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Columnas y artículos de opinión
Xantolo 2019
Luciano Blanco González
1 de noviembre de 2019
alcalorpolitico.com
Al fin han llegado, están con nosotros, lo sentimos muy cerca, el ambiente nos revela su proximidad, sentimos su aliento y el murmullo de las distintas voces de nuestros queridos muertos que también muy contentos vienen a visitarnos en estos días tan especiales.
 
Quizás están encarnados en esos bailarines frenéticos que danzan en las calles en este sin igual Xantolo, en donde no falta nadie, ahí están junto al cura, la monja, la dama, el borracho, el licenciado, el profesor, la maestra, el presidente, los gobernadores y todos los personajes que yacen en el sub mundo, en la imaginación y en el medio, que estos días ataviados con distintos atuendos danzan eufóricos en las calles en el cementerio y en todas partes.
 
Ya lo hemos platicado en otras ocasiones, pero es tiempo propicio de referirles algo de las tradiciones locales, ahora que vienen a visitarnos del mas allá nuestros familiares y amigos, por ello no referiremos nada de política pues ellos nos deben encontrar en paz y armonía, sin discordias y con el palillo en la boca aunque nos chillen las tripas diría el famoso negro Nava, para que no se note la pobreza y se vayan tristes por encontrarnos en estado deplorable, sin ánimo para la ofrenda, sin dinero para los tamales o enojados porque nos encuentren peleando, entonces sin su bendición nos abatirá la lamentable nube negra de la mala suerte.
 

Los huastecos sabemos desde pequeños, porque nos lo dijeron nuestros padres, que al cielo se llega bailando y sus puertas se abren solitas, si bailas siete años y te portas bien.
 
Pero no es el hecho de bailar y disfrazarte con una vestimenta divertida como si estuvieras en un carnaval ejecutando los pasos más atrevidos, no, las danzas antiguas tienen un significado espiritual muy profundo, comprende el hecho de que había que ofrecerse al creador y rogarle que en estos días, en que el demonio anda suelto acechando a los hombres para llevárselos, no nos llevara y que se alejara de nosotros.
 
Pues dice la leyenda que el diablo ese día nos somete a todas las tentaciones para ganar nuestras almas o para hacernos algún mal, incluso privarnos de la vida, por eso para confundirlo y engañarlo, nos disfrazamos de mujer ya que según, las mujeres están libres de ese peligro.
 

Eso era antes, ahora las mujeres también bailan alegrando con su característica alegría las fiestas, pero esta conquista fue muy difícil para ellas, pues batallaron para convencer a los caporales de las cuadrillas para que las dejaran participar, destacando el ruego y las suplicas de una madre y sus hijas que fueron a pedir que las dejaran participar porque el padre de ellas había muerto y no les habían nacido hermanos y que no teniendo quien les bailara, ellas querían hacerlo porque si no sus difuntos iban a estar muy tristes y ante esas muy sentidas invocaciones se les permitió participar y desde entonces engrosan las cuadrillas de danzantes.
 
Las fiestas comenzaron con los ensayos y con las ofrendas previas, el pasado 28 se ofrendó al señor del Mictlán para que permitiera la presencia de los difuntos que, por azares del destino fallecieron en circunstancias de violencia: por bala, por cuchillo, por ahorcamiento, por accidente, ahogados o cualquier otro evento que no fuera enfermedad, el ruego es de que también vengan a disfrutar y que en su viaje por este mundo se porten bien, que no hagan maldades, ni travesuras.
 
La celebración de los días de muertos para la familia Huasteca es una fiesta que los creyentes llenan de abundante religiosidad cristiana mezclada con un misticismo pagano, cuyos orígenes creemos encontrarlos en el mundo de creencias antiguas que se simbolizan en el rito social que se practican en el seno del hogar.
 

