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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Sureños esperan al Presidente
Alfredo Ríos Hernández
25 de abril de 2019
alcalorpolitico.com
* Anhelos para recuperar la paz
* IMSS y trabajadoras domésticas
* Lo bueno y malo de la nueva ley
 
Con sobrados motivos y causas fundamentadas; con notoria y justificada indignación, los diversos sectores productivos del municipio de Minatitlán y sus alrededores, han elevado su más enérgica protesta ante la incontenible y perniciosa ola delictiva, sobre la cual, todos señalan que es resultado de la incompetencia de las autoridades en los ámbitos de prevención, seguridad e investigación inmediata y apropiada, así como efectiva sanción, pronta y expedita sobre los delitos, o sea, el dedo acusador de la colectividad sureña apunta hacia la Secretaría de Seguridad Pública, hacia la Fiscalía estatal y obviamente hacia los tribunales, sectores que el pueblo contempla como los primeros responsables de que los ámbitos delincuenciales siembren dolor, espanto y permanente angustia entre la población que habita la amplia región del sur veracruzano.
 

Porque debe quedar perfectamente claro que también en Coatzacoalcos y en todos los municipios de los entornos, el problema delincuencial ha pasado de preocupante hacia niveles de angustia y terror, es más, las familias sureñas veracruzanas tienen miedo incluso de proceder a la presentación de las denuncias sobre los delitos registrados en sus entornos, temor que se origina precisamente por los elevados niveles de impunidad que ya refieren a esas tierras como una zona sin orden y sin Ley, expuesta en clara y permanente situación de indefensión, porque la Ley no es precisamente el imperio que rige a los habitantes de esas lastimadas regiones.
 
Y la única esperanza que les resta a los veracruzanos sureños, es que la cercana gira por esa región del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, constituya de verdad el arribo de la “Guardia Nacional” para que, de inmediato, inicie operaciones y logre que sus alcances sean el restablecimiento de la tranquilidad social y el declive de los índices delincuenciales, nuevos tiempos que realmente permitan abrir paso hacia una recuperación no sólo de la paz en lo general sino que, paralelamente a ello, resurja la recuperación en la generación de empleos que fortalezcan renglones de bienestar apropiados en todas esas tierras.
 
La verdad es que los habitantes de esa región, desde que hace unos días anunció el Presidente de México que viajaría hacia esos puntos, estimulan la esperanza de que aparejados con los discursos presidenciales, arriben a esas áreas los cuerpos de seguridad, logística e investigación, que sean capaces de rescatar a Minatitlán de los terribles índices delictivos, que son de igual manera los causantes del agudizamiento de una crisis económica la cual, en los últimos meses, ha golpeado a los empresarios y ha generado mayor pobreza en los círculos laborales.
 

Tales son los contextos, no otros, en los que la población sureña veracruzana encuadra la próxima presencia en esas tierras del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pero habrá que esperar en un marco de esperanza, fieles a la expresión de nuestros antepasados en el sentido de que “la esperanza muere al último”… Ya veremos.
 
IMSS PARA TRABAJADORAS
DEL HOGAR: ¿BUENO O MALO?
 
Cuando se aprueba en una primera instancia legislativa la propuesta para que “las trabajadoras domésticas tengan el derecho para que sus patrones las afilien al Seguro Social”, debe intuirse que estamos prácticamente a un paso de una nueva Ley en nuestro país, máxime cuando las propuestas son respaldadas por los grupos legislativos que conforman mayorías parlamentarias.

 
Así las cosas sobre el tema en referencia, bien se puede anticipar que tendremos en México una nueva Ley, que obligará a quien contrata a una “trabajadora doméstica”, para que dicha empleada o en su caso empleado, sea dado de alta ante el Instituto Mexicano del Seguro Social y, con ello, resulte acreedor de los beneficios al que todo trabajador tiene derecho.
 
Y claro que sobrevendrán efectos significativos sobre el tema, porque muchas son las familias que apenas disponen de recursos para pagar salario y alimentación, así como en algunos casos hospedaje, a quienes contratan para labores domésticas.
 
Bajo tales escenarios, incuestionablemente en significativo número de casos, surgirán ámbitos de imposibilidad para cumplir con el requisito del Seguro Social, circunstancias que serán origen de polémicas sobre el tema, en tanto que no se trata de la resistencia del empleador para cumplir con tal disposición, sino de los claros ámbitos de imposibilidad para cubrir los costos en referencia.

 
Y serán tales escenarios objeto de variadas interpretaciones y opiniones, ámbitos en los cuales incluso se referirá que la medida podría originar efectos contrarios al beneficio que se intenta originar, dado que si decrecen “las plazas para trabajadoras domésticas”, serán miles y miles las y los que podrían resultar severamente afectados, al tiempo que en igual forma se afectará a quienes, por no contar con los suficientes recursos, dejarán de contratar a trabajadoras para el hogar.
 
Este podría ser uno de aquellos clásicos escenarios, en los que queriéndose hacer el bien en favor de muchos, se podría acabar afectando a millones… Pero ya veremos.
 
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