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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
El atolladero no es nuevo
Alfredo Ríos Hernández
18 de diciembre de 2019
alcalorpolitico.com
*Priva improductividad
*Escalofrío y frustración
*La histórica ineficacia
 
Es incuestionable que si prestamos atención frente a las últimas mediciones de la productividad en los ámbitos nacionales, indudablemente advertiremos que las tierras veracruzanas se encuentran ubicadas ante la frialdad de “los datos duros”, entre las entidades de “medianera productividad”, más cercanas a los niveles de inferioridad que a los ámbitos de liderazgos, lo que ante las características presentes e históricas que identifican a nuestro terruño jarocho, claramente se podría valorar que en materia de crecimiento socioeconómico, en lugar de avanzar, o estamos atascados, o definitivamente carecemos de una mentalidad progresista que nos impulse (bajo viento y marea) hacia la suma de esfuerzos para salir del atolladero y consolidar un mejor nivel de vida, obviamente en beneficio de la mayoría de nuestros paisanos.
 

Y es que si usted le presta atención a las cifras que en los últimos días circulan sobre la actividad económica y de crecimiento en lo general, advertidas en el territorio nacional, advertirá con notoriedad que absolutamente en ninguno de los renglones evaluados, Veracruz es ubicado en niveles satisfactorios. Datos que por sí mismos nos hacen pensar que, pese al ingreso hace 500 años de una cultura europea entremezclada entre religión, imperialismo y productividad, que en territorio nacional primeramente impactó a tierras veracruzanas, para luego expandirse hacia todo el país, con el transcurrir de los siglos registró mayores frutos en el centro y el norte del territorio nacional, que en las tierras costeras de los jarochos que fueron las puertas primeras hacia nuestra actual religión, nuestro idioma y una cultura económica, que con el transcurrir del tiempo han aprovechado mejor en el centro y el norte del país, que en las tierras veracruzanas que fueron las primeramente “españolizadas”.
 
Escalofríos, furia y frustración debería originarnos que en ninguno de los rubros que conforman la actual macro economía nacional, aparezca Veracruz entre los primeros sitios, datos que reflejan que “alrededor del 40 por ciento del producto interno bruto en el año 2018 en tierras mexicanas”, fue impulsado, producido o generado en lo esencial por tan sólo cuatro entidades, obviamente ninguno de ellas es “el rinconcito que arrulla el mar” y, para que lo tengan claro, se las voy a citar:
 
La región metropolitana que conforma la ciudad capital de México, tradicionalmente identificada como El DF, este año aportó el 16.4 por ciento del producto interno... En el mismo sentido las regiones que integran el Estado de México, brindaron el 8.8 por ciento... Agregamos al industrioso territorio de Nuevo León que arrojó en favor del crecimiento económico nacional el 7.6 por ciento... De igual forma las tierras de los mariachis y el tequila que integran al Estado de Jalisco, nos ofrecieron el 7.1 por ciento... Dicen que los números son fríos hasta en lo caliente.
 

Y vaya que a los veracruzanos “les calienta” la frialdad de los números, sobre todo cuando ante el frío peso de los números, no se encuentra hacia dónde hacerse, porque si tales reconocimientos en marcos nacionales lastiman, mayor es que a dicha lista se le sumen otras entidades con datos significativos en materia de repuntes financieros, como lo son Quintana Roo que arrojó en favor un 5.1 por ciento; las tierras oaxaqueñas que se anotan un 4.7, a las que se agregan San Luís Potosí con 4.2 por ciento, así como Nuevo León con 3.6 ; Tlaxcala y el cordial Aguascalientes con 3.4, sumándose al listado los sureños de Yucatán, así como Hidalgo, tierras a las que respectivamente se les acreditan el 3.2 dos por ciento.
 
El único renglón en el cual aparece citado el Estado de Veracruz entre “los primeros” en resultados, ocupando un tercer sitio en el mapa de la productividad nacional, después de Jalisco y Michoacán, es el relativo a la agricultura, la cría y explotación de animales, así como el aprovechamiento forestal, al que también se agrega la pesca y caza, áreas en las que Jalisco resultó como líder aportando un 12.5 por ciento, seguido por Michoacán al que se le acredita un 10.1 por ciento; agregando en tercer término a Veracruz con un 7.4%.
 
Evaluando datos globales y regionales, está claro que las tierras de los jarochos, puerta nacional de un nuevo idioma, de una nueva cultura y forma de vida, de una nueva religión, de un nuevo país en lo general, sumado a las bondades de abundantes arroyos y ríos, de climas variados y de una vegetación que ha sido devastada por los depredadores, al amparo de la tolerancia o complicidad de autoridades, refieren escenarios que han dado curso a su estancamiento en su capacidad productividad y de ingresos en lo general, superado el territorio veracruzano, incluso por regiones semidesérticas como las norteña y por ciudades sobrecargadas poblacionalmente como lo es la Ciudad de México y sus entornos.
 

Los datos referidos, por sí mismos deberían de motivar a la colectividad veracruzana y obviamente a las autoridades, para impulsar con energía y sin nimiedades, la capacidad productiva y la ubicación comercialmente estratégica de la que dispone las tierras jarochas, tanto de norte a sur como del este al oeste, porque desde el punto de vista histórico, como desde las perspectivas geográficas y climáticas, los ámbitos veracruzanos deberían ser calificados entre los liderazgos regionales del país, en renglones económicos y de bienestar colectivo, perspectiva que actualmente se encuentra muy distante de lo que realmente podríamos ser y deberíamos representar, en áreas como el crecimiento empresarial y desarrollo agroindustrial, al igual que en los renglones de seguridad integral y bienestar en lo general…
 
Ya veremos con la Cuarta Transformación, qué nos depara el futuro inmediato para los veracruzanos, porque se debe reconocer que en el transcurrir del año que termina, mucha ha sido la esperanza y pocos los motivos para disfrutar de la satisfacción, lo que obviamente, no podría ser acreditado del todo a las directrices gubernamentales de la actualidad, pero precisamente “para mejorar a Veracruz” fueron electos… Ahí la dejamos.