icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Pendiente la justicia social
Alfredo Ríos Hernández
6 de noviembre de 2019
alcalorpolitico.com
*Los cambios de estilos
*Escenarios del Informe
*En espera de avances
 
Con estilos diferentes al pasado, proyectando con nitidez el claro reflejo de que, “La Cuarta Transformación” constituye en fondo y forma un real cambio al interior y exterior de la administración pública, el equipo del gobernador veracruzano, Cuitláhuac García Jiménez, realiza los preparativos en torno al protocolo, contenido y lectura del Primer Informe de Gobierno, documento en el cual habrán de citarse argumentos y cifras que, obviamente amparando los resultados sobre los diversos temas, nos permitirá (como ya ha sido de siempre habitual) aceptar la exposición de “buenas cuentas”, en las cuales se refieren “acciones positivas, encaminadas hacia el beneficio del desarrollo integral de los veracruzanos”.
 

Y en la actualidad advertiremos en tales ámbitos lo que ha sido marcadamente tradicional, en tanto que no se tiene memoria de un Informe en ese nivel, en donde el Ejecutivo del Estado refiera que en su administración vamos hacia atrás o nos encontremos estancados, porque de siempre hemos escuchado o fuimos informados de sobresalientes esfuerzos gubernamentales, todo ello en la búsqueda de mayores niveles de bienestar para la colectividad, justificando siempre lo que no se ha logrado y elevando, lo mayormente posible, aquellos renglones dónde pudieran registrarse avances y ello, en los marcos de la naturaleza humana, resultan posturas naturales.
 
Pero en el panorama actual, según lo difundido en medios de comunicación, lo que sí representará un nuevo estilo es que el actual Ejecutivo del Estado, Cuitláhuac García, presentará primeramente el próximo día 15 de noviembre ante el congreso del Estado, el documento con la información sobre su primer año de administración, para que sea examinado por el cuerpo legislativo, con la novedad que, al día siguiente, muchos aseguran que las puertas del Teatro del Estado, designado como el segundo escenario para el ya muy cercano informe gubernamental, se abrirán para recibir incluso a ciudadanos no invitados, bajo el criterio de que todo el pueblo de Veracruz será bienvenido hasta que el cupo del recinto lo permita, evitando con ello exponer a los asistentes en situaciones de riesgo.
 
Y todo hace presumir que tanto en los ámbitos del acto para la entrega del informe al cuerpo legislativo, como en lo vinculado con el mensaje que se pronunciará en el espacioso Teatro del Estado, la idea fundamental es dejar en claro un estilo diferente a los tiempos pasados, como una intención de resaltar que en Veracruz y el país, debemos de adecuarnos a las nuevas formas que conforman los nuevos tiempos “de transformación”, dominantes en simpatías en la mayor parte del territorio nacional, según lo reflejan las encuestas.
 

Pero al final del día a toda la colectividad, bien claro le debe quedar que lo importante no son los estilos y modas para la realización de eventos oficiales, porque lo importante de un gobierno no son las modificaciones en el diseño de actos públicos, sino que lo sobresaliente lo constituyen los avances que se adviertan, hacia la consolidación de un pueblo con mayores oportunidades para su bienestar, en beneficio de su desarrollo personal y familiar, todo ello en los ámbitos de la tranquilidad y la clara seguridad de que vivimos en un país con alternativas de crecimiento, con apropiados niveles de seguridad y con la garantía de que rescatamos espacios de tranquilidad, en beneficio del desarrollo y el bienestar colectivo.
 
De nuestros alcaldes y del gobernador, así como de quien gobierna el país, queremos escuchar la exposición de logros reales y claramente tangibles en favor de la prosperidad colectiva, en el marco de un país que ha dejado atrás angustias por la inseguridad, al tiempo que fomenta más y mejores empleos que nos conduzcan hacia un mejor porvenir…
 
Tales son las aspiraciones de los veracruzanos, que de ser atendidas con respuestas sólidas de prosperidad, no se requeriría de escenarios especialmente diseñados para alcanzar por parte de los funcionarios públicos, el aplauso de la población, porque tales gestos de reconocimiento los recibiría espontáneamente el alcalde, el gobernador o el presidente de la República, a su simple paso por las calles de pueblos y ciudades.
 

Porque a todos nos debe quedar claro que el ciudadano honorable y trabajador, aquellos millones de mexicanos correctos en su comportamiento, dignos y esforzados, permiten referir (sin error de por medio) que “el pueblo bueno” sí existe, pero en contraposición los quebrantos que se registran en el desarrollo integral del país, nos obligan desde tiempo atrás y hasta la fecha (salvo demostración de lo contrario) que lo no bueno precisamente se ha registrado en los niveles gubernamentales, ámbitos en los cuales incluso se ha contaminado con desaciertos a sectores diversos, escenarios que forman parte de nuestros yerros como país, que han limitado los avances para el desarrollo integral de la nación.
 
Sí… Nos acercamos ya a las fechas de informes por parte de alcaldes, gobernadores y Presidente de la Nación, marcos en los cuales escucharemos apuntes sobre la Cuarta Transformación, tema marcado por las propias autoridades, calificativo sobre un proyecto de novedosos programas y sugestivas propuestas, que seguirá siendo mera propuesta mientras no registremos con claridad avances significativos en materia de seguridad, de generación de empleos dignos y suficientes, de mejores niveles en los renglones de asistencia médica y ámbitos educativos, en fin, el alcanzar un país de mayor desarrollo integral y clara vigencia de la justicia social… Ahí la dejamos.