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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Se 'transformó' el panorama
Alfredo Ríos Hernández
3 de septiembre de 2020
alcalorpolitico.com
*¿Y los escenarios del terror?
*Alcalde cordobesa y empleos
*Sin freno violencia de género
 
Una empresa mexicana practicó en las últimas horas la suma de los resultados brindados por las encuestadoras que, en las últimas horas, realizaron mediciones sobre la aprobación o desacuerdo con el Segundo Informe del Presidente Andrés Manuel López Obrador, las primera reflexión es que varias encuestadoras refirieron un desplome en aprobación ciudadana, abajo del 50 por ciento, mientras que otras le acreditaban aceptación arriba de dicho porcentaje, el final de tal ejercicio que consistió en sumar todos los resultados y dividirlos entre el número de encuestadoras, operación que arrojó una cifra de aprobación superior al 50 por ciento, lo que indudablemente resulta significativo, pero ya no de los rangos de simpatía que sobrepasaban el 80 por ciento, mismos que se externaban hacia el primer año de la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
 

Pero a más de ello, las cifras enmarcadas en los pronósticos en torno a la economía nacional, no refieren tiempos de bonanzas para los mexicanos, en tanto que si nos apegamos al panorama que hoy en día se registra en el territorio nacional, el remontar las pérdidas de miles de millones de pesos que impactó (y sigue afectando) a las diversas áreas económicas del país, habrá de convertirse en una de las etapas de mayor transcendencia en la historia del país, panorama que los actuales empresarios, de todas las ramas en los marcos del territorio nacional (a excepción de los ámbitos farmacéuticos y de servicios médicos) afrontaron hasta encontrarse cercados por la amenaza del quebranto financiero, tanto así que fueron “los menos” los que permanecieron en operaciones, sin que ello quiera decir que operan con los mismos rangos financieros que los registrados antes de que nos invadiera el coronavirus.
 
Es de la misma forma obligado el reconocer que ningún mexicano de los tiempos actuales (incluyendo a nuestro Presidente) había transitado por una etapa tan ajena a nuestros usos y costumbres, como los escenarios que surgieron ante la agresión pandémica, mismos que continúan y que mantienen latente su amenaza de mortal agresión.
 
Así las cosas, al Gobierno de la Transformación “se le transformó el panorama”, porque los problemas actuales de mayor peso dejaron de ser “los calificados por los transformadores como de orígenes neoliberales”, para convertirse en foco de elevado riesgo para la vida y la economía, así como para el bienestar en lo general, un depredador identificado como Covid-19, que para México y los mexicanos ha sido “la tragedia del inicio de la década”, escenario que sin lugar a dudas ha marcado ya con rangos históricos al Gobierno Transformador, coronavirus mortal que, sin lugar a dudas, habrá de convertirse en tema esencial con referencias indelebles en torno al sexenio López-Obradorista.
 

De hecho, ante la catástrofe que ha cobrado miles y miles de víctimas, lo que aparejado a ello persistirán los brotes de contagio (nadie sabe hasta cuándo) escenario de rangos dantescos que deriva en amenaza de muerte, que constituyen ámbitos que deberán de continuar con rangos de prioridad obligada para el gobierno, al que se le impone la prioridad de salvar vidas y rescatar del quebranto económico al país, en beneficio obviamente de todos los mexicanos.
 
El temor que priva hoy en el conglomerado social, va más allá de idearios presidenciales y proyectos gubernamentales, porque se trata de atender la preocupación por la vida tanto de los hijos, como de la familia y de los mexicanos en lo general, esa constituye por hoy la obligada prioridad gubernamental, o sea, de gobiernos municipales, estatales y el federal, en la inteligencia que cuando hablamos de gobierno, incluimos a todos los sectores, como son los legislativos y los del ámbito destinado a la administración de justicia, porque el pueblo hoy, más que nunca, reclamará el imperio de la legalidad, de la seguridad y del atributo ciudadano para reclamar bienestar.
 
No más bandoleros, no más crímenes porque con “el criminal coronavirus” tenemos más que suficiente, no más vacíos en la administración de justicia, porque ha sido precisamente “la injusticia”, la mayor causante no sólo del espantoso escenario criminal, que favorecen los desaciertos en materia de seguridad, tanto en perjuicio de bienes, como de la propia vida.
 

Al final del día “La Pandemia” constituye otro escenario “de inseguridad”, que se viene a sumar a la violencia que ha vivido el país y que, ni las autoridades de andenantes, ni las de ahora mismo, han logrado desarticular, porque por más que se informe que ya disminuyeron algunos tipos de delitos, algunos otros también se han incrementado, los que en materia de seguridad ha resultado repetitivo.
 
