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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Pandemia y suicidio
Alfredo Ríos Hernández
27 de mayo de 2020
alcalorpolitico.com
*Medidas preventivas
*Aumenta la violencia
*Urgen medicamentos
 
Lamentable, dramático y en los mismos espacios aleccionador, resultan los escenarios en la región de Orizaba, los cuales otorgaron curso a la determinación de un paciente contagiado por el Covid-19, quien decide arrojarse por una de las ventanas del centro hospitalario donde se le brindaría atención, perdiendo la vida al impactarse en la superficie que conforma la parte baja del edificio, hechos que conmovieron ayer a pueblos y ciudades de la región central veracruzana, que de alguna forma nos vuelven a recordar que no estábamos preparados en el territorio mexicano, para afrontar un problema de salud de las magnitudes en referencia, los cuales, aparejados a los severos daños físicos que causan al organismo, generan estados emocionales de elevado y riesgoso impacto, tanto entre los directamente afectados como en el entorno familiar, que claramente deben o deberían de estar registrados por todas las estructuras médicas del territorio nacional.
 

Los estados de elevada confusión emocional de quien es contagiado por el coronavirus, como de los integrantes de su familia e incluso de su entorno laboral y sus círculos de amistades, resultan factibles de ser invadidos por reacciones individuales sumando referencias atípicas, por lo mismo, esos agregados al comportamiento constituyen, o deben de representar, parte de la formación que el personal de atención médica, al igual que el de las áreas de recepción y de servicios hospitalarios en lo general incluyendo al área de seguridad, deben tener claramente registrados para que, frente a todas las probables e inesperadas actitudes (incluyendo obviamente las de aparente anormalidad en el comportamiento) las cuales son factibles de presentarse de manera sorpresiva, no encuentren ámbitos propicios para su ejecución, entre las que definitivamente no son extrañas en los marcos de una preocupante pandemia, escenarios de pacientes con reacciones suicidas, que buscan evadir la realidad temerosos de los síntomas que los afectan.
 
Todo el personal médico en los centros hospitalarios y clínicas en lo general de éste país, tanto en las metrópolis como en las ubicadas en las áreas provinciales, debe ser capacitado y actualizado de manera emergente y eficaz, buscando con ello que los enfermos contagiados por el Covid-19, tengan frente a sí a quienes disponen tanto de recursos médicos para salvarles la vida, como de operativos definidos e instalaciones apropiadas, para evitar que pacientes tomen decisiones fatales y, a más de ello las ejecuten sin que existan obstáculos para ello.
 
Debo dejar claro que no culpo al cuerpo médico en lo general, ni al Instituto Mexicano del Seguro Social del suicidio acontecido al interior de sus instalaciones, porque considero que los hechos fueron circunstanciales y obviamente inesperados, pero el hecho refiere un antecedente que se debe de enmarcar en la memoria colectiva de los centros asistenciales, con la finalidad de evitar escenarios semejantes, que en los marcos de la historia clínica en el mundo, nos refieren tendencias inesperadas posibles de registrarse, precisamente en los marcos del comportamiento de quienes afrontan problemas de salud.
 

En la historia de la actividad médica en ámbitos mundiales, las tendencias suicidas entre el núcleo de pacientes, no constituye un escenario extraño que pudiera reflejar lo innecesario de diseños estructurales, así como reglamentos de vigilancia del personal hospitalario en general, con renglones específicos para evitar incidentes de tales rangos, que cuando acontecen, no dejan de originar comentarios adversos hacia los ámbitos de vigilancia y supervisión para resguardar la vida de los pacientes, incluso en contra de su propia voluntad.
 
El suicidio escenificado al inicio de esta semana en un centro de asistencia médica de la región orizabeña, causó comentarios de asombro entre la población, en el ya de por sí ambiente de preocupación y angustia, que por la pandemia priva en todo el territorio nacional.
 
Lo que se lee
 

Que ante el elevado ritmo de contagios que se registran en el marco de la región central veracruzana que abarca las zonas de Córdoba, Orizaba e incluso los ámbitos costeros aledaños al puerto de Veracruz, paralelamente a otros puntos específicos en la Entidad, como la propia ciudad capital de Xalapa y los municipios del entorno, sumando otros como Papantla, Poza Rica, Tuxpan, Coatzacoalcos, Minatitlán y varias más, el Gobierno del Estado ha dispuesto que éstos últimos días del mes y probablemente los inicios de Junio, las acciones de autoprotección como el “no salir de casa” así como el cierre de áreas urbanas que regularmente son de elevada presencia de personas, queden de hecho clausuradas para todo tipo de ciudadanos, como una medida necesaria y urgente que permita reducir los contagios del coronavirus, que han registrado elevaciones significativamente numerosas en zonas urbanas de nuestras tierras veracruzanas.
 
El llamado a la ciudadanía refleja tonalidades enérgicas, lo cual por sí mismo refiere que nuestra Entidad se encontrará o, mejor dicho, se encuentra amenazada por una viable e incontrolable “cadena de contagios” si para ello la colectividad en lo general, no acata con puntualidad el llamado y los ordenamientos, para limitar el número de peatones en las calles de casi todos los municipios de tierras jarochas.
 
Lo que se ve
 

Que el agudo problema del maltrato a las mujeres en el territorio nacional, según especialistas y participantes de organizaciones que evalúan el tema, sufre de una clara descoordinación, sumando un real desgano e incompetencia para alcanzar los objetivos marcado, fallas que incluso se advierten en la deficiente intercomunicación, que se suscita entre las áreas especializadas y facultadas para combatir la violencia que sufren miles de mujeres en nuestro territorio.
 
Sigue claro en éste, nuestro país, que los feminicidios y agregado a ello los escenarios de violencia en lo general en contra de las mujeres, increíblemente en todos los estrados sociales, constituye una de las deficiencias de las que también padece la Cuarta Transformación, lo que desgasta las esperanzas que, para superar tales prácticas, existían entre las organizaciones mexicanas que reclaman erradicar la violencia contra toda mujer... “Transformación” que continúa en espera.
 
Lo que se oye
 

Que la falta, cada día más notoria y preocupante, de medicamentos en centros médicos estatales y nacionales, para atender con eficacia a niños con cáncer, cada día es una realidad que se agiganta pese a las argumentaciones en el sector oficial, en el sentido que no existen desabastos y se atiende con eficacia a los pequeños pacientes.
 
Nada resultaría más positivo para el país sobre ese tema, que sean los propios familiares de los niños bajo atención médica, quienes desmientan las informaciones que sobre el tema circulan, las cuales originan indignación entre la colectividad y podrían dar curso a problemas de elevadas secuelas socio-políticas complejas de afrontar, porque el tema y fricciones en referencia, lastiman profundamente a toda la colectividad... Ahí la dejamos.