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Columnas y artículos de opinión
A salto de mata
Hablando de México...
Gino Raúl De Gasperín Gasperín
6 de junio de 2019
alcalorpolitico.com
A invitación de la Accademia dello Spagnolo, de la ciudad de Lugano, Suiza, tuve la oportunidad de hablar frente a un grupo selecto de personas de ese hermoso lugar para abordar un tema que, de pronto, les resultó de sumo interés: la conquista de México desde el otro lado de la historia. (https://www.facebook.com/pages/category/Language-School/Accademia-dello-Spagnolo-410169629505756/).
 
Este tema ya lo había expuesto en varias ocasiones en Córdoba, también a iniciativa de algunos grupos culturales y de una institución de estudios superiores. En esta última, como parte de un Seminario sobre la cultura mexicana y el tema dio para ser expuesto en unas cuatro horas. En las otras ocasiones, se presentó en un promedio de dos horas, tratando de resumir el tema sin mutilaciones ni simplificaciones, y haciendo uso de más de un centenar de diapositivas especialmente de códices.
 
Previa a la exposición en la Academia de Lugano, a invitación de una escuela oficial, tuve la oportunidad de hablar a niños de 11-12 años que cursan el cuarto y quinto año de la escuela elemental, correspondiente a la primaria. En Suiza, los alumnos cursan 5 años de elemental, cuatro de secundaria y 4 de bachillerato. En este evento, me concreté a exponerles a los niños la historia y el significado del escudo mexicano. Aprovechando la excelente traducción simultánea que la alumna Sofía Herrera realizó, narré a los muy interesados niños, durante una hora y 15 minutos, la mitología que comprende la imagen del águila y la serpiente. No esperaba que, siendo niños de esas edades y tratándose de algo tan alejado de su cultura, hubiera la atención y el interés que les despertó.
 

En el caso de la Academia, el auditorio fue de personas adultas, de varias nacionalidades, y el tema fue más amplio: en la primera parte expuse la concepción mitológica náhuatl del ciclo cósmico, el origen del hombre y el sentido de la relación de nobleza obligada que este mantenía con sus dioses por quienes había obtenido la vida y a quienes ofrendaba la suya. En la segunda parte, se trataron brevemente los avatares de la llegada, el recorrido, las vicisitudes, los pactos y el desenlace que tuvo el enfrentamiento de las dos culturas, tan ricas en sí mismas pero, al mismo tiempo, tan disímiles.
 
Aunque el tiempo programado era de una hora, el evento se extendió por el interés de los asistentes que se mostraron, al igual que los niños de la escuela, muy complacidos en conocer esa parte de la historia de México vista desde otro ángulo.
 
Y la conferencia se repitió por tercera vez. En esta ocasión, en el Conservatorio de Música de Lugano. El público fue diferente. Aunque también asistieron personas de varias nacionalidades, privaron los de México y de Centro y Sudamérica. En esta ocasión, las dos horas programadas fueron insuficientes y el evento, agendado a las siete de la tarde, se extendió más allá de tres horas. Y fue insuficiente por la abundancia de comentarios y, nuevamente, las expresiones de los asistentes fueron de gran satisfacción por conocer una visión que va más allá de lo que ordinariamente se sabe. Como hubo necesidad de un intermedio, el evento fue ricamente complementado con la excelente interpretación de algunas melodías mexicanas por parte de un pianista y un violista mexicano.
 

Los comentarios fueron muy diversos pero privó el sentimiento de quienes se sintieron sorprendidos de que en la historia de nuestro país hubiera habido un episodio tan sui generis, tan distinto a otros, tan único en la historia de la humanidad, en donde una conquista, en sí violenta como lo son todas las de su especie, se haya producido con la confluencia de dos concepciones tan radicalmente diferentes y, en el caso del pueblo náhuatl, particularmente determinado o, al menos, muy fuertemente influenciado por su peculiar cosmovisión y su acendrado espíritu mitológico-religioso.
 
Más allá de lo opuesto que puedan ser las formas de contar, explicar, entender e interpretar la historia, lo importante es que de la variedad de puntos de vista se llegue a una concepción más precisa, más holística de los acontecimientos que construyen un país, una nación, una cultura.
 
Entre la avalancha de comentarios que escuché hubo dos que destaco, uno: ¿por qué sigue prevaleciendo (especialmente en las escuelas) una sola versión (pobre y sesgada) de la conquista de México?, y otro, sin duda el más satisfactorio, el de una mexicana que dijo: ahora amo más a mi país.
 

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