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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Respirador para la economía
Alfredo Ríos Hernández
19 de junio de 2020
alcalorpolitico.com
*La reducción burocrática
*¿Un gobierno imperioso?
*Los pecados del pasado
 
Se han iniciado polémicos comentarios, frente al hecho obligado por la pandemia, por vía del cual millones y millones de niños, jóvenes y adultos, han sustituido su aula, su taller, oficina o consultorio, por un espacio en sus respectivas viviendas, en cual conectados por vía internet reciben sus clases cotidianas, efectúan sus prácticas de ejercicios, vigilan la contabilidad de sus clientes, otorgan consultas a sus pacientes, envían pedidos para abastecer la cocina o adquirir todo tipo de productos, que les serán enviados por tiendas o almacenas hasta su propio domicilio...
 

La referencia en cuestión, obliga a concluir que los escenarios pandémicos preñados de preocupación, angustia y pérdidas de vidas, también han permito en el mundo entero una nueva revaloración de lo que ya teníamos en casa desde tiempo atrás, la posibilidad de utilizar los ámbitos cibernéticos, en renglones en los que no habíamos navegado con actividades de primera necesidad, salvo solicitar una pizza o adquirir por vía de internet productos novedosos que se ofertan en las redes, por conducto de empresas especializadas en el ramo.
 
Los efectos riesgosos de la pandemia nos trasladaron, casi sin darnos cuenta, a que niños, jóvenes y adultos, revaloráramos la riqueza que en su utilidad representa la tecnología de la comunicación más importante que se ha creado en todo el desarrollo tecnológico de la historia del hombre.
 
La cibernética que hoy inunda nuestros hogares casi sin límites en renglones de servicios, que incluso ha otorgado curso a computadoras de bolsillo, como se podría calificar a los teléfonos celulares, constituyen apenas los primeros reflejos de lo que les corresponderá contemplar y utilizar a quienes vienen atrás de nosotros, los viejos que hemos transitado con el privilegio de observar a las generaciones que transitan detrás de nosotros (entre ellos a nuestros descendientes directos) dominar los celulares y equipos de cómputo con toda naturalidad y ello, sí representa una nueva modalidad, el que nuestros descendientes convivan con naturalidad con los desarrollos tecnológicos que les ha tocado vivir, marcos cibernéticos en los cuales cada día, como siempre, referirán las eternas tres vertientes espirituales y de conducta que han caracterizado a la humanidad, mismas que de manera muy singular se refirieron en una cinta cinematográfica de hermosa fotografía, excelente música y apropiada actuación, titulada: “El Bueno, El Malo y El Feo”...
 

Porque en los senderos de las nuevas generaciones, seguirán registrándose los estrados de una sociedad en la que semejante a la actual y, con todo y los avances tecnológicos, seguirá registrándose con claridad “lo bueno, lo malo y lo feo”, obviamente no me refiero a las apariencias físicas, sino a los efectos de ese eterno libre albedrío que priva en el espíritu al que, con frecuencia, se agregan la influencia de tiempos y circunstancias...
 
Así las cosas, la formación y la conducta de cada ser humano es un resultado de las vivencias en el entorno... Dicen que hijo de tigre: “pintito”, pero la referencias pueden ser calificadas como meramente circunstanciales, incluso en algunos casos mayormente influenciados por el entorno que por el ámbito familiar.
 
¿Hacia dónde me dirijo en mí comentario?... Interrogante válida que yo mismo me realizo y espero otorgarle apropiada respuesta:
 

Los efectos del panorama pandémico que estamos transitando, habrán de conformar nuevas conductas en el marco de nuestro universo, tanto en lo individual como en lo colectivo, agregando a ello, tanto en lo eclesiástico, lo educativo, lo agrícola, lo industrial, lo comercial, lo profesional y ya no se diga en las instancias gubernamentales, legislativas, de impartición de justicia y obviamente de protección a la salud.
 
No existe sector alguno formal o informal, que se encuentre ajeno a una obligada transición, hacia una vida con nuevos agregados en el comportamiento personal, familiar y social en lo general, porque los impactos registrados con el coronavirus que nos agrede, ha demostrado la urgencia de una nueva dimensión que requiere cultivar el elevado concepto de la solidaridad, como si retornáramos (pero en otras dimensiones) hacia la construcción de una “nueva sociedad”, que debe con celeridad rescatar los valores del humanismo en todas su dimensión.
 
Porque quienes superen y dejen atrás el exterminio pandémico que nos amenaza, deberán reflexionar que con la presencia de un solo contaminado portador del virus, los pueblos del mundo se encuentran en riesgo, pero la unión de la sociedad y de la humanidad en su conjunto puede ser superior a las amenazas de la destrucción, sólo se requiere que ese renglón desestabilizador, contaminante y destructivo, sea claramente identificado y dé curso al mayor valor del que puede disponer la sociedad, el valor de la unidad, de la identidad y de la capacidad de aportar unidos para eliminar los riesgos.
 

México en lo particular atraviesa por una etapa compleja, no debemos ser obtusos y ajenos a la realidad por la que inevitablemente transitamos, el golpe de timón ejecutado por el electorado en los pasados comicios federales, nos empujan hacia un país gobernado a la sombra de un estilo, que resulta ser claramente diferente a los que estábamos habituados, nueva administración gubernamental que por las facultades que constitucionalmente lo acreditan, intenta ejecutar una “Transformación” con la perspectiva de que el país y, con ello las grandes mayorías, alcancen niveles de mayor bienestar.
 
