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Columnas y artículos de opinión
¿López Obrador irá con los calzones en la mano?
Luciano Blanco González
3 de julio de 2020
alcalorpolitico.com
El signo de la globalización es la interdependencia que existe entre las naciones para el desarrollo en diversas aristas como las comunicaciones, el transporte, el comercio, la salud, el ambiente y la propia seguridad, complementada con el intercambio de tecnología, de conocimientos y de avances científicos.
 
Nuestra vecindad con los Estados Unidos, la potencia más grande del mundo, nos coloca en un punto muy estratégico que nos coloca en una situación de ventaja, pero también de zozobra dado la voracidad de quienes han mutilado nuestro territorio y nos han arrebatado más de la mitad de él, sin desconocer que su voracidad es tal que más de una vez han querido y quieren seguir anexándose más partes de los espacios patrios.
 
Conforme a la visión oficial, cuando se les da un trato de amigos y una abierta invitación para que inviertan en el país, debemos de entender que ellos no son saqueadores, como lo ha señalado el presidente respecto de otros países, debemos de entender que son buenos amigos y que su colaboración interesada nos traerá felicidad y progreso.
 

Es cierto, como vecinos nos necesitamos, nos complementamos, aunque a veces o siempre, las relaciones sean amables y en otras ríspidas y controvertidas y preocupantes, porque el panorama respecto de nuestros connacionales que se encuentran allá por millones, son perseguidos y viven en amenaza constante de deportación, discriminados por su piel, por su necesidad y por el supuesto desplazamiento de la mano de obra gringa, pero desafortunadamente suplicando piedad y comprensión para quedarse a trabajar allá, escondidos y hacinados en las perreras de Chicago o en las conejeras de Nueva York o Kansas o Arizona o en todo el país, viven a salto de mata, permanentemente explotados, sin acceso a la seguridad social y muriéndose como perros porque no pueden ir a los hospitales públicos so pena de ser deportados.
 
Pero con esos gestos de generosidad no dejan de ser buenos amigos y seguramente el presidente en su visita irá a agradecerles su hospitalidad que nos genera millones de dólares en las remesas mensuales que nos envían y que estamos dispuestos a seguir recibiendo al precio que sea. inclusive de nuestra dignidad porque como gobierno y como sociedad no hemos sido capaces de generar fuentes de empleo suficientemente remuneradas en cuya instrumentación hemos sido un lamentable fracaso, aunque sea propósito oficial muy contenido y muy señalado cuando nuestro líder nacional ha reseñado que nadie deja su familia y su tierra por gusto sino por necesidad y así es, pero este lamento no pasa de ser eso, un lamento, pero un lamento que como premio al silencio son los envíos de dólares y nada ni nadie abogará por ellos, menos ahora en el viaje del primer mandatario, él no va a eso, va a apoyar a su socio y amigo Donald Trump, va a decirles a los mexicanos residentes legales que al país le conviene apoyar a quien nos ha llamado asesinos, violadores, a quien para taparnos el camino y no vayamos a medrar a los Estados Unidos construye un ofensivo muro que su pueblo atemorizado aplaude, motivado por la malignidad discursiva del Presidente Trump que pinta a la paisanada como asesinos y tramposos, indignos de confianza.
 
Pero en este peligroso juego que lleva el Presidente López Obrador, lleva el juego de todos los mexicanos acostumbrados a ganar y a perder, lo malo que este es un juego abierto en el que aparentemente estamos mostrando todas nuestras cartas, desde luego la ventaja es que el otro jugador Donald Trump, también tiene las cartas abiertas y ambos se están jugando el futuro de ambos países y el suyo propio como mandatarios.
 

