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Columnas y artículos de opinión
Basta de politiquería
Luciano Blanco González
7 de agosto de 2020
alcalorpolitico.com
La crisis es mental y obedece a nuestro modo de vida, por eso la actitud presidencial de confianza en un buen futuro inmediato, es la fuerza que sostiene una economía que no se ha desbordado gracias a que, ante las especulaciones financieras y los datos duros que nos muestran los economistas tradicionales que comprueban la crisis con argumentos basados en esquemas habituales, no nos han espantado suficientemente como para caer en las compras de pánico o dolarizar nuestro peso.
 
Será el sereno, iremos en picada, pero al momento no se siente con signos graves que nos precipiten, la devaluación de la moneda frente al dólar aún es tolerable y se encuentra en una flotación normal, el abasto en general es suficiente para cubrir nuestras necesidades, aunque en el ramo de la medicina hay una fuerte especulación que desgasta los bolsillos de quienes tienen la desgracia de tener enfermos en la familia.
 
Aunque es de reconocerse que el ramo suntuario de los automóviles, las joyas, el vestido, los espectáculos, la recreación, el turismo y de toda clase de lujos se encuentra deprimido por el notorio descenso en el consumo, podríamos pensar que ello no importa, desafortunadamente representan los cientos y miles de empleos más o menos bien pagados que finalmente significan un atractivo social que destaca el crecimiento y el poderío económico de un pueblo desarrollado por la avanzada tecnología y la destacada infraestructura que requiere.
 

López Obrador ante el gravísimo problema mundial de la pandemia del coronavirus, ha logrado romper la atadura mental de tener que sentirnos aplastados con miedo y sin salida, si él permaneciera apoltronado en la silla presidencial de su magnífico y cómodo palacio, rodeado de un séquito de epidemiólogos que lo cuidaran para no contraer el virus y desde ahí, con su cubrebocas puesto, lanzara sus rígidas arengas para mantenernos encerrados, quizás disminuiría la mortandad de mexicanos que por racimos están falleciendo.
 
Entonces estarían muy contentos sus críticos que lo atacan porque no usa el protector y porque, a pesar del peligro “innecesario” de salir, recorre el país llevando aliento y esperanza, aunque los bocinazos de protesta no cesan y se agudizan a medida en que se aproxima el proceso electoral. Pero hasta ahora han resultado inútiles, porque el apoyo al Presidente no ha decaído.
 
La pandemia en lo social es problema individual, cada uno debe de tomar las medidas pertinentes para no contagiarse, cada quien sabe lo que tiene que hacer para cuidarse en donde sea, en la casa, en la calle, en los mercados, en las plazas, en donde se encuentre, pues cierto estoy, nadie se quiere morir.
 

La peste viral es problema del gobierno en lo económico, pues prevenirla y curarla entra dentro de sus obligaciones, pero la errática y hasta ahora equívoca política preventiva, con sus semáforos multicolores, está dictada para un pueblo que ante la necesidad se ha vuelto daltónico, ya que son mayores sus urgencias que los desatinos de Gatell, quien parece querer engañar con sus curvas y con sus falsas estadísticas que no convencen y son motivo de burlas.
 
El vocero ha vociferado que el uso del cubrebocas no es necesario cuando la Organización Mundial de la Salud y el mundo científico afirman lo contrario, pero el pueblo que no es tonto, los gobernadores desesperados por salvar a sus gobernados, han ignorado al corifeo inútil que el Presidente ha colocado al frente del problema y cuyos desatinos y trastumbos afectan de manera directa la imagen de López Obrador, que se obstina en sostenerlo a sabiendas de lo inútil que resulta como funcionario de ese puesto.
 
Voces muy calificadas se sabe ya, le murmuran al Presidente de este estorbo burocrático y no extrañaría que para disimular un cese, se simulara pronto alguna enfermedad del Subsecretario Gatell, que si bien es cierto tienen poder legal para mandar y advertir a los gobernadores de la obligación constitucional que tienen de acatar todas las disposiciones que emanen del consejo de salubridad, su manejo político del problema crea la natural desconfianza y rechazo al decretar a conveniencia en dónde deben de reactivarse las actividades económicas y en dónde no.
 

