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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Del dicho al hecho hay mucho trecho
Alfredo Ríos Hernández
7 de junio de 2019
alcalorpolitico.com
*¿Qué los chiles tienen que embonar?
*Son escenarios sin igual en el pasado
*Se habla de torpedeos periodísticos
 
Seguramente usted ya habrá leído aquello que “los periodistas nos quieren torpedear”, expresión última en niveles gubernamentales veracruzanos, que en cierta forma reflejan un cierto desconocimiento del comportamiento tradicional de la prensa veracruzana, ámbitos en los cuales nunca ha privado un permanente romance entre los medios de comunicación y los diversos espacios y niveles gubernamentales.
 

Incluso sobre el tema se podrían escribir narraciones de diferencias severas entre gobierno y medios de comunicación, escenarios que incluso mantenían expectantes a los lectores, como aquellas fechas en las que el Diario de Xalapa y otros medios veracruzanos sostenían puntos de vista abismalmente diferentes al entonces gobernador veracruzano Agustín Acosta Lagunes.
 
Ahora bien, en medio siglo que llevo involucrado con medios de comunicación, nunca había registrado un escenario, mucho menos en la capital del Estado de Veracruz, en donde han transcurrido en distintas fechas variadas etapas de mi actividad vinculada con sistemas informativos, el que un funcionario estatal de elevado nivel, como lo es el titular de la Secretaría de Salud en tierras veracruzanas, se dirigiera a las reporteras y reporteros indicándoles “que ningún chile les embona”, a lo que mis colegas debieron de haber respondido que del dicho al hecho, hay mucho trecho, porque en boca cerrada no entran moscas, al tiempo de sostener: No te arrugues cuero viejo, que te quiero pa’tambor.
 
Y claro que estamos en Veracruz, claro que somos tierra alburera y preñada de picardía, claro que tenemos tierras dicharacheras como la ciudad y puerto de Alvarado, que inspiró a Roberto Blanco para escribir esa bella joya literaria que lleva por título “Un son que canta en el río”.
 

Pero bien se canta en el son jarocho “que para subir al cielo se necesita una poca de gracia y otra cosita”... Y la verdad, después de la expresión del galeno que ahora preside y decide las acciones en el sector salud de Veracruz, se puede llegar a la conclusión que, para alburear a reporteras y reporteros, al titular de la Secretaría de Salud en el Estado “le falta gracia y otro cosita” y, por lo mismo, “no les embona apropiadamente una responsabilidad de tal naturaleza”.
 
En el marco de la verdad actual, se debe sostener que el “picaresco vocabulario” ha marcado indeleblemente el presente y el futuro del titular del titular de la Secretaría de Salud Pública en tierras veracruzanas, sin que frente a sí pudiera existir una fórmula para olvidar su desafortunada expresión, sin haber reflexionado que a quienes se las dirigía, la mayoría de ellos, son esforzadas y esforzados jornaleras y jornaleros cotidianos de los medios de comunicación, que de la misma forma cumplen con el papel de madres y padres de familia, que se han sacrificado sin horarios ni calendarios día tras día, hora tras hora, para obtener la información y cumplir con las responsabilidades que tienen encomendadas.
 
No, señor Secretario de Salud, usted se equivocó de personajes, porque quienes han participado, incluso por décadas, en medios de comunicación, no se caracterizan en tierras veracruzanas por andar tras la búsqueda de “un chile que les embone”, lo que sí ansían encontrar son médicos, licenciados, ingenieros, economistas, contadores, geólogos, o simples ciudadanos con real capacidad, que tengan la honorabilidad y la competencia apropiada para desempeñarse en la función pública, pero no para buscar chiles que embonen en los veracruzanos, sino para encontrar las respuestas y las rutas apropiadas que nos conduzcan a los veracruzanos hacia niveles de mayor desarrollo integral y prosperidad en lo general.
 

En diversas formas y en el marco de los estilos personales, está escrito por sabios que “el ser y parecer” constituye uno de los legados de elevada vigencia en todos los ámbitos de la sociedad, pero sobre todo en quienes deciden prestar sus servicios (a cambio de significativos ingresos) como funcionarios públicos, en tales escenarios, tanto el titular de la Secretaría de Salud hasta el más modesto de los trabajadores de esa área, deben tener presente de manera invariable la obligatoriedad de cumplir con puntualidad las responsabilidades encomendadas y, en ninguna de ellas se apunta que deben “de buscar chiles a la medida para que les embonen a quienes les solicitan información”, que por cierto, están obligados a brindarla, embonen o no en rangos de efectividad… Ahí la dejo.
 
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