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Columnas y artículos de opinión
El objetivo: Aplanar la curva
Helí Herrera Hernández
30 de marzo de 2020
alcalorpolitico.com
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twitter: HELÍHERRERA.es
 
La pandemia, y estar en casa, nos esta volviendo expertos en el asunto del COVID-19 y si no, por lo menos nos ha hecho explorar lo necesario como para saber lo más esencial del virus: cómo llega a nuestro cuerpo, cómo lo penetra, cómo invade nuestros pulmones y los empieza a destruir; y también, entender la velocidad de su propagación.
 
Ahora sé que el 80 por ciento de las personas infectados son casos leves; que el 15 por ciento presentarán molestias diversas que se curan una vez transcurrido el periodo natural de la enfermedad (de dos a tres semanas), que 5% son casos graves con necesidad de hospitalización, y que la mitad de ese cinco por ciento requerirán cuidados intensivos.

 
Ahora bien. De acuerdo a lo que hemos visto del coronavirus y sus patrones de comportamiento en China, Italia, España, Irán, Francia, y lo que está sucediendo espantosamente en Los Estados Unidos, observamos dos situaciones que lo hacen más peligroso de lo que ya es. 1.- La velocidad de los contagios con cuarentena y sin cuarentena y 2.- la capacidad de los gobiernos en los distintos países para atender a los pacientes que requieren la hospitalización.
 
Debemos partir del segundo punto, porque ningún gobierno estaba preparado para esta contingencia sanitaria, ni siquiera las naciones más industrializadas como China, Alemania, Italia, Inglaterra o los Estados Unidos. Su capacidad hospitalaria fue rebasada totalmente y se muestra con el número de muertos, no tanto por las camas hospital que se requieran, de suyo grave, sino por el número de respiradores a grado tal, que médicos y enfermeras de países europeos han tenido que decidir, en razón de la edad de los pacientes, a quien le colocan el respirador para que siga viviendo y a quien se lo niegan, para que muera.
 
De allí la preocupación de la Organización Mundial de la Salud para exigirles a los gobiernos la cuarentena, con el propósito de disminuir la velocidad de los contagios, con el claro propósito de dar tiempo a las autoridades sanitarias de cada país, de adecuar su capacidad hospitalaria al número de infectados. Entre más plana sea la curva de contagios, mejor será el escenario en ese país para controlar la pandemia.

 
Estados Unidos es el país que está duplicando sus contagios cada día, de allí que su curva parezca un cohete en pleno despegue, cuando lo ideal, en el peor de los casos, es que ese crecimiento sea cada tercer día, e irlo disminuyendo constantemente para hacerlo más lento día a día. La cuarentena es lo ideal porque la gente, al no salir de su casa, se expone menos al contagio, situación que, en nuestro país, aunque días después, ya la entendió el presidente Andrés Manuel y la noche del viernes subió un video a las redes sociales donde nos pide a tod@s guardarnos en nuestras casas.
 
De esta forma, al desacelerar la velocidad de los contagios, evitamos que el número de enfermos graves y/o en riesgo de muerte rebase la capacidad de atención hospitalaria de cada país (Donald Trump ya ordenó a General Motors la fabricación de respiradores, quien se negaba en una primera instancia, y el presidente norteamericano los amenazó con aplicar una ley de la guerra de Corea en su contra), como está sucediendo en Nueva York más específicamente, que en menos días que en China e Italia ya superó el numero de contagiados (59,513 mil casos positivos, 965 muertos, 200 tan sólo en las últimas 24 horas).
 
Pero al fin maestro, voy a poner un ejemplo para mejor comprensión de esta tragedia mundial: De acuerdo con el modelo estadístico previsto en México, los contagiados se duplicarían cada tres días si no se aplica SUSANA-DISTANCIA, el 19 de abril que se cumple la jornada nacional tendríamos 149,760 casos. De esos, el 5% (7,488) estarían demandando hospitalización y la mitad de ellos, 3 mil 744, cuidados intensivos, cuando nuestro sistema hospitalario dispone de 2 mil 466 camas de terapia intensiva y de 5 mil 524 ventiladores mecánicos para evitar la asfixia de enfermos graves. Esto sin contar los enfermos que por otras cuestiones estén ocupando parte de esas camas y esos respiradores. ¡Estamos rebasados!

 
Lo que busca el subsecretario, Hugo López-Gatell, con el aislamiento y la higiene, es aplanar la curva de crecimiento exponencial de la infección. Si para el próximo fin de semana (3 de abril), no rebasamos los 10 mil casos, ya la vamos haciendo porque solo 500 ameritarían hospitalización y 250 terapia intensiva, pero con disponibilidad de equipo medico para hacerlo, de allí la insistencia del gobierno y ahora, hasta de López Obrador, a través de su video, de AISLARNOS en nuestras casas ya no sólo las dos semanas que nos habían anticipado, sino ahora ya nos exigen 4 semanas o el caos reinará y detonará pesadillas iguales o mayores a las que viven Italia, España y los Estados Unidos, naciones con mayor desarrollo que México en infraestructura hospitalaria, inclusive.
 
Serán cuatro semanas difíciles -mentalmente hablando-. Por eso les insisto en que se pongan a leer, hacer ejercicio, leer, volver hacer ejercicio y seguir leyendo, porque si rompemos la cuarentena, en lugar de cuatro podrían ser seis u ocho semanas de aislamiento total, y quizás ahora, hasta con arrestos para quien la viole.