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Columnas y artículos de opinión
Presidente tibio
Luciano Blanco González
25 de enero de 2019
alcalorpolitico.com
El fracaso temporal que se observa en el combate al huachicoleo y la falta mínima de resultados comienza a preocupar a los mexicanos, se tapa un hoyo y se destapa un hoyanco, y miles de ciudadanos en las zonas afectadas se despiertan con la incertidumbre de poder obtener un mínimo de combustible para resolver su problema personal de transporte, de insumos y mercancías básicos para mantener el ritmo de desarrollo del país y sus propias economías personales y familiares.
 
En este grave desabasto solo la niña consentida del señor presidente, Claudia Sheinbaum ha logrado tener el apoyo total y absoluto para resolver el problema de desabasto para sus gobernados, quienes gozan del apapacho generoso del jefe de las instituciones.
 
Es admirable la sana obstinación de Andrés Manuel por tratar de convencer a los habitantes de las zonas huachicoleras de que ya dejen de robar combustible, desafortunadamente asocia el fenómeno de la pobreza a esa actividad, como anunciando a todos los pobres de que si se vuelven malos, él estará ahí para socorrerlos con más pasión de que si fueran honrados, esta es muy mala óptica que a largo plazo generalizará las conductas ilícitas para lograr apoyos gubernamentales, ante esto tendremos que prepararnos para ver a las multitudes exigiendo recursos gratuitos, bloqueando calles carreteras, vías de ferrocarril y tomando edificios en todo México.
 

Andrés Manuel en su inútil cruzada por la conversión de malos a buenos está perdiendo su preciado tiempo, está gastando saliva a lo tonto, inútilmente, él, que es tan dado a los dichos del pueblo sabio y honesto, está olvidando que el pueblo conoce bien la eficiencia y lo cierto de aquella frase contundente pronunciada por todos contra los renuentes “Perro que prueba huevo, aunque le rompan el hocico o aunque le quemen la trompa, no deja de hacerlo”.
 
Aunque no somos de esa fauna, ni los huachicoleros tampoco, puede pensar nuestro Presidente que éstos están espantados por el terror de los vecinos de Tlahuelipan, Hidalgo por la explosión y que ese horror los mantendrá alejados de la intención de pinchar los ductos, esperanza inútil, sueño guajiro, el único camino que debe de seguir el señor Presidente es el de aplicar la ley. A propósito, cuántos huachicoleros de arriba o de abajo hay detenidos, o será que en este país no hay autoridad que persiga, que castigue y que vivimos en el reino de la impunidad, quizás este exceso de tolerancia sea lo que está a punto de sumir al país en el desgobierno.
 
Así lo indican, la ineficiencia para poner orden en Michoacán en donde no más de medio millar de “maestros” se apoderan de las vías del ferrocarril y paralizan las actividades portuarias y ferroviarias al detener las vías de comunicación e impedir la movilización de enormes tonelajes de insumos para toda la industria, mientras Federación y Estado se montan en su macho y se pelean por el gran mérito de la irresponsabilidad de arrogarse el honor de no resolver el problema.
 

O la creciente ola de paros ilegales en las maquiladoras de la frontera norte principalmente en Matamoros, donde los inversionistas amenazan con levantar sus plantas y emigrar a otros países que les brinden seguridad laboral y atención a sus problemas para proteger sus capitales.
 
Tal parece que estamos ahorrando centavos y gastando pesos en el combate al huachicoleo, en vez de actuar con contundencia y controlar los ductos y las terminales de recepción y despacho de gasolinas compramos en dólares más de 600 pipas que requieren mantenimiento, combustible, operadores, elevados sueldos y prestaciones laborales, peajes, Vigilancia militar para que no se las roben y el enorme riesgo de traer circulando en las carreteras esas bombas mortales que chocan y se voltean y se incendian a cada rato poniendo en peligro las miles de vidas de los usuarios.
 
Tan hay que tomar en serio el ejercicio de la autoridad, que los más de cien muertos en la reciente explosión de Tlahuelipan, Hidalgo no tendrían razón de ser, si dejaran actuar y aplicar los protocolos de seguridad con que cuentan nuestras fuerzas armadas, pero éstas, temerosas de que se vaya a enojar el señor presidente y luego los someta a juicios militares porque se atrevan a tocar a un infractor que oponga resistencia, prefieren permanecer contemplativos.
 

Cualquier director de protección civil del pueblo más alejado sabe lo que hay que hacer en estas emergencias, alegar que no actuaron porque eran pocos en número es una defensa infantil, Ejército y Marina tienen una capacidad de movilización probada que en una hora, si se lo proponen, concentran cualquier cantidad de militares que sea necesario por aire o por tierra para controlar a la población más remisa y por muy agitada que estuviera en ese frenético e irascible saqueo, para eso es la fuerza legítima del Estado, para someter.
 
Pero exponerse a que sean señalados como represores y seguros de que nadie les iba a reconocer su valerosa conducta, para qué actuar, además si no hubiera sucedido la tragedia, los escandalosos defensores de la libertad y de los derechos humanos hubieran clamado castigo para quienes se atrevieran a darle, aunque fuera un empujoncito a quienes le quitan el sueño y mortifican a nuestro Presidente.
 
La falta de atención técnica para controlar los flujos de los hidrocarburos en tiempo y a tiempo, se pueden caracterizar como torpeza e ineficiencia de quienes son depositarios de la confianza del Presidente, 5 horas y ni una brigada de reparación de ductos en el lugar para controlar la fuga ¿es de creerse esta irresponsabilidad? ¿Acaso se repiten los viejos tiempos en que el mismo sindicato en la época de La Quina provocaba explosiones en los gasoductos para que la empresa les adjudicara millonarios contratos de reparación que subrogaban a otras compañías, pero que ellos cobraban haciendo valer las clausulas sindicales?
 

