1.- Y sí, en efecto, la resaca que la decisión del TEPJF se desató ayer, inundó noticieros de radio y televisión. Conductores acudieron a entrevistas pactadas para recoger opiniones de expertos en el expediente de reconocer la gubernatura del PAN en Puebla, que encabezará Martha Erika Alonso Vidal de Moreno Valle.
 
También fue convocada Janine Otálara, presidenta del máximo electoral en materia electoral en el país, y la Magistrada fue clara y precisa:
 
Ni decisión equivocada y menos anti democrática, habida cuenta de que la equivocación no es cuestión de apreciación, sino de probanzas documentales y criterio apegado a la ley. Tampoco antidemocrática porque en democracia se gana hasta por un voto, y en la decisión de abstenerse de anular la elección poblana, cuatro derrotaron a tres.
 

Para qué buscarle la cuadratura al círculo. Los “agraviados” [Partido Morena y el candidato defenestrado Miguel Angel Barbosa] guardaron conveniente silencio, dejando la carga de la reclamación al Presidente de la República, AMLO, lo que no es políticamente correcto.
 
Es presidente de todos los mexicanos. Así de simple.
 
Y los poblanos son también mexicanos.
 

2.- El sexenio de AMLO apenas se ha iniciado y nada recomendable resultaría que desde el principio haya confrontaciones.
 
El Presidente de la república tiene a su diestra a la Secretaría de Gobernación que, en todos los ayeres, ha sido dique, pararrayos y voz enérgica pero respetuosa que habla por el gobierno. En lo que está de acuerdo y en lo que disiente.
 
¿Y por qué en este asunto ha estado en el silencio? El Presidente de la república ni debe ni puede hacerle frente a todo en lo que no está de acuerdo.
 

La república tiene para su gobernanza, tres poderes autónomos entre sí que conforman el estado mexicano. Y ninguno de ellos está por encima del otro.
 
Andrés Manuel López ocupó muchos años para llegar a la Presidencia de la República y debiera disfrutar cada día de su mandato.
 
Es muy temprano para agriarlos.
 

3.- Argentina ya digirió su pena y vergüenza por el hecho de que la final de futbol de la Copa Libertadores entre dos de sus clubes grandes, se haya celebrado en España. El pueblo argentino [sus aficionados al futbol concretamente, probaron su belicosidad e indisciplina] ha sido profundamente lastimado futboleramente y en la imagen de sus gentes.
 
No son aptos para un mundial de futbol en sus canchas, se piensa fuera de sus fronteras... y quizá dentro de ellas. Por cierto, ganó el Independiente.
 
PD.- Pobres Pumas, dieron lástima al ser arrollados por el América... ¿Le pasará lo mismo al Cruz Azul?