Hoy viernes es el primer día, está dedicado a los chiquitos, a los bebes a los niños y niñas a quienes se les agasaja en los altares con un vasto menú de manjares regionales, con frutas de la región, conservas de caguayote, papaya y camote elaboradas con miel de piloncillo, pan de muerto con figuritas infantiles y rico chocolate calientito y espumoso, sin faltar los tamales de calabaza, de frijol de pipián, dulces y pastel.
 
Contra todo lo que se diga, las veladoras a los chiquitos se encienden desde la noche del día 29 y son acompañadas por las veladoras de los grandes el día primero a partir de las 4 de la tarde, sin faltar la veladora del anima sola, colocada sobre una crucecita de pétalos, en o frente al altar elaborado con varas resistentes y flexibles entre las que destaca el palo de sol que por duplicado se construyen a una distancia de unos 30 centímetros cada arco, afianzados por travesaños de madera que les dan fuerza para sostenerse, después se forran con hojas de rama iglesia o con ramas de limonaria, amarradas con resistentes hilos de izote y se adorna con flores de cempasúchil o flores de rosa muerto de un amarillo otoñal incomparable y con las rojimoradas flores de mano de león, es admirable la curia que cada quien aporta para hacer esta magnífica obra artesanal casera que las amas de casa seguras de que serán visitadas por las animas las confeccionan para que les guste a sus difuntos y que estos estén contentos en su estancia.
 
Es curioso como todos los miembros de la familia elaboran la lista de a quienes van a ofrendar, ya sean parientes o amigos, a cada veladora se le adhiere en el exterior el nombre del difunto al que se le dedica y cada pariente cuando va a visitar el altar donde se colocan, lo primero que hace es leer los nombres de cada uno y la plática de los anfitriones es sobre los gustos de los celebrados. ¿le pusiste veladora a mamá? ¿No veo el tabaco del abuelo?, mira, te acordaste de perengano, te acuerdas como le gustaba esto o esto otro a fulano, como cuantos años tiene de muerto y se presume que los muertos están ahí presentes acompañándolos. Es primoroso ver arder la parafina, cuya flama envuelta por el copal solemniza el lugar.
 

El día primero en la tarde, después de encender las veladoras, la familia con mucha devoción y respeto celebra una ceremonia intima de bienvenida, para iniciar prende copal, luego reza un padre nuestro y el principal invoca a los muertos celebrados, diciendo: papacito, mamacita, parientitos, amigos, ya que diosito les dio permiso de venir, en esta casa los recibimos con mucho cariño y les ofrecemos lo poco que tenemos, para que estén contentos, y se reza el Ave María. Luego se entonan alabanzas de velorio que agüitan los corazones ya afligidos de los oferentes. A veces alguien llora por los recuerdos, al ver los retratos de sus seres queridos en el magnífico altar de las ofrendas, presidido por alguna imagen de nuestra señora de Guadalupe o del Señor Jesucristo, colocados en la pared, sobre una mesa con un reluciente mantel pletórico de humeantes tamales de puerco, de pollo, de calabaza con camarón, de pipián, de frijol de zarabando, de chivo o de castilan. Pan, pemoles, café, chocolate, dulces, aguardiente, cerveza, atole agrio, tabaco, cigarros, naranjas, mandarinas, limas y conservas, ahora hasta Coca-cola.
 
Esa rutina se sigue el día 2, se desayuna, se atiende a la visita y es costumbre llevar flores y las coronas de muertos al cementerio.- En algunos lugares esto se hace el día 3-. El mismo día 2, se visitan los compadres, si el ahijado quiere ver al padrino ese día es el señalado y en muestra de respeto y de cariño le lleva algún presente de comida especialmente elaborado para él, normalmente es un tamal grande con todas las piezas del pollo o de la gallina y unos huevos que adquieren un sabor delicioso. ¿A dónde aprendiste todo eso mamá? Mis papas me enseñaron. ¿Y a ellos quien les enseño? Quién sabe.
 