Lo más grave es que con sus balandronadas contradice a su jefe, que reitera una y otra vez que el camino es el diálogo, el entendimiento y Gatell, ante su falta de capacidad para justificar su politiquería de neutralizar a los gobernadores, paralizando sus actividades económicas, maneja como los agentes de tránsito el semáforo a su gusto y capricho.
 
Esta politiquería nefasta que se practica en todos los nichos de poder, tanto del gobierno como de los partidos, los distrae de sus tareas fundamentales con tal de asegurar su permanencia o poner en marcha sus estrategias para posicionarse en él.
 
Veracruz no es ajeno a estos dislates, como la reciente visita al Puerto de Veracruz, por parte de la señora Rocío Nahle, Secretaria de Energía en el gabinete presidencial, que haciendo gala de poder, sin respetar ni los tiempos ni las formas a que estamos acostumbrados y pasando por encima el respeto que merece la nobleza política del Gobernador, Cuitlahuac García Jiménez, públicamente confiesa su intención de gobernar a este estado, que la ha recibido con gusto y reconociendo sus cualidades y virtudes le ha brindado la oportunidad de representarlo en la Cámara de Diputados, ahora en la de Senadores, en donde pidió licencia para colaborar directamente con el Presidente de quien se sabe la mantiene muy cerca de su víscera sentimental.
 

Pero pensar en estos momentos en un relevo allá en el lejano 2024, cuando dice que su corazón late por Veracruz, no se referirá a una inspiración romántica y de ensueño, sino que, distrayéndose de su quehacer, parece venir a sembrar con intensidad sus latidos y al inclinarse por determinadas personas para ocupar puestos de elección popular, función que solo debería de corresponder a su partido y a su jefe natural en el estado que es el Gobernador, al que parece querer desplazar en estas importantes decisiones.
 
Es posible que como gran operadora que es del Estado Federal y de su partido, esté preocupada por las próximas elecciones, pero no hay razón, el capital político de su partido en Veracruz se incrementa con la laboriosa y discreta actividad que el Gobernador y su equipo político despliegan en todo el territorio, logrando conjuntar a su lado la mayoría de las fuerzas políticas que se le suman tanto en el Congreso Local, como en los ayuntamientos.
 
Es posible que la politiquería crezca y tome forma de torbellino en el Estado con motivo del proceso de selección de la dirigencia nacional del partido del Movimiento de Regeneración Nacional, que en situaciones muy adversas por la pandemia ha iniciado sus trabajos en todo el país y en el que están comprendidos funcionarios públicos, diputados locales y federales que abandonaran sus tareas para sumarse al proselitismo por sus candidatos, esta es una buena oportunidad para ver sus cartas y sus estrategias, aunque hay un pero, significado a que todo el proceso está sujeto a lo que determinen las autoridades sanitarias, aunque si ya dio el visto bueno papá, se simularán todas las medias sanitarias y toda la conformidad de sus militantes, la otra piedrita será Yeidckol Polevnsky a quien no han podido doblar y quien seguramente judicializara la elección, por aquello del procedimiento y del padrón.
 

Ya es tiempo de que nos convenzamos de que la maldad epidemiológica convivirá con nosotros por mucho tiempo, el gobierno no debe de esperar a que caigamos a la ruina económica para reactivar más actividades, el pueblo necesita trabajar y está dispuesto a someterse a cualquier normatividad con tal de hacerlo, de hecho ya se salió a las calles, temeroso no concurre si no es por necesidad a los lugares en donde puede contagiarse y es admirable la disciplina que observa en la prevención, un signo de ello es el uso casi generalizado del cubrebocas, el uso del gel, el uso de sanitizantes cuando los hay por en donde anda, ya es tiempo de la reapertura y de la movilidad como lo está haciendo el Presidente que con precaución transita por todo el país.
 
Finalmente, habrá que sumarse al Presidente en su llamado a los funcionarios para que ya se dejen de politiquerías y se pongan a trabajar, estamos de acuerdo en que no se desvíen, que no se pierdan, que se concentren porque su buen o mal trabajo será estrictamente calificado en el momento de tomar las grandes decisiones en la selección interna para postular candidatos y en las casillas para elegir a los mejores y en ese momento cuentan las banderías, pero también el prestigio de quienes aspiren a representarnos.- Por el bien de la causa.