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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Pandemia... Cosas veremos
Alfredo Ríos Hernández
13 de julio de 2020
alcalorpolitico.com
*Riesgo en Córdoba
*La rodilla policiaca
*No enlodar al INE
 
Advierto y leo en mis entornos de amistad y camaradería, una serie de apuntes en los marcos de la extrañeza, mismos que se están convirtiendo en virales inundando las redes cibernéticas, en los cuales se refieren marcados cuestionamientos en torno a que, quienes son afectados por el coronavirus, “tienen más riesgo de morir” si son atendidos en hospitales públicos, que si un médico particular lo atiende directamente bajo confinamiento en sus respectivos hogares...
 

Ante tales referencias no del todo confirmadas y avaladas por especialistas en la materia, pero cuyos apuntes cada día son en mayor número, se hace necesario que en éste tema de naturaleza notoriamente alarmante, no se pretenda por vía de la politiquería, intentar tapar el sol con un dedo refiriendo que quienes se quedan en casa para ser atendidos médicamente en sus propios domicilios, bajo vigilancia de galenos particulares, es porque no representan cuadros de gravedad y, quienes ingresan a hospitales, es por rangos de emergencia ante la detección de cuadros con daños mayores en su organismo.
 
Al final del día cotidianamente recibimos información emergida del sector oficial sobre número de casos detectados y número de fallecimientos registrados, pero no disponemos de una clara información con cimientos oficiales y creíbles, sobre el número de contaminados por el virus que están siendo atendidos por médicos particulares en los respectivos hogares de los pacientes, sobre ello poco se apunta en los espacios oficiales, pero mucho se refiere al interior de los hogares de todo el territorio nacional, comentarios que abandonan los rangos de privacidad para convertirse en información singularmente difundida en redes de Internet.
 
Todo Gobierno de rangos municipales, estatales y federales, debería tener muy claro que si la colectividad tiene la percepción que en materia de efectividad en la atención a los pacientes, es mucho mejor la registrada al interior de los hogares que en los marcos de los centros hospitalarios, esa “sola percepción” debiera ser “sobradamente suficiente” para que las autoridades proceden en consecuencia, no sólo en lo referente a la investigación realista de los hechos, sino a la aplicación de evaluaciones claramente fundamentadas sobre los distintos escenarios, y no con el fin de la autodefensa desde los ámbitos oficiales sino con la idea de afrontar la realidad y en consecuencia, asumir las medidas apropiadas para mejorar los resultados.
 

Los efectos pandémicos por los que hasta el momento transitamos, ya se califican como históricamente escalofriantes, realidad que por lo mismo “no habrá de ingresar”, sino que ya en principio se encuentra de manera indeleble referida en la historia de cada región y obviamente de cada país, apuntes que incuestionablemente contendrán cifras, tanto de contagiados como de sobrevivientes y trágicamente fallecidos, entre los que se encuentran como víctimas a niños, jóvenes y sobre todo adultos , en especial, mayores de edad.
 
Tales ámbitos de dolor y duelo, también han sembrado luto en el sector salud, integrado por auxiliares, empleados, funcionarios, camilleros, personal de enfermería y del sector médico en lo general, todos ellos héroes que no deberían de ser “desconocidos”, que no son de ninguna manera “del montón”, que tienen nombre y apellido, mismo que debería ser registrado “en un sitio de honor”, porque han sido soldados del ejército de auxilio médico, que convivieron cotidianamente al lado de quienes murieron y, también de quienes salvaron en los escenarios de la monstruosa guadaña pandémica.
 
Pero hacer “un buen papel” como operador en los marcos de las estrategias para combatir la pandemia, no equivale a la práctica de disimulos para alterar la realidad so pretexto de no crear pánico, cuando el miedo y la elevada preocupación entre los diversos sectores de la población ya es notoriamente evidente, simplemente por el hecho de que cada hora que transcurre, los efectos pandémicos nos resultan más cercanos, o sea, los soplos del drama con sus trágicos efectos ya se consideran cotidianos y no distantes.
 

Y ante tales hechos... ¿Qué podría ocultarnos el sector oficial?... Cuando la realidad la tenemos frente a nosotros, porque ya hemos arribado al escenario en el cual las autoridades deben de evitar la práctica del disimulo o el ocultamiento, en tanto que los hechos llegan al conglomerado social de inmediato, tanto así que a un elevado sector de la población le preocupa “que la nueva normalidad” se convierta en “anormalidad”, transformándose en mayormente costosos los remedios que la enfermedad y, cuidado, no hablo de rangos económicos (que también se impactan) sino que preferentemente me refiero a número de contagios y la dramática cifra de fallecimientos.
 