Y si uno de los argumentos de especialistas en materia social, sostiene que la violencia e inseguridad es el resultado en gran medida de las desigualdades y las escasas oportunidades para vivir como iguales, sumando a ello la notoria ineficacia en la administración de justicia, entonces debemos entender que existirán suficientes argumentos, causas o fundamentos, para poder referir con real apego a nuestra realidad nacional, la notable ausencia de éxitos gubernamentales, máxime si la zozobra por los ámbitos delincuenciales persiste, con similares características a las que dejaron “los ineficientes neoliberales”.
 
El primer tercio de la administración transformadora no ha transformado al país hacía ámbitos de claro y consolidado desarrollo integral, porque por más que se predica que se está debilitando el ámbito delictivo, la sociedad ni lo percibe, ni se siente librada de la ya muy prolongada pesadilla de inseguridad, derivado de ello muchos son los tropiezos en la economía en lo general.
 

México inició el presente año (cuando los mexicanos ni sabíamos del covid-19) con menos dos puntos en lo referente a perspectivas económicas (o sea: “Reprobados”) calificaciones económicas cuando los mexicanos y el continente americano estábamos ajenos a cualquier agresión pandémica, cifra de menos cero que para ningún país constituye un halago...
 
Los maestros en cuestiones financieras nos comentan que, quien termina un año y en automático inicia el siguiente con una calificación monetaria negativa de menos cero, simple y sencillamente “está reprobado”... Pero la actual calificación del decrecimiento económico en nuestro país es de menos 18.5%, por ello ya se habla que tiene 80 años o más, que México no refería cifras negativas de tales dimensiones.
 
Los financieros transformadores obviamente evadieron explicaciones, así las cosas y al extenderse la pandemia, la proyección del país inició un declive económico de mayores dimensiones, y ello acontece cuando ya hemos transcurrido el primer tercio de “la administración morenista”, dos años en los que el país pasó de ser una nación con agudos problemas sociales pero con perspectivas económicas positivas, a un país con iguales o mayores problemas sociales pero con perspectivas económicas que, por sus dimensiones y tendencias negativas, no siembran optimismo sino que tal característica “se ha transformado” en inquietante pesimismo... Ya veremos.
 

Lo que se lee
 
Cimbró a la región central veracruzanas la persecución y disparos registrados en el tramo de la autopista entre integrantes de la Guardia Nacional y supuestos integrantes de una banda de secuestradores, quienes aparentemente trasladaban a un secuestrado originario de un municipio cercano al de Córdoba, en el marco de los hechos fueron detenidos varios del grupo delictivo, al tiempo que se rescataba a una persona que habían secuestrado.
 
La sociedad reconoce el acierto del cuerpo de seguridad, pero al mismo tiempo, los hechos confirman que la actividad de secuestradores persiste con insistencia cotidiana en actos delictivos en todo el país, escenarios que no son extraños en tierras veracruzanas desde año atrás.
 

Por lo mismo ha resultado un reclamo generalizado del colectivo social mexicano, en demanda de mayores sistemas de seguridad que por su capacidad, originen escenarios de real tranquilidad en beneficio de todos los mexicanos.
 
Lo que se ve
 
En el municipio de Córdoba está iniciando con significativo éxito el programa identificado como “empleo temporal”, mismo que es impulsado por la alcaldesa Lety López y que, por sus propios resultados, está favoreciendo con trabajo a numerosos cordobeses hasta hoy desempleados, muchos de ellos como consecuencia directa de la contracción económica que registra el país derivada de los ámbitos pandémicos.
 

Significativo y realmente positivo, es que las autoridades municipales se sumen hacia la búsqueda de crear fuentes laborales, que incluso con características de temporales, habrán de constituir una importante aportación en beneficio de numerosas familias veracruzanas.
 
El programa en referencia, en realidad constituye una real mano extendida, hacia quienes perdieron su fuente de ingresos como parte de los efectos perniciosos de la pandemia, que no sólo ha quebrantado la salud de los mexicanos, sino que de igual forma está generando elevado número de desempleados, escenario que no tiene igual en la historia moderna de nuestro país.
 
Lo que se oye
 

Terrible es el dato en el sentido que el 94 por ciento de casos formalmente denunciados en tierras veracruzanas, sobre el delito tipificado como “violencia de género”, se encuentren sin ningún tipo de solución, situación que obviamente podría representar una falla notoria en los ámbitos de la Fiscalía de Veracruz.
 
Y la cruda realidad es que, por los mismo, por la ausencia de seguimiento apropiado a toda denuncia interpuesta, los hechos de éste tipo de características siguen registrándose, en tanto que quienes los cometen, tiene claro que difícilmente tendrán que responder ante los tribunales por los brutales actos cometidos, incluso en ocasiones sembrando el pánico entre los hijos, quienes están expuestos a secuelas que en nada favorecerán su desarrollo en el marco de la sociedad... Ahí la dejamos.