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Columnas y artículos de opinión
Trinchera Final
Se encasquilló la pistola y...
Jenaro del Ángel Amador
12 de febrero de 2019
alcalorpolitico.com
1.- Lo que al principio pareció una cuestión de trámites formales [la forma es fondo] respecto a la situación del Fiscal del estado, Jorge Winckler, para removerlo de su cargo, se ha convertido en una serie de errores en el fondo y en la forma.
 
Hasta hoy, el Fiscal continúa en su despacho y los diputados del Congreso Local enfrentan “vendettas” en sus grupos que han impedido hasta hoy, que el abogado oaxaqueño continúe como se le atribuyó en su tiempo a don Sebas: meciéndose tranquilamente en el sillón del reposo.
 
Ahora bien, el fiscal, en un arranque de pudor y vergüenza, debiera [que no lo hará, seguramente] entregarle personalmente el papel donde plasmara su renuncia al cargo, previa tramitología para que continúe con su profesión.
 

Pero bueno, esto es cuestión de expertos.
 
Y los responsables de la conducción de los asuntos legislativos, ya estiraron demasiado la liga...
 
2.- Si bien es cierto que el Registro Público de la Propiedad tiene como función vital como institución gubernamental, es dar certeza y seguridad jurídica a los actos relacionados con la propiedad inmueble, que por disposición de la ley deben producir efectos contra terceros y que su actividad es indispensable para fortalecer el régimen de derecho, cierto es también que desarrolla, en acatamiento de la ley, funciones que complementan eventos jurídicos que tienden a lo mismo, pero que en rigor, se desarrollan con actos previos al registro en sus libros.
 

Refiere don Bernardo Pérez Fernández del Castillo en su Derecho Registral que en la doctrina mexicana sobre el Registro Público de la Propiedad, que éste [El Registro Público de la Propiedad] es una institución administrativa, encargada de prestar un servicio público, el cual consiste en dar publicidad oficial sobre el estado jurídico de la propiedad y posesión [aquí incluye la posesión] de los bienes inmuebles, así como de algunos actos jurídicos sobre bienes muebles; limitaciones y gravámenes gravamen a que ambos están sujetos, y sobre la constitución y modificación de las personas morales: asociaciones y sociedades civiles.
 
Y a esa carretera de especificaciones especiales deben encaminar sus pasos los actuales responsables en el estado, de esa importante dependencia estatal, ubicada en una de las funciones de la Secretaría de Gobierno.
 
Y el trato y la atención de esa función no es únicamente con particulares; es también una inter relación sólida con el Notariado local y nacional en su conjunto.
 

Por ello no sólo es acatar los lineamientos formales de la ley, que en algunas ocasiones se distorsiona en su interpretación y aplicación, sino también a veces es propia la aplicación de criterios muy personales de quienes tienen la función registral que en rigor, que en ocasiones de excepción, se le otorga a personal que no ha realizado capacitación a fondo para esa función: porque no son abogados en algunos casos [que ahora se les exigen ser pasantes o abogados, aún sin exámenes de calificación] o porque el sueldo que les asignan no llena sus aspiraciones, y por otra parte, en algunos casos, no sólo se asumen en revisores del trabajo notarial, sino que en otros, “hasta legislan” para darse importancia en su quehacer.
 
Ahora bien, es importante destacar que, en nuestro medio, “el Registro Público de la Propiedad no genera por sí mismo la situación jurídica a la que da publicidad; es decir, no es la causa jurídica, no es el título del derecho inscrito. Se limita, por regla general, a declarar, a ser “un espejo” de un derecho nacido extra registralmente, mediante un acto jurídico celebrado previamente. La causa o título del derecho de que se trate (propiedad, usufructo, servidumbre, hipoteca, etcétera) se encuentra en el acto volitivo (contrato o acto unilateral) que le da origen (artículos 2014, 2248, etcétera, del Código Civil para el Distrito Federal) y el Registro Público de la Propiedad le da ese derecho “apariencia”; lo hace del conocimiento de los terceros, lo declara para que sea conocido por quienes acudan a consultar sus asientos”. (actualmente, en el Distrito Federal, sus folios).
 
Esa es la tarea del equipo que encabeza el Maestro David Agustín Jiménez Rojas, como premisa para mejores tiempos. Orden en la función y respeto mutuo entre autoridades y quienes realizan trabajos que deban ser anotados en el Registro Público de la Propiedad
 

3.- Aquí se recuerda que en el pasado no lejano, la coordinación de autoridades con el Notariado agrupado en su Colegio, lograba una marcha eficaz para unos y para otros.
 
El robusto trabajo de aglutinar criterios salvaba muchas situaciones que si bien derivan de la ley, se aplicaba no a asuntos de interpretación rigurosa [que compete a otro nivel de autoridades], sino también de sentido común en relación a la letra de la ley.
 
Hasta lo que va de la temporalidad de las autoridades con el Notariado, corre en la misma dirección.
 

Sólo el tiempo y la inter relación, dará un resultado que sólo la ciudadanía y la ley podrán calificar y en esto, Yohan Hillman Chapoy tiene un serio encargo. Y bien lo sabe.
 
Esto sigue.
 
4.- Dice la Jornada que “Maestros y comuneros de la población purépecha de Caltzontzin liberaron esta tarde las vías del tren que mantenían tomadas desde hace 28 días, con algunos desbloqueos durante horas, esto luego de la determinación de la Sección Nueve de la región indígena de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)
 

El dirigente seccional Javier Martínez declaró que es una demostración de buena voluntad ante el llamado que hiciera el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero no pueden asegurar que sea definitiva, todo depende de los resultados que arroje la mesa de negociaciones entre la CNTE y los gobiernos federal y estatal”.
 
Bueno, algo es algo...
 
P.D. Y miren a Manuel Bartlett Díaz hablando de “corrupción” en otras cabezas, menos en la suya. Don Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano debe recordarlo con “mucho cariño”. Sí, aún en esta época de que los hay, los hay...