No es la primera vez que jugamos así, no es la primera vez que nos derrotan, recordemos al padre del Tratado de Libre Comercio de Norte América, Carlos Salinas de Gortari, que siendo Presidente y en vísperas de las elecciones, aviesamente después de un diálogo de afinación con el republicano George Bush, que pretendía un segundo periodo como Presidente, decía después del diálogo, se fueron ambos a disfrutar de un partido de beisbol en Los Ángeles California, en aquella ocasión ganó el demócrata Bill Clinton, político moderado que, a pesar de la ofensa, perdonó y después de su triunfo trabajó sin agresiones, pero Joe Biden un político conservador del partido demócrata que ha manifestado que los políticos mexicanos son corruptos, pero además no olvidan en su partido el respaldo que Peña Nieto le dio a Trump y desdeño a Hilary Clinton cuando fue su candidato ¡cuidado! Que los demócratas ya están hastiados y en alerta, con la desventaja de que ahora los demócratas llevan una visible ventaja, pero tiene razón López Obrador, “La política es como caminar siempre en la cuerda floja, hay que correr riesgos y tomar decisiones” y él ya lo tomó a nombre del pueblo de México, no nos extrañe, nuestro Presidente es un hombre acostumbrado a remar en contra de la corriente hasta llegar victorioso a la otra orilla por muy revueltas y turbias que estén las aguas.
 
Lo sabemos, irá en contra de sus convicciones y en contra de sus propios deseos, ira por necesidad política y por conveniencia para México, sabe que a partir de ahora ya no tendrá posibilidades aunque con el tiempo por sus grandes meritos lo justifique, de proclamarse algún día como el libertador de América, como lo soñó Simón Bolívar, José Martí, el Comandante Fidel Castro con su guerra de guerrillas, el Comandante Hugo Chávez y mucho más líderes visionarios y soñadores que cuando Andrés Manuel le de la mano a Trump se revolverán en sus tumbas y los mandatarios de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Argentina y todos los miembros del Grupo de Rio, así como los gobiernos socialistas del mundo se revolverán en sus poltronas, llenos de ira y de resentimiento respirando traición por todos sus aguerridos y revolucionarios poros.
 
Pero cuidado, Andrés Manuel es un hombre muy firme e impredecible, siempre tiene a la mano la salida decorosa, los gringos y los mexicanos nos tenemos que preparar para esperar grandes sorpresas en sus discursos y en sus tratos, a él, le gusta escuchar aplausos y no abucheos, en el fondo le vale madre Trump y su candidatura, él es un líder que no va a tirar al bote de la basura su prestigio histórico y conste que a quienes lo conocemos, sabemos que a él, le interesa mucho su prestigio y su imagen.
 

Esperemos muchas verdades que desde hace tiempo quiere decir y se ha estado mordiendo la lengua, con su agradecimiento aparejara una serie de reclamos para México y para sus aliados ideológicos. Amigos, sí, pero con respeto a todos los mexicanos que somos el corazón y la conciencia de toda Latinoamérica, quien crea que va con los calzones en la mano está equivocado, él tiene las agallas para ponerse al tú por tú con el mismo diablo, a quien ha demostrado que no le tiene miedo y a su retorno la imagen nacional será de mayor dignidad.
 
Finalmente recordemos que López Obrador caminando en la cuerda floja se juega el todo por el todo y traerá buenas noticias, el as de oros lo lleva escondido bajo la manga, jamás muestra sus grandes intenciones, por el contrario, dice respetar y no respeta, dice no ofender y ofende, dice respetar la libertad de expresión y no lo hace, dice respetar la libertad de poderes y cada rato los vulnera, dice respetar el federalismo y cada rato se mete con los gobernadores, dice promover la unidad y cada rato promueve la discordia. Dice estar agradecido con Trump y realmente a flor de piel es notorio que está muy molesto por las medidas draconianas que le ha impuesto a su gobierno con las constantes amenazas de cerrar las fronteras, de imponer aranceles, de contener la migración, de expulsar a los mexicanos ilegales de Estados Unidos, este será un encuentro al que asiste con el pretexto de la supuesta gratitud pero que seguramente irá acompañado de necesarios y justos reclamos.- Por el bien de la causa.