Arribamos al dramático momento “que debimos” considerar con eficacia desde el inicio, en el que debemos referir las formas, las normas y los objetivos, para afrontar ya en estos momentos varios efectos pandémicos a la vez:
 
A).- La pandemia del coronavirus no podría apostarse a que se encuentra bajo control, porque si los números apuntan (sea de uno o sea de 10) su crecimiento cotidiano, constituye clara referencia que “sigue fuera de control”, por lo tanto si persisten contagios no es razonable descartar la posibilidad de su creciente desarrollo, la ciencia así describe tales escenarios... Ello es indicador que el sostener lo contrario, se convierte en riesgosa aberración, en tanto que... “El es posible que sí o es posible que no”, equivale al clásico “volado” y, “un águila o sol” nunca debería definir las rutas formales para proteger la vida de la población... Mucho menos ante los claros y angustiantes escenarios que muestran la agonía originada en los dolorosos escenarios pandémicos.
 

B).- Tal y como se ha difundido en diversos medios de comunicación, afrontamos en diversos puntos del país la carencia de espacios apropiados y suficientes, para atender con real efectividad a todos los que ingresan a los centros hospitalarios afectados por el coronavirus, o sea, varios centros médicos se encuentran saturados, hecho que obligadamente induce a pensar en limitantes tanto en espacios, como en equipos y en medicamentos, e incluso podría ser en especialistas para el tema de la pandemia.
 
C).- Las prácticas de subrogar por parte del Gobierno espacios y atención médica en centros médicos particulares, refiere un acierto por parte de las autoridades, pero de acuerdo a los que se registra en marcos informativos, tales espacios también se encuentran en los límites de su capacidad, lo que refiere mayores posibilidades de que se registren deficiencias en atención emergente a pacientes en riesgo de muerte.
 
D).- El propio nivel gubernamental ante la presión financiera en lo general, está induciendo hacia la reapertura de actividades laborales, en un afán comprensible y a la vez polémico, para detener el dramático y riesgoso descenso de la economía nacional, indudable columna vertebral del que depende el ingreso de millones de familias de mexicanas, muchas de las cuales se encuentran en estado crítico de clara emergencia financiera, en tanto que han dejado de percibir sus ingresos e incluso han sido despedidos ante el cierre del ámbito productivo.
 

El renglón laboral es de los de mayor complejidad que se afrontan no sólo en México, sino prácticamente todos los países afectados por la pandemia, misma que también convirtió en pandémico al sector productivo y empresarial en lo general.
 
Hoy la economía de México se encuentra aguda y riesgosamente debilitada, hecho comprobable ante quebrantos no sólo de empresarios y obviamente de sus trabajadores y familias, sino de la misma forma sacude negativamente al sector gubernamental, dado que la parálisis productivo y comercial deja sin efectos los impuestos que, periódicamente y sin falla, ingresan a las arcas federales, estatales y municipales.
 
Las referencias son claras: Si las empresas reactivan sus operaciones, también reactivan la derrama económica tanto en beneficio de sus proveedores y trabajadores, como de las arcas recaudadoras de ayuntamientos, gubernaturas y Gobierno de la República, dado que todo ingreso que se genera en beneficio del sector empresarial, de la misma forma se esparce para bien del sector laboral y gubernamental en sus diversos niveles.
 

La reapertura productiva, incluyendo servicios como restaurantes, bares, parques recreativos y en especial plantas industriales en lo general, son oxigeno económico para amplios sectores de la población, muchos de los cuales se encuentran quebrantados... De igual forma tares sectores constituyen ingresos para millones de familias que dependen del trabajo en dichos ámbitos, escenario que también se convierte en ingresos (vía impuestos) para las tres esferas gubernamentales que existen en el país, sumando a ellos el renglón judicial, electoral y legislativo, o sea, prácticamente hablamos “de todo”.
 
Lo anotado también nos indica que el reinicio de la actividad laboral de igual forma “otorga oxígeno vital” a los tres niveles de gobierno y, por lo mismo tal determinación no refiere una mera canonjía gubernamental, sino también una conveniencia económica tanto para los mexicanos, como para la generación de impuestos, que también “deberían” de beneficiar a toda la población... Mucho nos falta por registrar en el transcurso de los próximos meses y, en verdad se puede adelantar que realmente “cosas veremos”.
 