Todo cambio socioeconómico requiere de tiempo, pero de la misma forma tales rutas transformadoras siempre estarán preñadas con puntos de vista diversos, desde los que dicen sí, pasando por los siempre presentes indecisos, hasta los que apuntan su negativa porque consideran errático e inconsistente el proceso de transformación que se aplica y, precisamente en tales escenarios los mexicanos transitamos, lo que ha originado crecientes desencuentros, diferencias y rispidez entre los núcleos transformistas y los sectores que descalifican la validez y sustentabilidad del proyecto transformador, destacando en su argumentación el desplome en la productividad y la economía, así como la ineficacia en materia de seguridad pública, referencias negativas que se registra incluso antes del drama pandémico y que origina mayores niveles, no sólo de estancamiento, sino de retroceso socioeconómico en lo general.
 
Hoy en el país se habla de diversas “pandemias” que nos originan retrocesos y complican el porvenir, porque resulta válido referir la existencia de problemas socio-económicos como rangos “pandémicos de la sociedad”, que de manera sucinta se pueden enlistar:
 

1.-La actividad agrícola atraviesa por repetidas deficiencias que no han permitido, en numerosos ramos de ese sector, consolidar al campo mexicano como una fuente de claro y permanente bienestar, en beneficio del campesinado en lo general, desde al ranchero hasta el último de sus trabajadores, ámbitos en los cuales el monocultivo no siempre ha sido generador del desarrollo integral.
 
2.- La generación de empleos en importantes regiones del país, ha sido un problema creciente, de tal forma que conforme crece el número de habitantes, crece también la demanda insatisfecha de suficientes empleos y no sólo en número de plazas, sino de igual manera en el incremento salarial, sobre todo ante un panorama de constante “re etiquetación” que encarece el costo de la vida.
 
3.- El desarrollo escalofriante de la actividad delincuencial, aparejado a vientos de aparente o real inestabilidad tanto política como económica, mantiene al país en rangos de clara preocupación para ejecutar inversiones, que de manera lógica otorgarían curso a mayores y mejores fuentes de trabajo, situación que clara y definitivamente no es dable en tales momentos y circunstancias, en incontables regiones del país, que se han convertido en escenarios de extorsiones, levantones, secuestros, asaltos e incluso asesinatos, convirtiéndose tales escenarios en factores determinantes que, no sólo frenan la creación de nuevas fuentes de trabajo y derrame económico en lo general, sino que ha originado una preocupante cadena de cierres de empresas de todos los niveles y renglones, que se han transformado en esencia clara que origina severos problemas socioeconómicos al país.
 

Cierto, también se puede agregar como es el estilo del actual sistema de gobierno, el que la culpa de cómo estamos, las tienen “los fifís” por contubernios con “anteriores gobiernos” para beneficiarse financieramente a costa de prebendas gubernamentales, como pudieran ser la desincorporación de numerosas empresas estales para trasladarlas al sector privado, como las redes telefónicas, los ferrocarriles, las fundidoras, las carreteras, la telefonía, en fin, ya en otras ocasiones hemos abordado el tema en referencia.
 
La realidad del pasado es que se registraron pecados capitales en niveles gubernamentales que originan el golpe de timón entre el electorado, arribando hacia una cuarta transformación que (debe reconocerse) fue sorprendida por la pandemia y hoy, obligadamente se encuentra auxiliada por respiradores artificiales, obligados a oxigenar la emergencia para evitar el pandemonio financiero que nos pudiera conducir hacia mayores quebrantos... Ahí la dejamos.
 
Lo que se lee
 

Debe coincidirse con la reciente propuesta presidencial, en referencia a que existente una multitud de organismos tanto municipales, como estatales y federales, que representan costos para el erario, sin que sus operaciones sean realmente necesarias, por lo que se hace necesario evaluar y suprimir oficinas públicas que en realidad, suplen lo que se debería de ejecutar con puntualidad en instancias superiores.
 
En ese sentido del incremento burocrático injustificado, debemos de alguna manera evaluar cada una de ésas áreas y proceder en los marcos de la eficacia, para su ratificación o para su eliminación... Ya se verá que rumbo y consecuencias se originaran en tales empeños.
 
Lo que se ve
 

No faltan quienes, en las redes de Internet, advierten que en México hemos transitado del priismo y el panismo “autoritarios”, hacia un “morenismo” que al final del día está resultando “más de lo mismo”, o sea, un presidencialismo imperante e imperioso que mantiene deprimidos las instancias legislativas e incluso judiciales.
 
Sobre los referidos apuntes, muchos son los que los acreditan a manipulaciones de los adversarios partidistas, lo que también forma parte de las herencias en los marcos de la vida partidista del país, en donde es tradicional y vigente la vieja y “transformada” (por aquello de la Transformación) referencia de los tres mosqueteros: “Uno para todos y todos contra uno”... Irrisorias ocurrencias.
 
Lo que se oye
 

Que en esta semana y la siguientes se inicia los procesos de la finalización del año escolar, año educativo histórico porque transcurrió paralelamente a los riesgos de una pandemia, que por sus características, puede ser calificada como no registrada nunca antes ni en el México, ni en el mundo, panorama que está quedando grabado en los anales de historia de la humanidad.
 
El fin de cursos también acontecerá por conducto de transmisiones cibernéticas en muchas de las escuelas del país, situación que obviamente mantiene en expectativa tanto a los alumnos, como a los padres de familia, maestros y directivos, así como a las autoridades en lo general... Un hecho sin igual en la historia nacional... Ahí la dejamos.