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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Militares en busca de mayor seguridad
Alfredo Ríos Hernández
12 de abril de 2019
alcalorpolitico.com
*Escenas escalofriantes sacuden al país
*”Golpe de timón” ante las emergencias
*¿Habrá juicio político para alcaldesa?
 
Ante los ámbitos y características que en los tiempos modernos caracterizan a nuestro país, la verdad, hasta podría calificarse como “ocioso” el continuar con el debate si el nuevo comandante, titular o jefe de la Guardia Nacional, debería desprenderse de su grado de General, para guardar sus galones en el closet y bajo caja fuerte su nombramiento como general del Ejército Mexicano, apareciendo luego de ello como “un civil” que habrá de dirigir la Guardia Nacional, organismo que tiene una de las encomiendas más complejas que en materia de seguridad ha afrontado el país en el transcurrir de las últimas décadas.
 

Porque debemos tener claro que nunca antes los cuerpos de seguridad mexicanos habían afrontado los escalofriantes escenarios delincuenciales que en los tiempos actuales se registran, tanto así que los tradicionales cuerpos de seguridad de todos los estados y municipios del país, de hecho “se han hecho hacia un lado” ante el avance delictivo que ha impregnado de terror a todos los niveles y círculos de la sociedad mexicana.
 
No existe en el territorio nacional una sola entidad federativa que puede declararse libre de asaltos, asesinatos, levantones, robos, estafas, extorsiones, cobros de piso e incluso secuestros; cadenas del mal que en lugar de disminuir se ha incrementado, superando de manera contundente a las fuerzas del orden e incluso amedrentando a los núcleos de población, en donde las víctimas por hechos de la delincuencia organizada, prefieren guardar silencio a los desgarradores escenarios, evitando que “por soplones” se conviertan en objeto de mayor violencia, pasando a formar parte de los escenarios luctuosos que sacuden a numerosas familias de nuestro país.
 
Ciertamente las normas y leyes que nos rigen deben ser respetadas por quienes nos gobiernan, pero el país atraviesa por tiempos con escalofriantes efectos delictivos y la emergencia refiere dimensiones sin registro en el pasado, escenarios que exigen celeridad en el diseño de medidas para restaurar el orden y la tranquilidad social, en ese torbellino de circunstancias complejas que incluso ensombrecen el futuro inmediato del país, es natural que quienes tienen la responsabilidad de diluir la tormenta y restaurar la paz social, dirijan la mirada hacia los ámbitos militares, en donde se refiere lealtad y disciplina, así como recursos disponibles en equipo y armamento, para afrontar lo que en realidad habrá de ser “una guerra” contra núcleos delincuenciales que sacuden, frustran y marchitan las esperanzas del desarrollo integral al que aspira la sociedad.
 

La realidad, la verdad, es que quienes nos gobiernan y aquellos que nos representan en el Congreso, no encuentran con claridad las rutas hacia la restauración de la paz y la tranquilidad en el país, sin que en ese sendero hacia el imperio del orden, se encuentre la acción de un grupo de élite de rangos militares, que actúen como cuerpos restauradores del orden, ante la ausencia de núcleos policiacos con la competencia necesaria para tales objetivos, porque sobran ejemplos de tal incompetencia y, uno de ellos, es precisamente el deprimente escenario que en los ámbitos de franca inseguridad atraviesa la colectividad.
 
Es incuestionable que la determinación de una Guardia Nacional institucionalizada, bajo la emergencia del momento y la violenta tormenta que atravesamos, para ningún Presidente del país representaría un tema sin polémicas, desacuerdos e incluso raspaduras, sobre todo cuando se tiene claro que no disponemos del tiempo suficiente para la conformación de nuevos escenarios policiacos, lo que nos llevaría muchos años conformar.
 
Ante tales realidades, se debe tener claro que la emergencia es de verdad, no constituye el resultado de un escenario maquillado, las cifras de hechos delictivos resultan escalofriantes. Paralelamente a ello, el reclamo ciudadano refiere un ritmo creciente que obliga, a quien gobierna, a proceder al tradicional “golpe del timón” para evadir la catástrofe, así las cosas, debemos de confiar como sociedad en lo que mejor tenemos a nuestra alcance para ejecutar ese “golpe de timón”… Ahí la dejamos.
 

LO QUE SE LEE
 
Que en el municipio de Córdoba se conformó un expediente con supuestos actos “fuera de la ley” ejecutados por el Ayuntamiento que preside la alcaldesa Lety López Landero, documentos que fueron presentados ante el Congreso del Estado en la ciudad de Xalapa, solicitando a los legisladores que “se dictamine el desafuero de la alcaldesa Lety López”, para que responda ante los juzgados a las imputaciones que se le acreditan.
 
Es el ámbito de estricto apego a la realidad de los hechos lo que debe privar en los senderos de la administración de justicia, por lo mismo, bajo el principio de que nadie es culpable hasta que no se demuestre lo contrario, la alcaldesa deberá permanecer en el marco de sus funciones, hasta que sobrevenga un fallo sea para desechar el procedimiento de desafuero demandado, o sea para proceder en el sendero solicitado, si es que los hechos denunciados se confirman como reales y son suficientes para proceder al desafuero en el marco de la legalidad.
 

LO QUE SE VE
 
Que al margen de las referencias que conducen hacia procedimientos legislativos, la alcaldesa de Córdoba desde sus inicios en dicha responsabilidad, se ha visto involucrada en diversas versiones que, más allá de estar apegadas a la realidad o ser producto de intrigas, han desgastado su imagen como funcionaria pública, al tiempo que tales escenarios, han originado corrientes de opiniones adversas a su administración, escenarios que no han sido atendidos por la autoridad municipal con la oportunidad y la eficacia necesaria, para reducir o anular sus efectos altamente negativos.
 
LO QUE SE OYE
 

Que ejemplos claros (por sus propias características) sobre las ausencia de una política apropiada para evitar el desgaste de la imagen que proyecta la alcaldesa de Córdoba, fue la rechifla que se originó en la ceremonia del Grito de Independencia del pasado mes de septiembre, precisamente en los momentos en que la alcaldesa procedía a ejecutar la tradicional ceremonia, hecho al cual recientemente se sumó un gigantesco y multitudinario grito de “Fuera… Fuera” ejecutado en el parque central por miles de cordobeses, en el momento que frente al Presidente López Obrador, se anunció la presencia de la alcaldesa Lety López Landero.  
 
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