Lo que se lee
 

Que el municipio de Córdoba registre oficialmente el tercer lugar en número de personas afectadas por el coronavirus en el Estado de Veracruz, por arriba de ciudades con mayor actividad poblacional como Xalapa y Boca del Río, ubicándose sólo debajo de las ciudades de Veracruz y Coatzacoalcos, constituye un escenario que por sí mismo apunta, que en la ciudad “de los cafeteros” no se han aplicado con puntualidad las normas de “autoprotección” que deben respetar tanto las empresas como los ciudadanos, incluyendo obviamente a los ancianos y los niños, referencia que por sí misma obliga a que los propios cordobeses dimensionen con claridad y responsabilidad los riesgos por los que se transitan, al tiempo que todas las empresas, chicas y grandes, redoblen sus acciones cautelares para evitar el esparcimiento del coronavirus, todo ello con la participación efectiva tanto de autoridades sanitarias como de autoridades municipales, estatales y federales.
 
Debe tenerse claro que el municipio cordobés atraviesa por elevado riesgo, en el cual de por medio se encuentra la propia vida... Porque lo que no existe otra alternativa que la de aplicarse en los rangos de la autoprotección, tal vocación es la que le urge a los sectores de la ciudad de los cafetos.
 
Lo que se ve
 

El que un ciudadano cualquiera refiera de manera correcta su desacuerdo ante el actuar de un grupo de policías al cumplir con sus funciones, como lo es la forma aplicada y aprobada para detener a una persona, de ninguna manera amerita que quien señala su inconformidad sea objeto de respuestas policiales excesivas y rudas, como fue el reciente caso escenificado en la ciudad de Xalapa, capital de Veracruz y recinto de los tres poderes que marca la constitución: El Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial...
 
En distintas etapas de mi vida (desde niño hasta la madurez) he tenido oportunidad de vivir y trabajar en Xalapa, ciudad a la que siempre he considerado bella y a más de ello, no sólo sede de los poderes estatales marcados por la Constitución, sino también cabecera estatal de la cultura y de las artes en lo general, a lo que se suma sede de la Arquidiócesis de la amplia región veracruzana, configuración que por sí misma le acreditan a la capital veracruzana niveles de humanismo significativos, que engrandecen el prestigio de esa histórica ciudad.
 
Es por tales apuntes y otros más, que incuestionablemente resulta lamentable y criticable que se registren abusos policiacos obvios y absurdos, como si ya fuera un legado internacional que los policías coloquen bajo sus rodillas el cuello, ya no de su detenido, sino de su víctima, para presionarlo hasta que (no el detenido sino la víctima) inmovilizado pierda la capacidad de respirar y pudiera morir asfixiado... dirigiendo la mirada al norte del continente.
 

Claro que no fue exactamente el panorama registrado ayer en Xalapa, pero... Si la sociedad tolera escenas como la registrada al finalizar la semana en tierras jalapeñas, llegará el momento en el que los policías coloquen la rodilla en el cuello de los sometidos, para recordarnos que también aquí contamos con verdugos... ¿O me equivoco?
 
Lo que se oye
 
Se debe de coincidir en que resulta apropiado y se podría agregar que correcto, la referencia indicadora que nadie en los marcos de la administración pública, sea del ramo ejecutivo, legislativo o judicial, agregando ahora el referente al electoral, debe ganar más que lo que gana un Presidente de la República... Ni dudar de ello.
 

Pero en esos mismos marcos es obligado definir ciertas reglas que deberían marcarse con claridad, como es el caso del arribo factible (todo es posible a luz de la luna) de un Ejecutivo de la Nación que decida no ganar ni un centavo como Presidente de México, porque le sobran recursos en los ámbitos de su peculio personal, situación que de hecho podría dejar en blanco a la nómina de los funcionarios federales en relación al comentario.
 
En fin, hoy la polémica son los salarios de los integrantes del Consejo del Instituto Nacional Electoral, quienes efectivamente reciben ingresos significativamente elevados, como haciendo sentir que “la democracia cuesta” pero vale la pena su existencia.
 
Ciertamente también “vale la pena” aplicar referencias legales y modificaciones apropiadas en el marco de las leyes (no en el marco de las descalificaciones y los insultos) para adecuar los salarios de los consejeros que integran el máximo organismo del Instituto Nacional Electoral, lo que no debería ejecutarse como una acción propagandística, a más de ofensivamente descalificadora, en tanto que el organismo al que hoy se le dirigen descalificaciones agresivas, ha sido el real pilar del avance en la legalidad y honorabilidad de los procesos electorales, lo que ha sucedido en bien del país desde que se le llamó IFE hasta que se convirtió en INE.
 

Nada ha sido en la historia moderna de nuestro país más importante para la vida democrática de México, que la creación del IFE hoy convertido en INE, por lo que las modificaciones que se requieran para su correcta administración deben ejecutarse con honorabilidad en los marcos legislativos... Nunca en ámbitos que pudieran sembrar descrédito hacia una institución, que ha cumplido con la compleja responsabilidad que le ha sido encomendada y que es cimiento de la actual y renovada vida democrática de México... Ni de más, ni de menos.