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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Imperio de la barbarie
Alfredo Ríos Hernández
24 de febrero de 2020
alcalorpolitico.com
*Mejor prevenir que castigar
*Ronda la amenaza del Litio
 
Los hechos de violencia que originaron, el pasado sábado, la muerte de cuatro policías y tres civiles en la ciudad de Córdoba, ambiente de terror que se esparció por toda la ciudad, como si se tratara de un espectro prediciendo con sus monstruosos tentáculos el imperio de la barbarie, reflejan con claridad los rangos de violencia predominante sobre una colectividad quebrantada por el estado de indefensión, que transita en los panoramas de la incredulidad y total incertidumbre.
 
El ataque violento, registrado en escenarios que conforman parte de los sitios cotidianamente concurridos por las familias cordobesas, nos refieren en el presente y ante el inmediato futuro, como una sociedad sometida a la barbarie situada con notoriedad en los marcos del angustiante y permanente estado de indefensión, escenarios que de hecho constituyen réplicas de marcos semejantes en otras regiones de nuestro territorio, tanto cercanos como lejanos, referencia que nos obliga a la angustiante conclusión de que es el terrorismo originado por la inseguridad, el escenario real que impera en el territorio nacional.

 
Y ciertamente, se debe aceptar al interior del conglomerado social, que la imagen del México actual de manera contundente está vinculada a los escenarios de violencia ya no en los entornos, ya no en áreas distantes, sino que nuestros espacios cotidianos registran los sonidos de los disparos y explosiones, que representan vientos de terror que sacuden y lastiman el seno de la colectividad.
 
Cada día es menor el número de niños que disfrutan de su calle, de su parque y sus banquetas, porque paulatinamente han sido recluidos a espacios reducidos, como si fueron aquellos espantosos guetos diseñados por el monstruoso nazismo, porque ya es peligroso corretear por las banquetas y disfrutar de aquellas añoradas barriadas, las que nos heredaron nuestros abuelos y que nosotros no hemos referido la capacidad para salvaguardas y heredarlas a nuestros hijos.
 
De siempre y de manera indudable, los rangos de inseguridad han sido aliados de la ignorancia, de la violencia, del engaño, del timo y de la arrogancia, e incuestionablemente deben acreditarse a la existencia de fallas severas en los ámbitos gubernamentales, cuyos efectos directos se registran sobre nuestro territorio que, conforme trascurre el tiempo, quebrantan todo rango de confianza entre el conglomerado social y las autoridades en lo general, y no sólo del ámbito ejecutivo como podrían ser los alcaldes, gobernadores y el presidente del país, sino de la misma forma el descrédito alcanza a los cuerpos legislativos y obviamente al Poder Judicial.

 
Porque los estratos legislativos, ejecutivos y judiciales, fueron diseñados para que, de manera entrelazada, los unos con el apoyo de los otros, hicieran posible el desarrollo de un país de prosperidad, de equidad, de bienestar, de libertades, de leyes respetables y respetadas, que condujeran al desarrollo integral... ¿Dónde han quedado tales postulados?
 
Teóricamente si transitamos en el México del pasado, desde sus orígenes hasta nuestro días, yo no creo que por tres o cuatro transformaciones, sino que, considero la existencia de muchas más (los vestigios arqueológicos de nuestros antepasados son testimonio de ello) nos debe quedar perfectamente claro que nosotros “los viejos”, definitivamente no fuimos capaces de evaluar e incluso, quizá ni siquiera nos percatamos, que le habíamos negado a nuestra descendencia el derecho a heredar un país (por lo menos) como el que nosotros recibimos.
 
Recuerdo con agrado y agradecimiento mi paso por escuelas que habitualmente se calificaban como “confesionales”, en ellas existía después de cenar y antes de dirigirnos al dormitorio, una hora para entablar un diálogo entre maestros y alumnos, de tales espacios tengo presente incluso ya en mis tiempos de ancianidad, una melodía que muchos calificábamos como verdaderamente divertida, en uno de cuyos contextos centrales refería: “Ahora que vamos despacio vamos a contar mentiras... Me encontré con un manzano... Comencé a tirarle piedras y cayeron avellanas”...

