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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Indignante depredación
Alfredo Ríos Hernández
24 de septiembre de 2019
alcalorpolitico.com
*La basura oculta al agua
*Cuando se vivía del río
*¿Catástrofe ecológica?
 
Conocí siendo muy pequeño, allá por la década de los 50, junto con muchos otros cordobeses, orizabeños y habitantes en lo general de aquellos años, el hermoso y gigantesco caudal (para aquel entonces) de lo que identificábamos como “Río Blanco”, referencia que se le acreditó por la espuma de encendida tonalidad blanca que surgía ante el espectacular choque de sus cristalinas aguas con miles de piedras y rocas, las cuales aparecieron en su superficie como resultado de la vertiginosa velocidad de la corriente de agua que, con el paso del tiempo, arrastraba las blandas tierras del lecho del río dejando al descubierto todo tipo de rocas con caprichosas figuras, dignas de un brillante escultor, en las que el agua se impactaba con tal poder, que incluso moldeaba las rocas transformándolas en esas sofisticadas formas…
 

Difícilmente alguien que en aquellos tiempos tuvo la oportunidad de registrar tales paisajes podría olvidar las referencias anotadas, tiempos aquellos en los que había hechos delictivos, pero no en la cantidad y dimensiones que hoy se registran; tiempos en los que, al igual que hoy (no en las mismas cantidades) había basura, pero no inundando las calles de las colonias populares ni invadiendo los arroyos, lagunas y ríos de nuestros entornos, días aquellos en que se registraban hechos delictivos, pero no con sacudimientos violentos como los que hoy nos invaden.
 
En las aguas de los ríos y arroyos de la región central veracruzana y, de muchos otros puntos del Estado de Veracruz y del país, se registraban ante nuestros ojos maravillados una rica variedad de peces e incluso de camarones, langostinos e imponentes jaibas, tanto así que en variados pueblos y rancherías, los arroyos, lagunas y ríos, representaban al margen de espacios para las actividades recreativas como la natación, la oportunidad de practicar los clavados y el buceo, constituyendo tales escenarios, una fuente de alimentos que, en algunos casos, configuraban factores importantes como fuentes de ingresos para algunos sectores de la población.
 
Todo ello se ha demeritado, porque con el paso de las décadas y con ritmo incontenible hemos contaminado todo, hemos infectado con nuestros propios desechos las aguas, lagunas, lagos, arroyos y ríos, incluyendo sus riberas, así como las costa y aguas de nuestros mares.
 

Ejemplo dramático de ello es lo que hoy se vive en la laguna de Alvarado, ese puerto que conocí y disfruté de chamaco con familiares de esa región, cuando se podía caminar por debajo de sus muelle levantados con madera, muelles bajo los cuales se podían obtener “manos de cangrejo”, pero sólo una de cada cangrejo, los cuales por miles transitaban sobre la húmeda ribera de las aguas del Río Papaloapan, que metros abajo se sumaban al Golfo de México, aguas sobre las cuales navegaban pangas que prestaban el servicio de transportar vehículos y personas de una ribera a la otra… ¡Qué tiempos aquellos!
 
Y lamentamos los tiempos que se fueron entre muchas otras cosas más, porque hoy las aguas de la región alvaradeña han sido invadida por decenas de toneladas de basura, los “sabios y expertos” en la materia citan números, 50, 60, 70 toneladas de desechos que fueron arrastrados de la las regiones de la zona centro de Veracruz, teniendo como supuestos orígenes, supuestos tiraderos clandestinos que operan “en algunos” municipios de la región central que abarca, desde las altas montañas hasta las regiones cañeras, citrícolas, ganaderas y cafetaleras que conforman los entornos de ciudades como Orizaba, Fortín y Córdoba, para citar el eje central de la región en referencia.
 
“Que se investigue y castiguen los responsables” externan organizaciones ecológicas y, yo me pregunto: ¿Cuándo se han investigado y cuándo se han castigado décadas de irresponsable contaminación, que han convertido corrientes agua, lagos y lagunas en verdaderos “muladares acuáticos”?
 

¿Cuándo en la región central veracruzana se ha investigado y castigado la extinción del langostino?... Del camarón de río, del robalo, de la mojarra, de la jaiba… Es más: ¿Cuándo se ha sancionado de verdad y con energía la contaminación originada por diversos sectores del sector productivo? como los ingenios azucareros, las flotillas de unidades del transporte, las empresas en general con instalaciones industriales que arrojan desechos tóxicos para el medio ambiente... ¿Alguien podría informar con veracidad que los servicios de carga, como del transporte urbano, ya no originan niveles preocupantes de contaminación?...
 
¿Dónde están los rellenos sanitarios o procesadoras de basura acreditadas de elevada eficacia por auditorias ambientalistas realmente prestigiadas?
 
¿Dónde están las procesadoras de aguas negras de los municipios veracruzanos?...
 

Salvo el Ayuntamiento de Orizaba que se distingue por su desarrollo urbanístico e, incluso, un exitoso programa municipal para la separación de la basura, que ya miles de orizabeños practican cotidianamente, no logro ubicar a otro municipio veracruzano (podría existir) con los avances en ese rubro que orgullosamente reflejan los orizabeños.
 
Al final del día, estamos transformando nuestro hábitat en un real muladar, ahí están las imágenes de la basura en las aguas veracruzanas, que no dudaría en que algún organismo ecológico internacional decidiera filmar las nefastas escenas, para difundir de lo que somos los veracruzanos capaces de hacerle a nuestro propio habitad.
 
Y la verdad que no sólo somos los veracruzanos, ello es aún más preocupante, porque pocas son las regiones en México que han alcanzado niveles apropiados para el correcto manejo de los desechos, escenarios que están conduciendo al país hacia derroteros catastróficos, aberrante herencia imperdonable y terrible que entregaremos a las generaciones que vienen atrás de nosotros.
 

Ya en algunos centros comerciales se están restringiendo las bolsas de plástico para trasladar los productos adquiridos por los consumidores, buena medida, pero ello apenas es el inicio de acciones superiores que debería emprender todo el colectivo social, todo ello bajo la supervisión correcta de las autoridades… ¿O acaso el basurero sobre las aguas de nuestras tierras continuará en su monstruoso crecimiento?... Ya veremos.