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Columnas y artículos de opinión
El avión: en picada
Helí Herrera Hernández
17 de febrero de 2020
alcalorpolitico.com
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twitter: HELÍHERRERA.es
 
¡Vaya que le sacó provecho político, el Presidente de la República, al avión que compró Felipe Calderón Hinojosa para Enrique Peña Nieto, seguramente como pago de impunidad!
 
Desde mucho antes de la campaña presidencial.

 
¡Vaya! desde que tomó posesión su antecesor, cuando empezó con su slogan "ese avión no lo tiene ni Obama", que nadie puede negar que lo catapultó en la simpatía nacional que, años después, le generó millones de votos.
 
Posteriormente, ya como presidente electo, su estribillo "yo no me voy a subir a ese avión, por lo que voy a venderlo", siguió elevando su popularidad. De allí que antes del primero de diciembre AMLO anduviera no en las nubes, sino en el cielo, con más de 80 puntos de aceptación entre los mexicanos, según las diferentes casas encuestadoras donde todas coincidían en esos números. Es decir, nadie tenía otros datos.
 
Cuando se dio cuenta que su promesa de venderlo no era tan fácil honrarla, sacó la vacilada de la rifa, e hizo que en todas partes se hablara del avión, la rifa y Andrés Manuel. No había sitio donde no fuera el tema de conversación y habrá que reconocerlo, la gente hablaba entusiastamente de comprar un cachito, sin importarles las nulas posibilidades de sacarse el único premio de la rifa: el avión.

 
Le volvió a dar vida a sus seguidores (yo no les digo chairos), que se les iba apagando la cuerda, porque ya no podían defenderlo como antes, dado que el Ejecutivo Federal empezaba ahogarse en su propio vómito al no cumplir las promesas eternas que hizo de bajar los precios de los combustibles, de meter a la cárcel a los cientos o miles de corruptos, de dar libre paso a los inmigrantes, de combatir el nepotismo (volteen a ver en varios estados cómo florece este flagelo), de que su familia jamás sacaría provecho de su situación de Presidente de la República.
 
Ahora, afirman en las benditas redes esos amloistas, que lo del avión es un acto de patriotismo, y como tal, había que envolverse en la bandera nacional y aventarse con ella, si era necesario: inmolarse.
 
Pero el avión empezó a perder vuelo, como aquel que Pinochet le quiso poner a Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 para sacarlo de Chile, cuando pensó que iba a huir después de perpetrado el golpe de estado, cual vulgar presidente oportunista, y le ordena al que era comandante en jefe de la fuerza aérea chilena Gustavo Leigh: "ofrécele un avión a Allende para que lo lleve a cualquier país que diga, pero ya en el vuelo, el avión se cae Gustavo... el avión se cae". Y así, paradójicamente el avión que tanto uso le dio Andrés Manuel (me refiero al uso político que lo hizo ganar la presidencia de la república, inclusive), empezó a perder vuelo a partir de que ya no lo pudo vender, y empezó a entramparse el Ejecutivo con él.

 
Veamos:
 
1.- Se le hizo bolas el engrudo con la rifa, y ahora resulta que la rifa del avión ya no es del avión. 2.- Que lo que se rifará entonces es dinero (2 mil millones de pesos, consistentes en 100 premios de 20 millones cada uno, aunque se venderán 6 millones de boletos de 500 pesos cada uno (si las matemáticas no me fallan, son 3 mil millones de pesos; luego entonces, se embolsará el gobierno mil millones de pesos). 3,- que el avión se lo quedará AMLO para rentarlo o venderlo (seguir haciendo negocio con el avión después de haberle dado palo al pueblo de México, esquilmándole su dinero). 4,- Que la rifa del avión, que ya no es del avión sino de 2 mil millones de pesos, hizo que les ofreciera una cena a los más fifís de México, a la mafia del poder, los que se han enriquecido con el neoliberalismo que lo desapareció por decreto, pero sigue vivito y coleando, los que han recibido de Hacienda Federal la devolución de impuestos o que nunca los han pagado, para pedirles de favor que compren cachitos.
 
Es decir, que ahora los que se han enriquecido explotando el trabajo de millones de compatriotas y que ya son amigos de AMLO, les pone, en bandeja de plata, la posibilidad de que sean ellos los ganones, los que se queden con 2 mil millones de pesos, porque sólo esos 75 empresarios ya tienen el 50% de posibilidades de ganarse el avión, perdón el dinero, dejando el restante 50% a 119 millones 530 mil 578 mexicanos -tomando en consideración el último dato que nos da el INEGI sobre el censo nacional-.

 
75 empresarios contra 119 millones, 530 mil 578 mexicanos.
 
De entrada mi cachito, si de suyo ya era imposible que se sacara el premio (una posibilidad entre 6 millones), ahora se reduce prácticamente a la mitad de ese uno, matemáticamente hablando, o sea, casi cero.
 
Por eso la popularidad de AMLO se está derrumbando y ya anda cerca del 50% (comparado con el 80 que llegó a tener), y ahora ya pesan los pasivos más que los activos: el ayuno de medicamentos para los niños de cáncer; la mala atención en los hospitales; la inseguridad que cada vez esta peor; las agresiones a los periodistas; los feminicidios, etc, etc, etc.

 
Ni la detención de Emilio Lozoya ha detenido la caída de la popularidad de don Andrés Manuel y, por mi experiencia les dejo escrito, la peor encuesta de MORENA, su partido, será la que levante el pueblo de México en las elecciones del 6 de junio de 2021. Salvo que se saque de la chistera la detención de Carlos Salinas de Gortari o de Enrique Peña Nieto, si no... la caída dolerá.