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Columnas y artículos de opinión
Lozoya solo es una moneda de negociación política
Luciano Blanco González
17 de julio de 2020
alcalorpolitico.com
La voz del Presidente de México es similar a la voz del pueblo al que representa y en ella debemos de creer todos sus gobernados, porque en ella se marca un rumbo y se define lo que es bueno y lo que es malo para el pueblo, quiénes son sus amigos y quiénes sus enemigos en la construcción de un proyecto que debemos de entenderlo a largo plazo y no sólo al alcance de nuestra nariz que, cortos de mirada, es lo que alcanzamos a ver, sin pensar que más adelante puede encontrarse un futuro brillante y limpio para nuestro país.
 
Quien crea que el Presidente engaña, se engaña a sí mismo porque posee una mentalidad extraviada en un pasado ya inexistente, pero al que intenta desaforadamente en retornar a los viejos tiempos para disfrutar de los privilegios que le daban de manera inmerecida un sistema generoso que intuyen ya perdido.
 
El Presidente en cada uno de sus mensajes denuncia todo y a todos los que pueden obstaculizar su programa, no los señala por sus nombres pero sí por sus actividades, principalmente a los profesionistas de quienes afirma que han medrado con sus conocimientos en perjuicio de los más desprotegidos, y con esa regla general ilumina a los más necesitados para que no se dejen sorprender y caigan aunque sea por necesidad en esas manos y menos abrirles las puertas de la administración pública para no exponer el patrimonio nacional a ser depredado.
 

Debemos de creer que nos quiere decir que todo el conocimiento se corrompió y que la ciencia y la técnica se pusieron al servicio del lucro personal abandanonando el verdadero sentido de servicio a la humanidad, al pueblo y a la nación.
 
Quizás convenga al proyecto que el pueblo sea ignorante y necesitado para que dependa de la limosna pública, este concepto era valido cuando éramos ricos y teníamos la esperanza de arrancar de los impuestos al comercio, al petróleo, a la gasolina, a las exportaciones, al turismo, a la minería y a todas las actividades productivas, ahora la vaca dejó de dar leche, sus ubres se están secando, las gallinas dejaron de poner huevos, el maíz esta escaseando para engordar al puerquito, la sequía por la inmovilidad y el aislamiento está empobreciendo a toda la nación, por lo que el gobierno deberá de racionar el gasto al máximo.
 
Lo mediático erosiona nuestra capacidad para analizar la realidad y nos perdemos en un mundo de información que se difunde debidamente orquestada desde las obscuras cámaras del dominio.
 

Así tenemos que ya hemos perdido todo interés en las declaraciones ministeriales en el caso de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, en relación a los contratos, compras y ventas indebidas embarradas de supuestos millonarios sobornos con la compañía brasileña Odebretch y de la planta agro nitrogenada que hoy mantienen al exfuncionario citado. Hoy detenido, seguramente en celda de lujo penitenciario, pues por lo que se ha dicho debe de valer oro molido para los fines publicitarios de la cuarta.
 
Lo sorprendente es que nuestro Presidente ya declaró por el ahora indiciado, ya declaró por Lozoya que los supuestos sobornos se utilizaron para las campañas políticas del PRI, en la elección de Enrique Peña Nieto, que las millonadas se utilizaron para llenar las carteras a los diputados y senadores para que aprobaran la reforma energética, y esto debe de ser cierto, porque varios de aquellos ahora son sus principales aliados desde la campaña cuando desertaron del PRD y ahora como gobernadores, senadores o diputados, lo deben de nutrir de importante y certera información al respecto.
 
Todo lo dicho parece ser cierto, pero también parce ser un fuerte apretón al grupo Peñanietista para que cedan a alguna gran pretensión gubernamental que pueden ser el otorgamiento de algún o algunos votos en el Senado para darle al Presidente facultades absolutas para el manejo del presupuesto de egresos.
 

Las jugadas se dibujan muy bien en la Revista Proceso, de la familia Scherer, otrora orgullo del periodismo nacional por la posición crítica y antigobiernista que por casi 40 años mantuvo su fundador Don Julio Scherer, un hombre probo, luchador incansable por la democracia y por la verdad, lo que le valió ser perseguido durante toda su vida, pero nunca claudicó a sus convicciones.
 
