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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Lo del Palacio sigue despacio
Alfredo Ríos Hernández
4 de agosto de 2020
alcalorpolitico.com
*Delincuencia... De mal en peor
*Vamos en pica desde el 2019
*Clases por Radio, TV y Redes
 
Desde mis días infantiles escuchaba decir a mis mayores (hace más de medio siglo a nuestros viejos “en verdad” se les respetaban sus opiniones, e incluso su sola presencia) cuando nos referían que “las cosas en palacio van despacio”... pero con el transcurrir de los días se pensó, que con la modernidad que nos lleva hacia la cibernética y, sobre todo ahora, con la práctica de una “Una Nueva Transformación” (dicen que es “la cuarta”) los mexicanos todos o por lo menos un significativo número de paisanos, nos ilusionamos al amparo del anuncio transformista, contemplando en el inicio de nuestra imaginación a un gobierno realmente eficiente y, al mismo tiempo, a un entorno de administración de Justicia pronto, justo y expedito, no con el tortuguismo y las torceduras que “los odiados del liberalismo” le imprimieron a los espacios dónde el ciudadano acude sediento de justicia...
 

Pero la pandemia llegó y cerró, limitó, estranguló los manantiales donde el pueblo abreva ante la creciente sed de justicia, hecho que apenas hace unas horas ha originado por parte de abogados y especialistas en la materia, denunciar que la limitación de horarios en los espacios del Poder Judicial, ha originado que los juzgados transiten del purgatorio hacia áreas infernales, en tanto que las limitantes impuestas para atender los ámbitos de administración de justicia en tierras del son y la bamba, incluso en los espacios donde despachan los más elevados magistrados, se han reducido en tiempo y forma, estrangulando con ello la posibilidad de aplicar las leyes en los marcos que refiere la Ley y las normatividades que de ella emanen.
 
De hecho, litigantes con experiencia y prestigio en tierras del “mariachi loco”, han elevado la voz, ya no de alerta, sino de preocupación entremezclada con indignación, porque no deberíamos posponer la administración de justicia, sobre todo en tiempos de tormentas desestabilizadoras, que dañan los espacios incluso de subsistencia para millones de mexicanos, que quebrantan su bienestar e incluso le pueden arrebatar la vida sin previo aviso.
 
Justicia plena, expedita e insistimos “pronta” que equivale a inmediatez, es lo que como norma constitucional debe recibir todo mexicano, sea el Presidente de México o el más humilde de los mexicanos, porque el no hacerlo, más allá de violentar el espíritu que rige a los tribunales, contraviene el reclamado del “bien común”, escenarios que constituyen los cimientos de todo el sistema que conforma la estructura tanto gubernamental, como de administración de justicia, insisto: “Pronta y expedita”.
 

Existen espacios claramente vinculados a leyes y tradiciones, mismos que conforman la columna vertebral para el bienestar de todo el colectivo social, que incluso ante efectos pandémicos como por los que transitamos, no deberían de referir pasividad frente a las adversidades, tales espacios son el gobierno, los espacios religiosos, los centros de asistencia (incluyendo las áreas de atención médica) los sistemas de transporte y ámbitos comerciales sobre todos de alimentos, las plazas laborales y de manera contundente, todas las estructuras legalmente instituidas para brindar seguridad, bienestar y justicia a la sociedad.
 
Se anuncia que en tierras veracruzanas las áreas de Juzgados y Tribunales en lo general, han reducido tiempos y restringido áreas de atención, como medidas preventivas frente a los efectos de la pandemia, ello ha otorgado curso a la lógica preocupación e, incluso, el llamado de alerta de prestigiados licenciados en Derecho, apuntando que la administración de justicia no debe aplazarse, que por el contrario, se debe agilizar ante la emergencia por la que transitamos, en tanto que la epidemia y sus mortales secuelas, también podrían dejar sin efecto procesos que se encuentran en manos de los tribunales.
 
