icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Intento de linchamiento en Nogales
Alfredo Ríos Hernández
14 de marzo de 2019
alcalorpolitico.com
Devaluada administración de justicia
Deforestación: un jinete apocalíptico
Veneno el que respiran en Cuitláhuac
 
Resultado de la tensión y rabia que se registra entre diversos sectores de la sociedad veracruzana, es la reacción registrada ayer miércoles en la región de Nogales, precisamente en la zona identificada como “Balastrera” en donde decenas de personas (aseguran que sobre 180) Se congregaron reclamando a la policía la entrega de una persona que había sido detenida, la cual según opinión de los enardecidos vecinos, resultaba sospecho de un aparente intento de secuestro, así como probable coautor de otro hecho semejante en fechas anteriores.
 

Así todo, bajo el concepto de supuesto o probable, lo que no quiere decir que fuera extraño a los hechos imputados, pero de la misma forma también podría no haberlo sido.
 
Pero las reacciones que se están escenificando en tierras veracruzanas, todas en lo referente al intento de linchamiento, al margen de lo fundamentado o falso que pudieran resultar, apuntan sobre una corriente de opinión y de acciones que se incrementa entre la población veracruzana, tierras en las que recientemente ya se han efectuado linchamientos con resultados funestos, que por las características de estas atroces acciones, nos dejan la profunda duda y preocupación si las ejecuciones en referencia, como la de seis personas linchadas hace unos días en Soledad Atzompa, estaban fundamentadas en hechos reales o se trató de la ejecución de inocentes.
 
Dicen los defensores de los derechos humanos, que es mejor el dejar en libertad a un pecador que castigar a un inocente, esa simple argumentación alentado por humanistas y juristas prestigiados, nos debe conducir a la reflexión que no se puede aplicar justicia obedeciendo los supuestos crímenes en los marcos de escenarios, donde se demanda la aplicación de cobrar al momento ojo por ojo y diente por diente, sin que para ello se efectúe un juicio apegado a las normas jurídicas y humanistas que otorgan fundamento y validez a los Derechos Humanos.
 

Arengar al linchamiento puede originar lo que con frecuencia se registra cuando el victimado resulta ser inocente, cuando la barbarie sobrepasa la sensatez del juicio sereno, el cual debe estar estrictamente apegado a las leyes y a los derechos naturales de todo ser humano, entre ellos el derecho a defenderse y que, con base a la ley y las evidencias, se confirme plenamente su grado de culpabilidad en el delito por el que es juzgado.
 
Pero en el mismo ámbito de las reflexiones sobre el tema, también se debe tener presente ante las cada día más frecuentes llamadas de las muchedumbres al linchamiento, que son muchos los sectores de la población no sólo agobiados por los elevados niveles delincuenciales de sus entornos, sino también existe frustración creciente de la colectividad ante la impasividad de las autoridades pese a los asaltos, levantones, extorsiones, secuestros y asesinatos que han conformado un rosario interminable de víctimas inocentes en nuestras rancherías, pueblos y ciudades, sin que esa angustia mil veces externada en todos los escenarios y foros, resulte apropiada y eficazmente atendida por quienes nos gobiernan, cuya primera obligatoriedad es garantizarnos la plena seguridad en todos los ámbitos y entornos.
 
Lo que se registró ayer en la región de Balastrera municipio de Nogales, no constituye un hecho extraño, incluso con facilidad es identificado como “más de lo mismo”, dado que dichos escenarios advierten cada día con mayor frecuencia réplicas por doquiera, convirtiéndose el terrible reclamo popular de “linchamiento” en un reflejo incuestionable de la devaluación que, ante el conglomerado social, se está registrando en nuestras instituciones responsables de aplicar la Ley y administrar justicia en bien de la colectividad… De esas dimensiones es el reto que se enfrenta en Veracruz y otros puntos de nuestro país.
 

