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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Golpe de timón en Fiscalía
Alfredo Ríos Hernández
4 de septiembre de 2019
alcalorpolitico.com
*Interviene guardia nacional
*Ya tenían a la “suplente”
*El tema sacude a veracruz
 
Apenas dos días atrás escribimos en éste mismo espacio que, romper el desencuentro y reunirse para evaluar temas sobre la administración de justicia, para bien de los veracruzanos, representaba una buena señal por parte del gobernador de Veracruz y el fiscal del estado, en tanto que con ello se terminaba “el desencuentro” que con tonalidades elevadamente temperamentales, se advertía entre la administración estatal y la fiscalía veracruzana, instituciones que al margen de la autonomía de la una y de la otra, deben referir coincidencias hacia las rutas claras y puntuales, de una colectividad apegada a la legalidad en todas sus acciones y en todos sus ámbitos.
 

Ciertamente entre la fiscalía y el poder ejecutivo, es aplicable el referir que pueden y deben caminar juntos hacia metas concretas en materia del crimen y el castigo, pero no revueltos, porque las propias leyes que nos rigen a todos los veracruzanos y en el contexto nacional, refieren que la investigación judicial para determinar los niveles de culpabilidad o de inocencia de un indiciado o sospechoso, recae con toda su dimensión en la Fiscalía correspondiente, institución que debe presentar al tribunal los hechos confiables y apegados a la legalidad, para que los tribunales determinen evaluando pruebas y descargos el destino inmediato del indiciado, como probable ejecutor de acciones consideradas como delictivas o como inocente de los cargos en su contra.
 
En pocas palabras, la fiscalía constituye el espacio más significativo para que quien delinque afronte su responsabilidad ante los tribunales, por lo mismo y sobre todo en tierras como las veracruzanas, que se han convertido en regiones de alto índice delictivo, el que prive la unidad de esfuerzos y la concordancia de acciones entre la administración federal, la estatal y las municipales con la fiscalía, constituye una condición imprescindible para alcanzar mejores objetivos en la aplicación y vigencia de la legalidad, escenario positivo que nos conducirá hacia mejores ámbitos de justicia, así como de mayores niveles en materia de seguridad, condición que por variadas causas no se ha escenificado en tierras veracruzanas y que, por el contrario, está registrando efectos no gratos para nadie, en tanto que la clara confrontación entre instituciones públicas, irremediablemente contravienen la posibilidad de una colectividad con claros rangos de unidad y confianza en las instituciones, que le permitan alcanzar mayores niveles de bienestar y de desarrollo integral.
 
En el marco de la evaluación ciudadana, el que de forma sorpresiva y casi con acuerdos “en lo oscurito” se dictamine en el congreso de Veracruz un golpe de timón en torno a niveles de administración de justicia, tan inesperado en tales circunstancias y tan ajeno no digamos que a las leyes, sino a los usos y costumbres de la administración pública, porque los hechos refieren más que una determinación circunscrita al ordenamiento legal, así como a usos y costumbres, la ejecución de un manotazo sobre el escritorio de mando para ejecutar “un golpe de timón” apresurado y angustiante, como los que ejecutan en altamar los capitanes del navío ante el amenazante rugir de la tormenta.
 

Impresionante debe de ser “el maremoto” de diferencias y desencuentros que privan en Veracruz, especialmente en los temas de seguridad y administración de justicia, para que la apenas iniciada “luna de miel” que dio origen a un esperanzador encuentro recientemente escenificado en las esferas cupulares de la administración estatal y la fiscalía veracruzana, se rompiera abruptamente, tomando por sorpresa los legisladores estatales la determinación de que se procedía a la “separación provisional del cargo” al fiscal Jorge Winckler Alcocer, al tiempo de designar a Verónica Hernández Giadans, como titular provisional de la (en éstos momentos) polémica y tormentosa fiscalía del estado de Veracruz...
 
El nuevo capítulo en la historia de éste caso apenas se inicia, porque pronto habrá reacciones por parte del porteño Jorge Winckler Ortiz, sobre quien ya se comenta que prepara una de las defensas en torno a su caso, única hasta la fecha en la historia del país... Ya se verá ante el colectivo nacional que transita en la etapa de Cuarta Transformación, como refieren los jarochos “si quien tiene más saliva traga más pinole”.
 
LO QUE SE LEE
 

Que inmediatamente al dictamen acordado en el congreso de Veracruz con el cual Jorge Winckler Ortiz, quedaba suspendido de sus funciones como fiscal del estado, aparecieron elementos de la Guardia Nacional cercando las instalaciones de la fiscalía del estado en la ciudad de Xalapa, situación que obliga a reflexionar en que, las instancias federales, ya disponían de información e incluso de instrucciones para tomar las medidas que el caso requería.
 
LO QUE SE VE
 
Que integrantes del congreso del estado de filiaciones partidistas contrarias al Movimiento de Regeneración Nacional, o sea, ajenos a la Cuarta Transformación, no lograron ingresar a las oficinas estatales de la fiscalía del estado, en tanto que se encontraron con la muralla conformada por miembros de Guardia Nacional... Está claro que, de haber logrado sus objetivos, en este momento la nueva fiscal provisional, Verónica Hernández Giadans, ya estaría despachando en otro punto de la ciudad capital de Veracruz.
 

LO QUE SE OYE
 
Que nuevamente la entidad veracruzana ocupa sitio privilegiado en los medios informativos nacionales e incluso en el exterior, como resultado de los escenarios en torno a la suspensión del Fiscal de Veracruz, información que incuestionablemente debilita la imagen de nuestras tierras como una entidad estable y confiable para invertir e incluso para visitar, factor que afectará a la inmensa industria turística que, en tierras jarochas, ha decrecido de manera notoria en los últimos tiempos, ello precisamente por los rangos de inseguridad tanto en carreteras como en pueblos y ciudades.
 
Ahí la dejamos.