den a conocer los magistrados del TRIFE, probablemente hoy lunes), dan como ganadora a la candidata de la coalición Por Puebla al Frente conformada por los partidos políticos PAN, PRD y MC la señora Martha Erika Alonso, con un porcentaje de entre 3.7 a 4 por ciento, por encima de los que obtuvo el ex perredista Barbosa, que equivaldría a poco mas de 110 mil votos.

 
Conociendo como es la cultura electoral de la inmensa mayoría de los integrantes de Morena, que viene desde que estaban en el Partido de la Revolución Democrática, seguramente volverán a impugnar este resultado, y ahora pedirán la anulación total de la votación emitida a la sala superior del TRIFE. Para ellos, solo donde triunfan hay limpieza electoral y en donde pierden; fraude
 
Así proceden en todas partes, lo mismo en Puebla que en Veracruz. Aquí mismo tenemos las impugnaciones que ese instituto político realizó contra los resultados electorales para diputados locales en los distritos de Zongolica y Perote, donde se vieron rebasados por miles de votos, y alegan que dicha elección no fue clara, democrática y en consecuencia legal.
 
Por más que se les ha explicado (hasta con manzanitas), que las mismas personas que cuidaron la votación y contaron los votos de las cinco elecciones (Presidente de la Republica, Senadores, Diputados Federales y Gobernador), son las mismas que contaron los de los diputados locales, y que en consecuencia, no es posible que Juan, Pedro, María y Teresa contaron bien, casilla por casilla, los votos a favor de Andrés Manuel López Obrador, de los senadores Ahued y Nahle, de sus candididat@s a diputados federales y para Cuitláhuac García, y se hayan equivocado solamente en la referente a diputados locales, en el caso de Veracruz, o de la elección de gobernador, en el caso de Puebla.

 
Es ilógico, irreflexivo y temerario su débil argumento, porque agradecen la pulcritud con que se condujeron María, Teresa, Juan y Pedro, como funcionarios en las casillas electorales donde obtuvieron triunfos sus candidatos, pero los reprueban y acusan de formar parte de los hampones electorales en aquella elección que perdieron.
 
Alguien tiene que educar a los dirigentes estatales y a los candidatos perdedores de ese partido político. Les tienen que cambiar el chip, hacerlos que razonen, que no puede haber una confabulación (en el caso de Puebla), de 29 mil 944 funcionarios en las 7,486 casillas que se instalaron para solo contar bien los votos de AMLO, o de los candidatos a senadores de Morena, de sus candidatos a diputados federales, pero que se confabularon esas decenas de miles para contarle mal los votos a Miguel Barbosa.
 
Lo mismo tienen que hacer aquí en Veracruz, donde los dirigentes de color pantone aprovechan cualquier pretexto para comentar en los diferentes medios de comunicación que hubo fraude electoral en los distritos donde perdieron, pero que donde ganaron las elecciones fueron prístinas, diáfanas, transparentes y válidas.

 
Ya veremos en unas cuantas horas como, ante el anuncio que harán los consejeros del TRIFE de la ratificación del triunfo de la candidata de la coalición Por Puebla al Frente, los van a señalar de formar parte de la mafia del poder, e impugnaran el veredicto pidiendo ahora la nulidad de dicha elección.
 
Deberían avocarse a asuntos mayores para la patria los legisladores federales de MORENA, que son mayoría en las dos cámaras del Congreso de la Unión, y presentar una iniciativa de ley que evite que los cargos de elección popular se hereden. De esa forma nos evitaríamos escenarios como el de Puebla, Veracruz, Morelos y otros más que surgirán, si no se modifica la norma electoral.
 
¡Es la hora de la maduración política!