INCENDIOS FORESTALES Y TALADORES,
VERDADEROS JINETES APOCALÍPTICOS
 
Mientras en la región de Las Vigas, área montañosa de espléndida belleza en los contornos de la ciudad de Xalapa, se registra información en el sentido de que las llamas en el bosque se han reducido y, por lo mismo, se encuentran muy cerca de extinguir el destructivo incendio forestal que daña la ecología de manera grave, tanto así que se tardarán años en recuperar el verdor en la zona siniestrada, en la región central veracruzana se eleva la alarma por la presencia y avance de las llamas que agreden un área de Maltrata, así como otra de Acultzingo, en donde han brotado dos incendios forestales, agudizándose con ello el daño ecológico que la irracional tala y el implacable efecto climático, originan en lo que décadas atrás fuera el esplendor de la naturaleza.
 
Y pese a que los incendios forestales resultan elevadamente dañinos para la riqueza ecológica de nuestros entornos, es precisamente la mano del hombre y su irrefrenable tendencia autodestructiva, la que por décadas ha provocado el mayor daño a nuestros valiosos recursos forestales, tanto así que los efectos repercuten ya en alteraciones climáticas, al tiempo que sobrevienen avisos de especialistas sobre preocupante disminución en los manantiales, que son fuente de vida para todos los municipios de la región central veracruzana, así como los que se encuentran en las zonas costeras como Veracruz y Boca del Río.

 
La deforestación, la elevada contaminación, los incendios forestales y el inadecuado manejo de los recursos naturales en lo general, son parte de la amenaza apocalíptica que ronda a la población veracruzana en una amplia extensión de nuestra cada día más calurosa Entidad.
 
Cuidar con eficacia real y productiva nuestros bosques, recuperando con acciones sólidas las áreas verdes depredadas, frenar con resultados positivos la contaminación de las aguas y del medio ambiente, fomentar la cultura del uso apropiado de nuestros recursos hidráulicos, son temas que deben retornar a las agendas cotidianas de los funcionarios públicos en todos sus niveles, al igual que en los ámbitos de absolutamente todos los sectores de la sociedad, tanto de las ciudades como de los pueblos y rancherías.
 
El verdadero apocalipsis está marcado por la sequía y la contaminación, es el real y valedero infierno creado por el crecimiento poblacional, sin el respeto por los entornos de nuestra naturaleza, que son los orígenes de nuestra propia existencia… Ahí la dejamos.

 
LO QUE SE LEE
 
En el marco de la indolente irresponsabilidad que priva en los espacios supuestamente destinados a la protección ambiental y el mejoramiento de la calidad de vida, el incendio originado en un aberrante basurero que ha operado “a cielo abierto” en el municipio de Cuitláhuac, ya lleva treinta días de arrojar sus humos tóxicos en esa región que contempla impotente y pasmada, los niveles de incapacidad de las autoridades de todos los ámbitos y niveles, que de alguna forma son responsables de que ese incendio persista al igual que ha persistido el aberrante basurero.
 
LO QUE SE VE

 
Que los ámbitos ecológicos y las normas que sobre el tema privan, pareciera que para las autoridades (se debe insistir, de todos los niveles) esas normas y mandatos no existen, no tienen la menor importancia, refiriendo con tal desidia e irresponsabilidad, que poco importa la salud de niños y ancianos y de toda la población, que sigue siendo agredida en su habitad sin que para ello a nadie preocupe los derechos que en contra de la colectividad se están violentando.
 
LO QUE SE OYE
 
Que posiblemente pobladores de esa región se organicen y realicen manifestaciones y mayores bloqueos de vías de comunicación, como ya lo hicieron en el pasado, pero ahora de manera permanente, hasta que se elimine la agresión a la salud de que están siendo víctimas, por un incendió de desechos altamente tóxico que se ha prolongado por más de un mes… La historia parece una narración de lo insólito.

 
Atiendo sus puntos de vista en
 
[email protected]