Ahora su vástago, Julio Scherer Ibarra, actual Consejero de la Presidencia y profundamente comprometido con las causas del Presidente, del cual es parte de su cerebro, amparado en el prestigio de su padre y la fama de la revista, visiblemente manipula las publicaciones para encaminar las acciones de gobierno en el sentido que vienen, por ejemplo, el pasado 14 de julio se ocupa particularmente del expresidente Peña, dedicándole la portada e inmiscuyéndolo en los casos de corrupción con Lozoya, Duarte y Ayotzinapa.
 
No cabe duda, las acciones van directamente dirigidas contra Peña, quien debe de ser castigado si en efecto fue coparticipe de la gran canallada en contra de la nación, y hace bien el Presidente en intervenir y presionar la judicialización, pero tenemos que esperar qué dicen los tribunales y no exponerse a una situación adversa que podría ser una negativa del reo en todo lo afirmado por la Presidencia.
 

También resulta peligroso que se permita la denigración de los miembros del Ejército Mexicano al atribuirle participación directa en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, cuando menos el Presidente ya debió de hacer un pronunciamiento para defender el honor de los militares a quienes también en páginas se les atribuyen manejos dudosos de los recursos públicos asignados para el desarrollo de los programas sociales.
 
Por otra parte, anima la confianza en el Presidente que en las giras de esta semana ya no llegó en sus visitas a los Estados más convulsionados por la violencia como Guanajuato, Jalisco y ahora Colima a repartir abrazos o a pedirle a los delincuentes que ya se porten bien o a pedirle a las mamás que los aconsejen, ahora llegó a decirle a la población que no están solos “que las autoridades están obligadas a actuar” “estamos juntos para enfrentar a la delincuencia” y tal parece que, ante las exigencias, ahora sí va en serio a cumplir con sus responsabilidades y obligaciones como garante de la seguridad del Estado y de la población.
 
El Señor Presidente no debe de permitir que sus colaboradores se amparen en chistoretes para esconder sus incapacidades como lo hizo Alfonso Durazo, el flamante Secretario de Seguridad Nacional, que al informar sobre los problemas de seguridad en Guanajuato, orgullosamente presumió sobre el éxito de sus acciones en ese Estado al afirmar muy propio sobre las acciones de investigación y persecución del mayor huachicolero, asaltante y asesino múltiple de aquella entidad y jefe del cartel de Santa Rosa, José Yepes “El Marro”, muy fresco dijo: “El marro está debilitado y batalla para cubrir la nómina” ya no está disfrutando en su mansión, válgame dios, cuanto cinismo, el Secretario debería de aceptar sus torpezas, casi un año para detenerlo, con todo el aparato del estado a sus órdenes, debió de haber reconocido el fracaso y la ineptitud, nos obliga a preguntarnos en manos de quién estamos.
 

En fin no nos ilusionemos, el caso de Lozoya puede ya estar negociado, inclusive debe de operar la sospecha desde el momento en que ya se estableció que no se conocerán directamente las audiencias que deben de ser públicas, solo se informará por mensajes y videos de Whatsapp, por seguro que serán manipulados y nos van a decir lo que quieran, la moneda de la impunidad o de la atenuación de las penas, seguro que el presidente López Obrador manejará el presupuesto de la manera que él lo determine, los votos priistas serán la moneda política y el disfrute público de la camarilla, será motivo de la risa, la burla y el escarnio popular, para mitigar su coraje.
 
Y no sabemos qué, pero alguna jugada muy fuerte se prepara en contra de nuestras fuerzas armadas para exhibirlos y debilitarlos, para sembrar la desconfianza y restar el apoyo popular a estas instituciones, así lo revela el vuelco innecesario e infundado que se le pretende dar a su posible intervención en Ayotzinapa y la posible corrupción en el manejo de los fondos públicos en la construcción del Aeropuerto, de Ayotzinapa, la construcción de los bancos del bienestar o el manejo de los recursos suministrados para el manejo de la pandemia.
 
El Presidente sabe lo que hace, él sabe como manejará el presupuesto si el Congreso le deja el baúl abierto, será para bien de México, no estamos en tiempos en que le debamos regatear el apoyo, la patria necesita en este momento salud y si como hemos dicho, sea necesario parar el Tren Maya, Santa Lucía o 2 bocas, suprimir fideicomisos o subsidios, impuestos especiales, o gastarse todos los ahorros del fondo de estabilización gásteselo para eso es o cualquier acción inédita, no importa lo que interesa es sobrevivir, la salud y la vida de los mexicanos esta sobre todo.- Por el bien de la causa.