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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Bestias en la ciudad
Alfredo Ríos Hernández
14 de febrero de 2020
alcalorpolitico.com
*Mortales rutas ferroviarias
*¿Y el servicio de pasajeros?
*Taxi gratis a “bebedores”
 
Ceguera mental y oídos sordos, son las referencias que se podrían acreditar al tema del paso del ferrocarril por cruceros de significativo volumen de tránsito, alto riesgo referente tanto para peatones como para vehículos en lo general, escenarios de espanto, dolor y muerte que de siempre se han registrado en el territorio nacional y que, en el caso de tierras veracruzanas, indudablemente constituye uno de los problemas viales más significativos, que por la frecuencia en incidencias con resultados incluso de rangos mortales, forman parte de los reclamos que con frecuencia la colectividad refiere a sus autoridades.
 

De hecho, en las tierras del son y la bamba, se disponen de registros sobre una histórica cadena interminable de accidentes en los cruceros del ferrocarril, que han originado tanto luto como pérdidas económicas, incluyendo a una cifra no registrada de numerosos lesionados, cuyo daño físico les generó secuelas irremediables que han o habrán de padecer el resto de sus vidas, sin recibir el menor auxilio por parte de la empresa ferroviaria, escenarios que ya son habituales a todo lo largo de las diversas rutas del gusano de acero distribuidas a lo ancho y largo del territorio nacional.
 
Pueblos y ciudades como la propia capital del Estado de Veracruz, la bella Xalapa, así como el puerto jarocho y las regiones de Córdoba, Fortín, Orizaba, Río Blanco, Ciudad Mendoza y Nogales, refieren en sus archivos accidentes ferroviarios que lastimaron la economía de sus habitantes y originaron daños físicos permanentes en habitantes de la región, hechos cuyas responsabilidades quedan en el olvido, pero no así los efectos dañinos ocasionados tanto en lo físico como en lo económico a las personas y familias que resultaron afectadas.
 
Singular resulta el definir que la colectividad en lo general, se ha quedado esperando la reinstauración de la red ferroviaria con servicio de transporte de pasajeros, misma que en el pasado representó una aportación de significativo bienestar para pueblos y ciudades, escenarios que los mexicanos siguen esperanzados en recuperar pero que las autoridades federales, estatales y municipales no promueven con insistencia e incluso energía, al tiempo que la empresa ferroviaria se siente más que cómoda atravesando pueblos y ciudades con sus gusanos de hierro, pero sólo para carga de elevado costo, porque los envíos de una estación a la siguiente de todo tipo de productos ya no se atienden, lo que dejó sin servicio a miles o millones de productores del ámbito rural, que transportaban sus quesos y sus rejas de mangos o arpillas con papayas, naranjas, limones y una multitud de productos, escenarios de tradicionales vendimias que persistieron por décadas, beneficiando a miles de familias, que dejó de existir ante la “conveniente” (así entrecomillado) privatización de la red ferroviaria del país, hoy convertida en transportadora de pesadas flotillas de vehículos y contenedores con productos originarios de otros países, al igual que de regreso con lo que envía México hacia el exterior u otros puntos del país, sumando a ello a los migrantes indocumentados adormitados sobre los furgones, que transitan con la mente fija en el sueño americano, que con recurrencia se convierte en una pesadilla de llanto, dolor y muerte.  
 

Así las cosas, la imagen de aquel viejo servicio de ferrocarriles para el transporte de pasajeros y la mercancía de todos los pueblos intermedios en las diversas rutas ferroviarias, que disfrutábamos los ahora ancianos, en la actualidad sólo dejan a la población de cada ruta ruido infernal y accidentes, sobre lo cual, obligado es referir que en todos los casos de éste tipo de “accidentes”, los dictámenes se fundamentan en la eterna frase que refieren los preventivos: “Cuidado con el tren”... Advertencia que anticipa lo que podría suceder y que, en consecuencia, quien es arrollado por “la bestia de acero” acaba siendo “el responsable” porque no atendió el aviso del riesgo al que se aproximaba.
 
Y el tema persiste pese a que en regiones como la orizabeña, jalapeña, cordobesa y la zona del bello puerto jarocho, agregando pueblos y ciudades intermedias, ya la colectividad olvidó el número de veces y de años que se ha externado ante candidatos (incluso presidenciales) el reclamo, la demanda para que se construyan apropiados libramientos ferroviarios, que no sólo permitan disminuir el número de accidentes, sino que de la misma forma se restaure la tranquilidad en pueblos, ciudades y zonas habitacionales, en las cuales el ruido y vibración originado por el transito ferroviario, día y noche, afecta significativamente los ámbitos de bienestar en extensos ámbitos habitacionales... ¿Será que algún día, los propietarios de las bestias de hierro, decidan reacomodar sus rutas, para ubicarlas distantes de las viviendas de los mexicanos?... Porque de no ser así, entonces que procedan (por lo menos) a reinstaurar el servicio de transporte de pasajeros y mercancías, en favor de los habitantes de las regiones que reciben los impactos negativos del gusano ferroso, porque se ha transitado ya décadas con los efectos negativos, pero sin ningún beneficio, que por lo menos pudiera representar una aportación positiva... Ahí la dejamos.
 
LO QUE SE LEE
 

Que para la etapa del carnaval veracruzano el comité organizador prepara un programa singularmente novedoso, con el cual se pretende que todo aquel que se sobrepase en el copeo, tendrá la oportunidad de ser traslado por taxistas de manera gratuita, lo que incuestionablemente podría representar no sólo una comodidad, sino una forma de evitar accidentes como resultado del consumo de alcohol que, con regularidad, se registra en los marcos de las festividades carnestolendas.
 
Claro que el anuncio efectuado por el cuerpo directivo del carnaval que preside el apreciado Luis Antonio Pérez Fraga, en lo referente a que, “quien agarre la farra” podrá trasladarse gratuitamente en un taxi hasta su hotel o su casa, se ha convertido en el comentario de los pintorescos comederos porteños, encabezados por el tradicional Café Parroquia, donde ya se escucha la hilaridad ante el nuevo atractivo para divertirse con mayor confianza en el transcurrir de las festividades carnestolendas... Bien por la propuesta, habrá que afinar detalles para que el referido servicio resulte exitoso y, en bien de la imagen del carnaval y de Veracruz... Disfrute usted de un feliz fin de semana y gracias por su atención.