Reza un viejo refrán, que más vale paso que dure y no trote que canse, pero en materia de administración de justicia el ritmo debe ser siempre “de emergencia”, porque la administración de justicia tiene las características constitucionales de ser “pronta y expedita”, o sea: “clara, legal y lo más inmediato posible...”
 

Saludable y tranquilizante para la colectividad sería el dejar atrás aquellos conceptos de que las cosas en palacio van despacio, por lo menos en lo que se refiere a los “Palacios de Justicia”... Ya veremos.
 
Lo que se lee
 
Otra de las pandemias (porque existen varias más) imperantes entre los mexicanos, la constituye la del renglón delincuencial, escenarios en los cuales ha quedado notoriamente de manifiesto que, los abrazos no resultaron tan efectivos, como en los marcos de la buena voluntad lo ha propuesto reiterativamente el actual Presidente de los mexicanos, referencias “de buena voluntad” que vuelven a dejar asentado aquello que refiere, que nunca a la Ley se debe sobreponer solamente la “buena voluntad”, en principio porque el juramento de toda autoridad es respetar y hacer respetar La Constitución y todas las leyes o mandatos que de ella emanen.
 

Pero a más de ello, derivado de los yerros en materia de protección a la colectividad, la delincuencia en México refiere para sí el crecimiento de su empoderamiento, referencias claras y notorias no sólo en los marcos de atentados incluso contra integrantes del Ejército (Guardia Nacional) sino de igual forma en la metrópoli cuyo centro es sede de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, se han ejecutado acciones que podrían ser encuadradas en marcos de “guerra de guerrillas”, que escenifican atentados ya no sólo contra funcionarios y elementos de alto nivel en los sectores de Seguridad Nacional, sino que de la misma forma se difunden videos, tanto del poderío paramilitar de grupos armados fuera de la Ley, como de tareas de “beneficio colectivo” ejecutados por ésas mismas organizaciones, imágenes que reflejan su capacidad “tanto para aportar, como para combatir”.
 
Tales referencias reflejan con puntualidad que poco, o simplemente nada, hemos logrado avanzar en tierras mexicanas para restablecer la mil veces prometida tranquilidad social, en beneficio de todos los mexicanos.
 
Lo que se ve
 

Otro de los factores que ensombrece y complica la vida de los mexicanos, lo viene siendo la reducción de sucursales bancarias que se registra en todo el país, lo que no sólo habla de “suspensión o cancelación de plazas laborales”, sino que para los mexicanos ahora resulta más complejo efectuar sus trámites bancarios, sobre todo cuando se trata de acudir obligadamente a la ventanilla o en la búsqueda de un asesor.
 
Nunca como ahora la sociedad mexicana, al igual que en gran parte del mundo, se habían alterado en tales dimensiones los usos y costumbres en todos los rubros, incluyendo el religioso, porque la emergencia ha obligado a la adopción de una forma de actos religiosos distintos, lo que impacta prácticamente en todos los rubros del quehacer cotidiano, de todos los sectores de la población.
 
Y lo más preocupante del tema es que la historia de hoy aparentemente se prolongará por tiempo indefinido, porque todo está sujeto a que logremos no sólo controlar de alguna forma, ya no sólo la proliferación pandémica, sino los efectos colaterales que el actual escenario origina, tal como lo es el quebranto generalizado de la economía que siempre, de manera invariable, se encuentra vinculado al desarrollo de mayor pobreza y desesperanza entre los pueblos del mundo, sobre todo de los más endebles, entre los que ya figura nuestro quebrantado país.
 

Lo que se oye
 
Correcta la determinación asumida por el Gobierno de la República, en el sentido de que las clases del ya cercano periodo escolar, en el marco del sistema oficial, serán transmitidas con apoyo de las televisoras y radiodifusoras del sector privado así como del ámbito Gubernamental, con la idea de abarcar gran parte del país y, que ningún niño se quede sin escuela, de tal manera que en puntos donde no existiera señal, se les dotará a los alumnos de guías impresas con las apropiadas instrucciones para su entendimiento... La verdad es la mejor decisión, en tanto que: “Ya no había de otra”... Ahí la dejamos.