O con el abundante derrame no cuantificable se justificaba gasolina ya sustraída de los depósitos y vendida ya a los ladrones de gasolina en los mismos depósitos, da la impresión de que el señor Presidente está siendo traicionado, nos consta su esmero, su entrega, su pasión por la cran causa de México contra la corrupción, pero también es lamentable su equipo lento, indeciso, que cual matalotada de finca ruinosa, enclenque, viejo, cansado, cada matalote le piensa para trotar temeroso de tropezar, de caer, mejor es esperar la orden del amo , con sus honrosas excepciones al equipo le falta brío y decisión.
 
Ya el señor Presidente debe de darse prisa en resolver el problema del huachicoleo, cada nueva toma que brota por doquier es un reto a su gobierno, el que debe de dar respuestas drásticas, o acaso la delincuencia está más organizada, tiene mejores equipos y mejores elementos que le permiten actuar a cualquier hora. Esta lucha no tendrá fin, continuará indefinidamente, si él hace como que los combate y ellos como que se espantan. Hay la impresión que cuando visita uno de esos pueblos los vecinos se dan la vuelta las risas a continuar con la condenada maña de robar y así seguirá siendo, es como tener la caja del banco y basta con estirar la mano para agarrar lo que quieras, los ductos son como un enorme baúl abierto, en los que hasta el más santo está dispuesto a pecar. La tibieza del Presidente los incita a continuar saqueando los ductos y así será hasta que le colmen la cabeza y aplique todo el rigor de la ley.
 
Andrés Manuel debe de convencerse ya de lo importante de contar con un equipo inteligente y operativo, que conozca el área que maneja y que sepa conducirse por sí solo con los lineamientos que él les marca y no inspirarse anhelantes de estar junto a el paradotes monigoteando en la conferencia matinal, para recibir la señal o la orden que cuando se es inteligente la señal y el gesto se interpretan con acierto sin necesidad de que los esté mandando. Estos pobrecitos van a llorar cuando les haga efectiva la descentralización administrativa y se vayan a los estados, no van a saber qué hacer.
 

Nos esperan tiempos muy difíciles, el ámbito internacional en poco tiempo se tornado turbio, ahora el mundo por las ambiciones imperialistas se ha dividido de un solo golpe, nuevamente en dos, con el cuento de la democracia y del respeto a los derechos humanos esos que Estados Unidos tanto respeta persiguiendo a los migrantes, separándoles a sus niños e imponiendo restricciones económicas al mundo por razones de religión o de ideología, eleva sus títeres para formar gobiernos espurios violando el derecho internacional y la autonomía del pueblo para darse su propio gobierno.
 
Estados Unidos y su bloque imperialista premiarán abundantemente a todos aquellos países que como aliados le ayuden a imponer su voluntad en Venezuela, país al que cobrará con petróleo cualquier gasto de guerra que haga en una posible intervención militar o política, pero también castigará para remediar su enojo a todos aquellos que no se alineen a sus designios, entre ellos a México, que por esta actitud rebelde e insolente a los mandatos de Trump, nos pasará una costosa factura que pagaremos todos los Mexicanos. Ni modo es el precio de la libertad.
 
No importa que seamos muy buenos con los migrantes a quienes atendemos a cuerpo de rey en su travesía hacia la conquista de la tierra prometida, nuestro territorio está ahí para recibir a los centroamericanos en su aventura de vida, a quienes invitamos a venir aunque sabemos que van a infringir las normas y las políticas de otro país, eso a nosotros no nos importa, nuestro gobierno como a nuestros compatriotas humildes y desprotegidos, a ellos también los dota de hospedaje, comida, trabajo, atención a la salud y hasta los apoya con transporte en su travesía, esto también en las relaciones con los Yanquis lo habremos de pagar. Esto y las relaciones con Maduro nos costarán más caros que la misma cancelación del Nuevo Aeropuerto en Texcoco.
 

En fin, que el señor Presidente sabe lo que hace y en Veracruz nos preparamos para recibirlo nuevamente, y lo recibiremos con la alegría y admiración que se merece por su entrega y convicción por transformar a este país, arrancándolo de la decadencia moral y social en que se encuentra, su recepción aparte del entusiasmo estará salpicada de reclamos y de insolencias típicas de nuestro Estado.
 
Importarán las buenas noticias de las que siempre es portador, pero aquí donde nos oponemos a muchas cosas que significan progreso, como nos opusimos a la planta Volkswagen en su tiempo, a la planta núcleo eléctrica de Laguna Verde, a los gasoductos de gas doméstico, a la explotación de las ricas minas de oro en los municipios del centro de Veracruz, ahora a la planta de la Nestlé, al centro de tratamiento de desechos en Chinameca y a otros proyectos, no extrañe que su visita será aprovechada para tratar los grandes y graves problemas de antaño como la inseguridad, la búsqueda de desaparecidos, las tarifas del transporte, el precio de la caña de azúcar, la oposición a la Nestlé.
 
Veremos de todo, menos a los cobardes que embozados y emboscados con la mano oculta pretenden cantarle las golondrinas a nuestro Gobernador, el ingeniero Cuitláhuac García Jiménez, quien inteligentemente trabaja y dialoga con la población manteniéndose cercano a la gente, pero quien enfrenta a los emisarios del pasado y a los ambiciosos oportunistas que pretenden desestabilizar el Estado para exhibirlo, exigiéndole que resuelva de inmediato problemas heredados por más de tres gobiernos y que discreto está resolviendo y resolverá. A esa caterva envuelta en la conspiración secreta de la que tanto se habla, no los verá.- Por el bien de la causa.
 

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