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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Ejército aplicará su poderío
Alfredo Ríos Hernández
11 de septiembre de 2019
alcalorpolitico.com
*“Pueblo bueno” pide paz
*Reclamos de seguridad
*Demeritado el turismo
 
Desde la actual fecha y en adelante, las acciones de miembros de las fuerzas armadas del país, serán ejecutadas con mayores dimensiones en cuanto sean objeto de agresiones por parte de grupos ubicados al margen de la Ley, ello como resultado de los apuntes planteados por legisladores e incluso por asesores y funcionarios de la Presidencia de la República, sobre las tácticas que deben de regir en el marco de las responsabilidades que, de manera extraordinaria y transitoria, les han sido asignados en materia de seguridad a los integrantes del Ejército Mexicano y de la Marina Armada de México.
 

Por las características que han imperado en los últimos días, que han afectado los reflejos de los operativos emprendidos por las fuerzas armadas del país, en el marco de las cuales, incluso se ha denostado y apedreado a los uniformados más respetados en tierras mexicanas, las nuevas instrucciones que refieren cero tolerancia ante actitudes agresivas contra el cuerpo militar, habrán de originar un panorama diferente al que se ha registrado en últimas fechas.
 
Todo hace suponer que en los operativos que pudieran efectuarse en próximos días, la actitud de los integrantes del Ejército Mexicano, se sujetará a órdenes distintas a las que se venían sujetando dichos cuerpos militares, lo que habrán de registrar con claridad aquellos grupos que intenten confrontar a los integrantes del Ejército.
 
Por el momento, todo hace suponer que las autoridades federales están difundiendo de manera notoria, las nuevas tácticas en referencia, para que nadie se muestre sorprendido ante acciones de mayor rigidez en tales escenarios, sobre todo con la idea de desestimular y evitar que la milicia sea agredida, para rescatar la normalidad al interior del colectivo social sin la necesidad de mayores confrontaciones.
 

Ya veremos hasta dónde las nuevas tácticas refieren avances hacia un país con mayores niveles de tranquilidad, escenarios que parecieran muy lejanos en la historia actual de los pueblos y ciudades del territorio nacional.
 
LO QUE SE LEE
 
Que el Presidente de México no debe utilizar argumentaciones para “justificar la delincuencia” y mucho menos para tolerarla, en tanto que su responsabilidad como mandato nacional, es la de combatir con efectividad los escenarios delictivos, todo ello en beneficio de quienes sí viven apegados a las normatividades vigentes en el marco de la sociedad, esforzándose todos los días no sólo para el sostén y bienestar de su familia, sino para fortalecer el desarrollo del país tanto por vía de la convivencia social participativa, como con el cumplimiento en el pago de impuestos, recursos que deben ser utilizados para beneficio de la colectividad y el desarrollo integral de la sociedad, no para beneficiar a sectores apartados de la legalidad e incorrectamente solapados por quienes, como autoridades, tienen la obligación de mantener la paz social y salvaguardar el bienestar de vidas y patrimonios del colectivo social en lo general.
 

Tales son las reflexiones que circulan tanto en los contextos de medios de comunicación, como en voz de la ciudadanía en lo general, referencia que conduce a la percepción que la mayoría abrumadora de quienes trabajan y se esfuerzan cotidianamente, para el sostén propio y de su descendencia, no comulga del todo con los criterios que sobre el tema se sostiene últimamente al interior del Palacio Presidencial, tendencias consideradas como no apropiadas para aplicarlas actualmente en nuestro territorio, bajo el criterio que un país mejor, habrá de ser aquel que registre menos hechos delictivos y, “es mejor”, precisamente porque el “pueblo bueno” es el que se esfuerza honorablemente por el bienestar de su familia, tanto para aportar por vía fiscal para el beneficio colectivo, como para fortalecer el desarrollo de los integrantes de su hogar, evitando las tendencias de obtener dividendos por vía de la ilegalidad y, obviamente, a costa del patrimonio de los que sí trabajan.
 
LO QUE SE VE
 
En los medios impresos y en los archivos con filmaciones y grabaciones de los sistemas de información electrónicos, podrían encontrarse con facilidad las referencias y apuntes en lo general sobre los alarmantes índices de hechos delictivos expuestos por los medios de comunicación, no sólo en la actualidad, sino en el transcurrir de los últimos quince años, escenarios que por la tendencia hacia el crecimiento originaron la alerta de la colectividad sobre tierras veracruzanas y otros puntos del país, considerados como “focos rojos” en el reglón de inseguridad.
 

No es exacto por ello que, en los ámbitos de la administración estatal veracruzana, en los días actuales se refiera “que en los tiempos del Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares la prensa no refería los índices delictivos”, los archivos (insisto) dejan sin sostén a dicha afirmación.
 
Debe quedar claro en los marcos de la administración pública del país, sean rangos municipales, estatales o nacionales, que la preocupación de la inseguridad no constituye una reflexión reciente de la colectividad en ámbitos nacionales, sino que conforman referencias que se registran desde dos décadas atrás, que fue cuando se advirtieron dimensiones singularmente peligrosas para la tranquilidad nacional, lo que a su vez dio origen a la alerta generalizada difundida en los medios de comunicación, ello como resultado de las exigencias en ese sentido expuestas por la sociedad en lo general.
 
Los apuntes resultan necesarios para evitar que persistan criterios en sectores de la administración pública, en el sentido de que los reclamos para disminuir la sensación de inseguridad del pueblo veracruzano, se encuentran estimulados por tendencias de carácter político-partidistas.
 

LO QUE SE OYE
 
Que en zonas turísticas de tierras veracruzanas, como el puerto de Veracruz, Boca del Río, Coatzacoalcos, Tuxpan, Costa Esmeralda y Xalapa, la ocupación hotelera promediada del mes de enero a julio, apenas alcanzó un 40.1 por ciento, cifras que por sí mismas refieren la aguda preocupación que invade en la actualidad a los empresarios y obviamente trabajadores del ramo turístico veracruzano.
 
Nuevamente la causa que se acredita para tales efectos, es la secuela delincuencial que priva tanto en las vías de comunicación como (incluso) al interior de los pueblos y ciudades.
 

Hoy más que nunca resulta especialmente urgente, que las autoridades estatales y municipales, conjuntamente con el Gobierno de la República, definan y apliquen acciones propagandísticas que estimulen la atracción y la determinación para incrementar la presencia de visitantes hacia la entidad, proyecto que debe efectuarse y aplicarse paralelamente al diseño y ejecución de acciones en materia de seguridad, que permitan recuperar la sensación de tranquilidad en el marco de tierras jarochas… Ya veremos.