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Columnas y artículos de opinión
La purga de Andrés Manuel
Helí Herrera Hernández
19 de agosto de 2019
alcalorpolitico.com
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twitter: HELÍHERRERA.es
 
"No es mi fuerte la venganza, yo no soy rencoroso", manifestó Andrés Manuel López Obrador en su primer día de ejercicio constitucional, en varios de los actos que realizó aquel primero de diciembre de 2018. Pero la realidad dice que AMLO tiene memoria, una memoria que le hace sacar su lado malo izquierdoso, aquel que en la antigua Unión Soviética aplicaron malos seguidores del Leninismo que ejecutaron, u ordenaron hacerlo, con casi todos los bolcheviques que habían tenido una función trascendental en la Gran Revolución de octubre, o en el gobierno de Vladimir Ilich Uliánov -Lenin-. De los seis miembros del politburó original, solo José Stalin sobrevivió, cuatro fueron asesinados y Trotsky fue ejecutado en México en 1940, donde se encontraba exiliado, huyendo de aquella purga.
 
Quién crea que el abogado Juan Collado, Rosario Robles y Carlos Ahumada están en prisión, producto de sendas investigaciones judiciales imparciales, y que le tocó la casualidad al ejecutivo federal, que dentro de su mandato se giraran las ordenes de aprehensión primero, y luego las detenciones, quiere decir que no conocen, en principio, la historia de los video-escándalos de 2004, que a través de ellos descarrilaron la candidatura de Andrés Manuel en 2006, en un perverso accionar del expresidente Carlos Salinas de Gortari, a través de Rosario Robles, a quien llegó a ponerle la banda presidencial en su pecho, que bajo de una vitrina de su biblioteca donde la lucía, y le dijo "Usted, si quiere, puede ser la primera presidenta de México", seduciéndola, desde ese momento, a la entonces dirigenta nacional del Partido de la Revolución Democrática, que cayó rendida y, a partir de ese momento, se convirtió en el vínculo para que su pareja sentimental Carlos Ahumada, desempolvara de su caja fuerte todos los videos que tenía, donde les entregaba dinero en efectivo a René Bejarano y otros perredistas (entre ellos el ex esposo de la actual gobernadora de la Ciudad de México Carlos Imaz), para orquestar, con la ayuda de TELEVISA y Tv-AZTECA una campaña donde acusaron de corrupto a López Obrador, de ser "un peligro para México", desbarrancándolo del primerísimo lugar que tenía en las encuestas, en muchas de ellas por más de 10 puntos arriba de Felipe Calderón.

 
Todos los que conocemos la historia política-electoral de México sabemos, y Andrés Manuel con mayor razón, que perdió la elección del primero de julio por esa razón, y también sabemos, por las personas que en aquella campaña formaron el primer círculo del hombre de Macuspana, que el actual presidente de México manifestó, palabras más, palabras menos, que más temprano que tarde la vida le daría la oportunidad de poner las cosas en su lugar.
 
Encaja ahora el rompecabezas: Carlos Salinas de Gortari dio la orden de ejecutar el plan ; Juan Collado fue el conecte con las televisoras y el grupo de poder económico en este país para la gran campaña de desprestigio contra Andrés Manuel; Diego Fernández Ceballos para armar todo el andamiaje legal, que sirvió, cuando falló este plan, para el desafuero; Rosario Robles para embaucar a su novio argentino para que permitiera la difusión de los videos, bajo el cuento que le vendió Salinas que podría ser presidenta, y que desde allí podrían hacer de negocios juntos; y Carlos Ahumada, de suyo corrupto, que se vio como primer damo y con ello, multimillonario, por toda la clase de negocios que realizaría desde ese privilegiado lugar que tendría.
 
¡Lo lograron!, AMLO no llegó por 0.56% de votos gracias al plan maestro que tejió Salinas, por eso recompensa años más tarde a Rosario acercándola con Peña Nieto y éste, primero como gobernador del Estado de México, y luego como presidente, la premia haciéndola secretaria de Estado, volviéndola cómplice de sus corruptelas, como la estafa maestra.

 
Nunca pensaron que Andrés Manuel llegaría a ser presidente de México, y más vale que pongan sus barbas a remojar porque de aquel quinteto maléfico, tres ya están en la cárcel, en los apenas 9 meses del gobierno amloista; faltan Salinas de Gortari y Fernández de Ceballos. Tiempo hay de sobra y espacios en los penales federales suficientes como para esperarlos.
 
López Obrador sigue manifestando, mientras tanto, que "no es mi fuerte la venganza, no soy rencoroso", pero ya mando a pedir la extradición de Carlos Ahumada de Argentina para que venga a platicar no de los impuestos que quedó a deber -eso es peccata minuta-, sino de todo lo que sabe de aquel entramado perverso que armaron en 2004, a fin de que les resulte cita a Diego y Salinas. Rosario ya involucró a Peña Nieto, señalando que le informó de todos los desvíos por más de cinco mil millones de pesos y Collado, Juan Collado, el abogado de "la mafia del poder", se dice que ya está .
 
Debo reconocer la inteligencia y/o perversidad también de Andrés Manuel, porque de una sola pedrada ha matado dos zopilotes que ya merodeaban el cadáver, porque con este affaire quitó la atención que la gran mayoría de los mexicanos traíamos respecto al nulo crecimiento económico del país, el desempleo que sus políticas públicas están provocando y la inseguridad que sigue permeando a la república, por mencionar solo estos aspectos.

 
¡Si no es poca cosa lo que se perdió en 2006; nada más y nada menos que la presidencia de la república!, en otras circunstancias: más producción petrolera, mejores precios del crudo (por encima de los 100 dólares), peso mejor posicionado frente a la divisa estadounidense, crecimientos económicos por encima del 2% anual, empleo al alza y lo principal, con índices de seguridad que hacían disfrutar paz pública y, un Andrés Manuel más joven que pudo hacer, con aquel país y con esas estadísticas, un mejor proyecto de gobierno, porque el que recibió en diciembre pasado está terrible y temible.