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Columnas y artículos de opinión
Trinchera Final
Querían dar caballazo a don Simitrio Medical
Jenaro del Ángel Amador
30 de junio de 2020
alcalorpolitico.com
1.- Decía el artículo 47 del Código civil del estado: Los hijos de matrimonio llevarán el nombre o nombres propios que les impongan sus padres, seguidos del apellido del padre, o de éste y el de la madre.
 
El mismo artículo ahora dice: Las hijas e hijos de matrimonio, llevarán el nombre o nombres propios que les impongan su madre o su padre, seguido de sus apellidos en el orden en que estos decidan.
 
Seguramente ya la autoridad competente [de los Registros Civiles] ya instruyó a sus oficiales respecto de esta medida.
 

Sin embargo, hace algunos días escuché [que también lo puso en periódicos] a un Registrador ufanarse de haber sido el primero de su línea, de haber realizado el primer registro de un recién nacido a quién, después de su nombre, agregó en primer lugar, el apellido de su madre.
 
Pero, no satisfecho con esto, agregó algo de lo suyo: Que de “aquí en adelante” el apellido de la madre se impondría a los hijos que pudieran tener en el futuro, en primer término, y después el del padre, “para que no se rompa la cadena”.
 
Esto no lo dice la ley, es producto de la conclusión del oficial registrador del estado civil.
 

Porque si de acuerdo deben ponerse los padres para el orden de los apellidos, así deberá ser en cada caso: Pedro, por ejemplo, de llevar el apellido de la madre en primer lugar, sería Costa que lo es el de ella. Y Bravo, que es el primer apellido del padre, iría en segundo lugar.
 
Pero esto no quiere decir que un segundo hijo pudiera llamarse Peter Bravo Costa si así están de acuerdo los padres, y no obligatoriamente Peter Costa Bravo. ¿O la ley dice que no se puede?
 
2.- Que lo aclare quien corresponda, porque en rigor, debería ser el Congreso del Estado como primer intérprete de la ley, y no dejar la manga ancha a los oficiales de los Registros Civiles para que hagan sus fiestas personales con ese asunto.
 

3.- Horas de angustia vivieron millones de mexicanos al enterarse de una iniciativa que tendría la paternidad de Morena, que versa [aba] sobe los medicamentos genéricos y similares.
 
“Una reforma fiscal” sacada del sombrero de algún mago moreno, pretendía reformar la Ley de Propiedad Industrial, con una cláusula que permitiera ir alargando la vigencia de las patentes, atropellando las políticas internacionales de salud.
 
Dicho de otro modo: Al pretender extender la duración de una patente, los fabricantes de genéricos y similares no podrían fabricarlas sino al paso de muchos años... y esto impactaría en la bolsa de millones de mexicanos que por razones de pesos, no pueden comprar medicamentos “de patente”.
 

Don “Simitrio” y socios se pusieron en acción y hasta el PVEM, ahora aliado de Morena, se opuso a “tal bellaquería” y dicen que desde Palacio Nacional se paró el intento, al menos por esta temporada de Pandemiun Covid-19.
 
Ya más adelante se verá. Pero si Morena insiste, hay tumbas políticas deseosas de llevar nombres...
 
¿Sería cierto? Que lo averigüe Holmes...