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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Se incumple con apoyos a mayores
Alfredo Ríos Hernández
24 de abril de 2019
alcalorpolitico.com
*Muchas tarjetas no tienen fondos
*Que Oaxaca “¿cerrará fronteras?”
*La fantasía inunda a oaxaqueños
 
Desde cualquier ángulo de análisis que se determine utilizar, por más apegada a la realidad que se presuma la evaluación, resultan negativas las tendencias de opinión tanto de la actual administración estatal veracruzana, como del gobierno federal, lo que pareciera una actitud creciente en el estado de Veracruz, que se encuentra aparejada con la descalificación hacia la mayoría de los alcaldes, que actualmente despachan en muchos de los municipios veracruzanos.
 

Pareciera que, sin importar orígenes partidistas, la gran mayoría de gobiernos estatales y municipales deambulan por los senderos de la descalificación ciudadana, lo que de hecho constituye una escenografía que no es estrictamente coincidente con escenarios del pasado, pero que por sus dimensiones perniciosas, incuestionablemente desgasta la imagen de las fuerzas partidistas, incluyendo aquellas que en décadas anteriores presumían de control y dominio en la administración municipal, estatal o federal.
 
Los negativos panoramas actuales parecieran que son el producto de un hechizo articulado en los ámbitos de la ineficacia y la escasez de imaginación, que ha originado en niveles municipales, estatales y federales, tiempos no sólo de estancamiento sino incluso de notorio retroceso, cuyos costos pesarán significativamente en el presente y futuro del territorio nacional.
 
Resulta incuestionable que, tales hechizos, no sólo empujan con su maligna magia a la parálisis en materia de avances hacia el desarrollo social de manera integral, sino que, por el contrario, arrastran hacia niveles de estancamiento y retroceso, que están carcomiendo las esperanzas de mejores niveles de vida para nuestro territorio nacional.
 

Cierto que existen programas para apoyar a los ancianos y para beneficiar a los desempleados, incluso para privilegiar con nuevas propuestas las políticas de apoyo en beneficio de mayores y núcleos sociales desprotegidos, pero sobre tales programas, pareciera que las metas no cuadran con los alcances proyectados y, por más que se quiera disimular, ya se escuchan voces que advierten incumplimiento sobre los alcances encaminados, sin distinción, en favor de los adultos mayores, tropiezos operativos que están desgastando no sólo la imagen presidencial, sino de gobernadores y alcaldes, hecho que, de continuar, seguramente podría originar reclamos mayormente desgastantes para la actual administración federal, así como dañinas para gobiernos estatales y municipales.
 
No resultaría nada extraño que muy pronto se difundan, con claridad, datos sobre los programas asistenciales puestos en marcha hace tres o cuatro meses por parte del actual Gobierno de la República, en el marco de los cuales, ya se viene insistiendo, en que no existen todavía depósitos en beneficio de un gran número de ancianos anotados en el padrón correspondiente, escenarios que, de persistir, incuestionablemente serán tema de apuntes con agudas tendencias descalificadoras hacia quien (o quienes) deberían de cumplir con el compromiso adquirido públicamente por quien gobierna a los mexicanos.
 
La actual administración federal, nada podría en el futuro inmediato lamentar en mayores dimensiones, que precisamente las propuestas en beneficio de los ancianos, formalizadas públicamente por el Gobierno de la República, resultarán incumplidas y fallidas promesas, semejantes a las que por décadas se han registrado, ante una sociedad agotada e irritada por el imperio de falsedades en los ámbitos de la administración pública.
 

Dice un viejo refrán popular muy mexicano, que “el prometer no empobrece”, pero quien en tales ámbitos promete y no cumple, incuestionablemente se verá envuelto “no en la pobreza” pero sí en la descalificación y el rechazo con impactos a corto y largo plazo, lo que definitivamente ya no habría forma de evadir con pretextos y, lo que sí podría, es el convertirse en pronósticos nada alentadores para quien se burló en el marco de temas singularmente delicados para la colectividad en lo general… ¿O me equivoco”.
 
No se requiere acudir a los textos de leyes y procedimientos jurídicos, para entender con claridad, porque se aprendió en muchos casos DESDE LA PRIMARIA, que las entidades en suelos mexicanos comúnmente identificadas como “Estados”, no tienen fronteras, sino que sus extremos son considerados como “límites estatales”, referencia que no otorga facultades a las autoridades locales de cada entidad federativa, para cerrar el paso a quienes habitan en otros estados y regiones del país.
 
Tal pareciera que ante los nuevos estilos en el marco de la Administración Pública Nacional, ahora los gobernadores de cualquier estado tienen las facultades para dictaminar como “no gratos” a los habitantes de entidades vecinas, como está sucediendo en el seno del gobierno estatal de Oaxaca, en donde el gobernador, Alejandro Murat Hinojosa, ha referido públicamente “que se proyecta cerrar las fronteras del estado de Oaxaca” para que los habitantes de la entidad veracruzana, no tengan la posibilidad del libre paso y con ello se evite que la violencia que priva en tierras jarochas, contamine a la población de Oaxaca.
 

O sea, que la delincuencia representa una especie “de pandemia contagiosa” y que, ante los hechos criminales en tierras veracruzanas, el gobierno oaxaqueño busca blindar su territorio levantando (incluso antes que el Gobierno de Estados Unidos) un muro de seguridad que le cierre el paso a los “infestados veracruzanos” que ya portan el virus de la violencia.
 
Y todos se preguntan: ¿Dónde habrá leído el señor gobernador Murat Hinojosa, que es poseedor de tales facultades?... Porque en primer lugar las demarcaciones en nuestro territorio entre una entidad federativa y otra, no se consideran como fronteras, sino como límites estatales y los gobernadores no son poseedores de facultades para blindar sus tierras estatales y prohibir el arribo de veracruzanos, en tanto que todo ciudadano mexicano tiene el derecho de recorrer todo el territorio nacional, sin que para ello requiera de “una visa” otorgada por autoridad alguna.
 
Es incuestionable e incluso pareciera producto de un mundo preñado de “ocurrencias”, que en México estamos viviendo tiempos que, incluso, con la mínima imaginación, nos induce a pensar que habitamos en el país de las fantasías, marco en el cual, atravesamos por escenarios de extremadas ocurrencias que nos conducen hacia mayores confusiones sobre la realidad de nuestros entornos y, lo que es peor, que nos colocan cercanos a las puertas de la confrontación entre los unos contra los otros.
 

Cómo es posible que un Gobernador refiera (emulando el estilo del actual Presidente de Estados Unidos) que cerrará “las fronteras” (¿pondrá muros?) para que los habitantes de una entidad vecina, no pisen su territorio, porque van a contaminar al pueblo del virus de la delincuencia.
 
Saludable sería que el Congreso de la Unión, impartiera un curso a gobernadores de todo el país, para que se les instruyera sobre cuál es territorio nacional y cuáles son las facultades de un Gobernador, de lo contrario seguiremos presenciado escenarios nada gratos como el registrado recientemente en los ámbitos del Gobernador de Oaxaca, una de las tierras más institucionales y republicanas del territorio nacional, que de siempre ha sido amada y respetada por el pueblo veracruzano… Ahí la dejamos.
 
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