 
Así proseguía la letra que en ocasiones nos permitía a los intérpretes agregarle estrofas de nuestra propia imaginación, que cuando cuadraban rítmicamente, recibía la sonriente aceptación del grupo, pero cuando no, de la misma forma recibía el abucheo y castigo de la concurrencia, lo que al final representaba una forma de “estímulo o castigo”.
 
Creo que al colectivo social del México de las últimas décadas, precisamente le ha faltado el “apropiado estímulo” ante el esfuerzo personal y obviamente exitoso, así como en las mismas proporciones, no se registran sanciones ante improductividad, originada por desidia e irresponsabilidad, por lo que invariablemente constituye un claro y perjudicial error estimular las simpatías partidistas por vía de acciones de apoyo oficial a la improductividad, marcos por los cuales, aparejado a las desviaciones registradas para el beneficio personal de funcionarios sin competencia moral para desempeñar el cargo, se han generado estancamientos en el desarrollo integral del país.
 
El concepto transformador que como bandera actualmente se utiliza en las oficinas presidenciales del país y, en los marcos de todas las acciones de la estructura del gobierno federal, efectos que tienen reflejos tanto en el cuerpo legislativo como en significativo número de administraciones estatales y municipales, es una propuesta que cuadra con notoriedad entre todos aquellos ciudadanos que claman por un cambio real en el México de nuestros días, por ello triunfó rotundamente el Movimiento de Renovación Nacional, tanto en los comicios federales como en algunos estados de la República.

 
Sin embargo, priva preocupación creciente porque se está fallando en el fin primero que el electorado demandó ante las urnas electorales, que fue el restaurar en primer término (vale la redundancia) los niveles de seguridad y fomentar más y mejores espacios para el desarrollo personal y el bienestar, pero... Ni con lo uno ni con lo otro se ha cumplido con puntualidad, porque la actividad delincuencial sigue creciendo y las fuentes de empleo son escasas y siguen en retroceso.
 
Podría cuadrar como se está intentando por vía del discurso oficial, en que un año y meses no es suficiente para cumplir con los reclamos de la colectividad, que demanda restaurar apropiados niveles de seguridad y generar más y mejores empleos, pero el calendario no registra treguas y en tales contextos, hoy se podría referir para no exagerar calificativos, que la Cuarta Transformación en materia de desarrollo económico e inseguridad (temas torales para el país) sigue remando contra corriente ya en los marcos de su segundo año de administración y, tal escenario, incuestionablemente que debe encender luces de alerta... Ahí la dejamos.
 
LO QUE SE LEE

 
Que se han girado por parte de las autoridades nuevos protocolos para la entrega de escolares en las instituciones educativas, las nuevas prácticas en éste rubro, buscan incuestionablemente reducir el nivel de riesgos por los que se transita en el país en materia de inseguridad, rangos en los cuales se han registrado crímenes que lastiman a la sociedad por entero, por lo que paralelamente a las nuevas normas de seguridad en materia de la entrega de niños a sus familiares, se deben incentivar acciones de investigación y de vigilancia, tanto para castigar con todo rigor a quienes han atentado contra menores, como para evitar que éste tipo de hechos continúen presentándose.
 
LO QUE SE VE
 
Existe marcada preocupación entre expertos mexicanos, porque la explotación de yacimientos de litio (útil para la fabricación de acumuladores) ha generado, según opiniones de profesionales en la materia, daños ecológicos irremediables en países como Argentina, Bolivia y Chile, regiones en las cuales se acusa que tal explotación origina daños severos a la salud, paralelamente a que dicha tecnología afecta corrientes de agua y mantos acuíferos, situación que ya preocupa en entidades de México, como lo es Puebla, Baja California, San Luís Potosí, Sonora, Jalisco y Zacatecas... Y no faltan quienes piensan que si los mantos acuíferos de Puebla resultan dañados, la vecindad con Veracruz podría reflejar consecuencias de lo mismo... Ya veremos que sucede con el tema en los ámbitos del Gobierno Federal.

 
LO QUE SE OYE
 
Por alguna razón que fácilmente usted podría identificar, se reproduce con insistencia en redes de Internet, la expresión del manipulador nazi Joseph Goebbels, uno de los brazos fuertes de Hitler, quien con insistencia refería: “Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades, son culpa de nuestros opositores y hacer que nuestros simpatizantes se lo repitan en todo momento...”
 
Ahí la dejamos y tenga usted la mejor de las semanas.