1.- Los terremotos de septiembre 19 del 85 y 2017, siguen vivos en la memoria colectiva del país. Antes de las ocho de la mañana del 85, el piso se movió y crujieron edificios nuevos y viejos.
 
Apenas en el 17, sobre el medio día, gran parte de la república era mecida por el terremoto que aún está presente en la sociedad nacional, por la holgura que ha habido en el gobierno [de ayer y de hoy] para remediar tantos males.
 
Apenas amanezca, en la capital nacional en el Altiplano, sonarán las alarmas para dejar fresca en la memoria, esa etapa funesta que mató mucha gente y empobreció a miles.
 

Y en el discurso se listarán todas las acciones programadas, pero muchas, cientos, no ejecutadas aún.
 
Hoy será pues, fecha de recordación en miles de hogares mexicanos: Chiapas, Oaxaca, Morelos, Puebla, Ciudad de México, y en todas las regiones donde el luto sobrevive porque se alimenta de pobreza.
 
2.- No se necesita ser mago o tener una bola de cristal, para saber qué puede suceder ahora que los consentidos han tomado nuevamente por asalto la Cámara de Diputados allá, en ciudad de México.
 

Unos con la pena de no poder “legislar” [aunque sea al estilo descrito por Porfirio Muñoz Ledo], y otros a la pepena de réditos políticos.
 
Sin embargo, al final del camino los “dueños” de la educación volverán a ganar en el territorio de su propiedad: El magisterial.
 
Las normativas de la educación serán “aprobadas” por la mayoría legislativa en San Lázaro, a pesar de que las “oposiciones”, que son minoría, les enseñen los dientes a los morenos, que desde ya, han adelantado que votarán la “legislación” como ellos quieran [será como les digan que puedan].
 

¿Alguna vez la Suprema Corte de Justicia se atreverá a invalidar leyes con tantos vicios en su formación?
 
Para qué preocuparse, la botarga de la “independencia” de poderes de la Unión siempre será un buen recurso.
 
3.- Claro que la sequía le pegó duro y macizo a la producción de naranja y a la ganadería en el norte del estado.
 

Una cosa es que el secretario de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca, Eduardo Cadena Cerón, despache encerrado en sus oficinas y otra cosa es lo que sucede en el campo veracruzano.
 
En la región de Álamo la sequía le llegó por los cuatro costados al campo. Se nota y se siente en la bolsa de agricultores y ganaderos.
 
Todas las variedades de los cítricos fueron severamente castigadas por la naturaleza por la escasez de las lluvias; y esto se reflejará en tanto que el año se acerque al final.
 

Ahora ha comenzado a llover con más frecuencia, pero casi han pasado dos tercios de septiembre.
 
¿De qué tamaño será eso llamado Seguro Catastrófico de apoyo a productores de naranja? Pero no parece el gran salvador...