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Columnas y artículos de opinión
Los efectos económicos
Helí Herrera Hernández
10 de febrero de 2020
alcalorpolitico.com
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twitter: HELÍHERRERA.es
 
En el primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la economía nacional presenta puntos negros cuyos efectos alcanzarán, más temprano que tarde, a las masas sociales que siguen apoyando al Presidente de México, principalmente porque reciben beneficios o apoyos de programas sociales del gobierno federal.
 
No es casual que los índices de popularidad de López Obrador sigan disminuyendo mes a mes. Para este sábado 8 de febrero se sitúa en 56.1%, que contrastado con el que tenía hace un año en el mismo mes de 80%, es catastrófico el derrumbe, les guste o no a sus simpatizantes.

 
Especialistas en metodologías de encuestas precisan que no son menores los índices de popularidad del Presidente de la República, debido a que 82 de cada 100 mexicanos reciben beneficios económicos de su gobierno, a través de un programa social, porque cuando se le cuestiona sobre el mismo tema al restante 18% que no reciben nada, el 91 por ciento lo reprueba.
 
¿Cómo le está yendo a la economía mexicana?
 
La recaudación de impuestos del año fiscal que concluyó fue menor en 303 mil millones de pesos, con respecto al último de Enrique Peña Nieto. Los ingresos petroleros también cayeron por una producción menor a la del priista. Contrario a lo que el Presidente y la Secretaria de Energía vienen afirmando, que producimos más petróleo, puedo confirmar que en el mes de octubre de 2019, la producción de PEMEX fue la de peor nivel en 40 años, y si a eso le sumamos que el precio del crudo está en 44.82 dólares el barril, pues entonces los dólares que están entrando a la hacienda pública son menores a las del año pasado, lo que viene a agravar el gasto social, como ya se observa con la falta de medicamentos en todos los hospitales públicos. (De allí la explicación de la rifa del avión para obtener 3 mil millones de pesos, que los utilizarán para esos menesteres, pero sin que se entregue el avión, que seguirá en los hangares de las Fuerza Aérea Mexicana).

 
Por ello, el gobierno federal está haciendo uso del ahorro público generado en ejercicios anteriores, y depositado en el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP), lo que viene a confirmar la desaceleración de nuestra economía que no creció en 2019. -PIB negativo-.
 
En pocas palabras, lo que está recibiendo de ingresos el gobierno de Andrés Manuel tanto por impuestos, derechos y venta de productos de las empresas públicas, es menor al gasto corriente y de desarrollo, por lo que tendrá que pedir prestado para hacer frente a todos estos gastos, o dejar de cumplir con sus obligaciones como se observa que ya lo está haciendo, con el caso de los medicamentos para los niños de cáncer.
 
¿Y los mayores niveles de bienestar de la población, con más y mejores servicios públicos que nos ofreció en campaña, manifestándonos que con sólo acabar con la corrupción se obtendrían?

 
Pues tendrán que esperar, porque a las malas noticias de menos ingresos para la hacienda federal, se suma el crecimiento del desempleo, que tan sólo en el sector automotriz es de suyo preocupante, así como los que se están dando en el sector secundario de nuestra economía.
 
Se requiere de una sólida plataforma de infraestructura física e institucional, es decir, de inversión privada y pública. Para elevar la inversión de manera sustantiva se necesita que los proyectos generen ingresos, y que el sector público produzca más ingresos, sin aumentar tasas impositivas. En pocas palabras, hay que generar empleo para a su vez generar consumo, creando así círculos virtuosos que multipliquen las capturas de ISR e IVA, que son el motor que alimenta el gasto social y, por ende, el bienestar personal-familiar.
 
Los programas sociales, lo he afirmado cuando gobernaba el PRI, el PAN y lo digo ahora, sólo son perfidias de gentes o partidos políticos que buscan con ellos mantenerse en el poder, a costa de la desgracia humana.