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Columnas y artículos de opinión
A salto de mata
Qué hacer con la filosofía en la escuela
Gino Raúl De Gasperín Gasperín
25 de julio de 2019
alcalorpolitico.com
Y regreso al tema de la filosofía en la educación, aunque no sea tema de multitudes sino de quienes ven ahí un resquicio por donde se puede llamar a redención al sistema educativo nacional, hasta ahora manejado y manipulado, como la historia, a conveniencia de los vencedores.
 
Después de que se aprobó la inclusión de la dimensión filosófica, de manera general, en la redacción del artículo 3 constitucional que al tema educativo se refiere, los filósofos y maestros de filosofía del país, liderados por el Observatorio Filosófico Mexicano (OFM), han acudido ante la comisión diputaril respectiva para hacer una propuesta concreta, sensata y bien razonada, de la forma en que la enseñanza y práctica de la filosofía se pueden concretar en la ley secundaria.
 
En efecto, al asistir a la Audiencia Pública «Ley General de Educación y otros ordenamientos» del 26 de junio de 2019, se hicieron las siguientes propuestas: 1) En la educación básica, «Se deberá establecer como fundamento de una formación integral, un espacio curricular para la formación filosófica y humanística en todos los grados escolares que comprende la educación básica (primaria) y media básica (secundaria), con sus programas y libros de texto propios, en donde se imparta la filosofía para niños y la ética, desde el pensamiento crítico […]Se trata de que los niños logren expresar (añado: y reflexionar acerca de) sus sentimientos (y sus pensamientos, actitudes y creencias, añado) mediante una forma racional y crítica».
 

Específicamente, en secundaria se deben incorporar las materias de filosofía, ética y formación ciudadana para enfatizar en la reflexión, discusión y análisis sobre los grandes problemas de nuestro tiempo y facilitar en los alumnos el desarrollo de «habilidades y actitudes cognitivas, metodológicas, conceptuales y prácticas, para poder comprender y enfrentar la difícil situación en que nos encontramos en nuestro país y en el mundo de hoy».
 
2) Aunque en mapa curricular del bachillerato ya existe la asignatura de ética, algo de lógica e introducción a la filosofía, es necesario reforzar los contenidos «en dos sentidos: una renovación de la didáctica y una relación con nuestra sociedad y cultura». Esta propuesta, sin embargo, me parece débil y vaga. El bachillerato es una etapa formativa fundamental en la vida de los adolescentes y la enseñanza de estas asignaturas les es de trascendental importancia. Tal como están los programas y el enfoque que tienen, tanto en lógica como en ética y en introducción a la filosofía, los alumnos (y muchos maestros) pasan por ellas, sobre ellas o simplemente por un lado sin lograr gran provecho, y algunas veces generando más bien rechazo y aversión. Ya en ocasiones anteriores he insistido en que la lógica debe enseñarse más formalmente en los dos primeros semestres y la ética en el último semestre, mientras que en los intermedios debe ocupar su lugar la introducción a la filosofía. Y no hablo desde el escritorio, sino desde 40 años de experiencia en la impartición de esas asignaturas. Además, como parte fundamental, debe incluirse una sesión semanal de reflexión sobre temas de la vida humana y de las vivencias de los jóvenes en formación.
 
3) La siguiente propuesta del OFM se refiere a los estudios de orden superior. Aquí la idea es promover «la creación de escuelas, facultades y carreras de filosofía, así como la investigación filosófica. (Asimismo) Es necesario incorporar en las Facultades de Filosofía y Normales la formación docente de sus egresados, a través de asignaturas como didáctica de la filosofía, filosofía para niños, filosofía de la educación, filosofía mexicana, pensamiento filosófico de los pueblos originarios y filosofía latinoamericana para poder actualizar los contenidos y cumplir con lo establecido en el Artículo Tercero Constitucional». Y yo insisto en la formación ética de los estudiantes de nivel superior, por cuanto hace a la necesidad de generar una conciencia sobre la responsabilidad social y humana de los conocimientos adquiridos.
 

4) Por último, el OFM se refiere a los espacios no universitarios, y en ellos propone, entre otras particularidades, «la difusión de una educación filosófica y humanística para la sociedad, a través de los diversos espacios públicos y medios de comunicación», en donde se aborden «los grandes problemas actuales de la ética aplicada y bioética, tales como: derechos de los seres humanos, derechos de los animales; relación con la naturaleza, derechos de la mujer; derechos de las culturas indígenas».
 
Finalmente, concluyen los filósofos y maestros de filosofía mexicanos, en todas las instancias que hemos mencionado «es muy importante destacar que el diseño de los planes y programas de estudio así como en las actividades de investigación, docencia y difusión, deberán estar a cargo de profesionales de la filosofía y no de otros profesionales para evitar la distorsión de la naturaleza de la disciplina».
 
Si las cosas se hacen así, otro gallo cantará… y con mejor tonada.
 

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