Por las calles y caminos en el medio rural se oye sonar el cuerno y los cuetes rompen el silencio en cada casa, veredas y barriadas, el sonido del cuerno es señal de que ya vienen los danzantes de la malinche, de los negros, acompañados de una turba de admiradores que los siguen para verlos bailar en la próxima parada, adelante va el caporal que les indica en dónde van a bailar, cuáles y cuántos sones en cada casa que honran, el jaranero y los violinistas con los danzantes vacilan y se platican anécdotas, comentan sobre la calidad del sabor de los tamales que recibirán después de bailar, cada danzante luce un turbante con picos elaborado con cartón forrado de papel de china y oropel, al centro de la corona un espejo que relampaguea con los rayos del sol, en la espalda un rebozo con listones multicolores, en la cintura le cuelga un primoroso mandil y en las manos, en una, un guaje con piedritas adentro que suena al ritmo del paso que danzan y en la otra mano, un ramo que es una especie de raqueta, que remata en un círculo con un diámetro de aproximadamente 30 centímetros, manufacturado con bejucos y forrado con papel de china del que todo el rededor cuelgan tirillas del mismo material adheridos con pegamento, al bailar serpentean en el aire haciendo lucir más el atuendo. Cada danzante está convencido de que si baila los 7 años, seguro que alcanzará el cielo.
 

En la ciudad los bailes son diferentes, la admiración y el gusto del visitante se enciende a la primera vista, el cuerpo se enerva de tanta energía que se desborda en los danzantes que no paran de bailar entre gritos celebrativos y trepidantes cohetes, destacando Tempoal y Tantoyuca, que son de los pocos lugares que cuidan más la tradición, en los concursos anuales patrocinados por las autoridades, cada cuadrilla inicia su presentación, bailando sones ejecutados por los tríos de huapangueros que interpretan sones Huastecos, inician con Los Matachines, el Xochipitzahuatl o Flor Menudita, Los Arcos, El Torito, Los Comanches, continúan con El Pajarito Verde, La Banca, El Agachadito, El Papan, María Cristina, Cada Quien la Suya, La Carretera, El Triangulo, El Zopilote, El Caballito, El Sombrero de Concho y terminan con El Tapado. Estos eventos tienen un efecto encantador que embriaga a los asistentes y los transporta a un mundo mágico e irreal, de un público eufórico que rompe en aplausos después de cada ejecución y que nadie que ande en busca de la diversión y del placer de vivir la aventura de convivir con vivos y con muertos debe de perderse.
 
El remate es la locura, al son del tapado, todos los oficiantes se quitan la máscara (el destape) y se pasean por el templete bailando, pero ya sin mascara es el momento del aplauso general que ovaciona a las cuadrillas mientras los jueces deliberan, sobre la calidad de los disfraces, del baile y de respeto a la tradición.
 
Esta ceremonia se realiza en la tarde-noche del día 2 en Tantoyuca y el día 3 en Tempoal. En la primera ciudad, don Amado Guzmán Avilés, su presidente municipal se caracteriza por su entusiasmo para promover la participación masiva de toda la población en la organización de las cuadrillas, los recorridos, los horarios y la presentación, ahora amable lector usted debe de venir, pues tendremos entre otras actividades la presencia de más de 28 representaciones de las etnias otros estados que vienen a mostrarnos cómo es su costumbre en otras culturas, habrá exposiciones, conferencias, muestras gastronómicas ofrendas, recorridos y las danzas tradicionales de cada región, todo esto gracias a la colaboración y apoyo del Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana A. C. , en Tempoal el doctor Abel Díaz Ponce, Abelin, también tiene preparado para los visitantes diversas e interesantes actividades que harán que usted espere con ansiedad la próxima fiesta, a si vienen del sur, le recomendamos hacerlo por la autopista Tuxpan Naranjos y a escasos 10 Kilómetros entroncar con la carreta de Otontepec, Naranjos - San Sebastián en donde le espera una vía en excelentes condiciones en la que se puede trasladar con comodidad y de San Sebastián a Tantoyuca un tramo recién reparado en su totalidad en donde ya se siente la mano de la 4T, venga y admire no se arrepentirá . Por el bien de la causa.