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Columnas y artículos de opinión
A AMLO no le importa la política, le interesan las causas
Luciano Blanco González
29 de septiembre de 2020
alcalorpolitico.com
Los erróneos juicios que se vierten sobre la administración y sobre el líder de la cuarta transformación, enfocad0s a definir sus acciones como parte de una estrategia electoral, parten de un principio equivocado, si algo no le preocupa a Andrés Manuel, son los procesos electorales, él sabe que los movimientos políticos los tiene en la mano y controlados totalmente tanto los externos como los internos.
 
Son tan poderosos sus instrumentos de control, que cualquier adversario, quien sea, tiembla ante la posibilidad de que el líder se entere de un resbalón que se pudiera interpretar como una posición contraria o de traición que pueda irritar su fina y delicada piel, para esperar que el coraje del líder desate una terrible reacción oral, financiera o penal, tortuosas las tres juntas, cuando sus siempre dispuestos operadores comienzan a investigar, informan y actúan si alguien asoma la cabeza y pueda representar un peligro, que se cuiden porque de inmediato sobre ellos viene una minuciosa investigación, sobre su presente y su pasado, el monto de su fortuna y si las actividades laborales o empresariales desempeñadas de una manera honrada le habrían proporcionado suficientes recursos para sostener el modo de vida que reflejan, si no es así, seguramente es un corrupto, un evasor fiscal, un explotador de los trabajadores, es alguien a quien hay que atajarle el paso e impedir que salte a la palestra para que no siga causando más daño.
 
De inmediato se activa el aparato policiaco del Estado, focalizado actualmente en la Unidad de Inteligencia Financiera, quien inicia un recorrido por toda las áreas en donde el presunto enemigo sospechoso de tener un interés político se ha desempeñado y se comienzan a localizar indicios de malos hábitos administrativos, como contratos que, aunque estén investidos de legalidad cumpliendo todas las normas de operación, pudieran parecer lesivos o simplemente por haber sido autorizados con la firma del posible adversario y para dar gusto y satisfacción al jefe, no importa que su responsabilidad no esté comprobada, eso es lo de menos, la simple sospecha es suficiente para abrir un expediente y enviarlo a la Secretaría de la Función Pública, quienes ubicados en la cadena de complacencias, sin entrar a estudiar el fondo emitirán un fallo condenatorio.
 

La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, comenzará a indagar todos los movimientos y depósitos bancarios no tan solo del individuo, sino también a su familia y a sus colaboradores.
 
Lo que sigue es lo más grave, desde la máxima tribuna de la nación en que se ha convertido “la Mañanera”, con funciones de fiscal y de juez, el dominus con su espada flamígera, lanzará sus ardientes y luminosos rayos cual Luzbel enfurecido, en contra del cual no hay resistente coraza que lo proteja en contra de la verdad o de la mentira que se difunde en contra de la persona elegida y su prestigio.
 
Solo que el defecto en la dicción presidencial es que como lo dice hace sentir que son arranques viscerales que le nacen en el estómago y no es así, cuando él lanza una andada verbal en contra de un fifí futurista lo hace con la convicción obsesiva de cortarle las alas a un depredador que buscaría posicionarse para seguir medrando con los fondos de la nación, que el presidente está empeñado en salvaguardar a cualquier precio, inclusive con su propia imagen histórica.
 

Lo importante para él es el programa, cumplir el fin, cumplir sus compromisos, y todo lo que se le oponga a ello debe de ser exhibido y atajado, alertando al pueblo de México en general sobre las mañas y malas costumbres del intrépido personaje, que se prepare para desplazar del poder a un partido que él fundó con ideales de pureza democrática para servir honestamente a la nación.
 
Hay quienes no comprenden ese esfuerzo y no alcanzan a entender las grandes diferencias en el actuar gubernamental del ayer y del hoy. Ellos elevan su voz con críticas sonoras, añorando los tiempos en que sus puntos de vista eran celebrados y a veces premiados generosamente por quienes mandaban en un ambiente calificado como altamente democrático porque sin importar que fueran críticos o paleros, las empresas a las que servían eran gratificados con jugosas compensaciones que algo salpicaban para el buen vivir y no eran objeto de fiscalización o de señalamientos, en aquel mundo en que todo era felicidad, para sostenerla, los flujos del presupuesto eran fundamentales, ahora que todo se acabó y poco valor da el Presidente a sus denuncias y críticas, esto es el horror y el sucio presagio de una dictadura férrea que se aproxima a pasos agigantados sobre todo México, fundada en la persecución de los líderes y en la represión a sus protagonistas, mismas que ya se asoman por todas partes y sobre quienes ha recaído ya el exilio, la fuerza de las armas, la privación de su trabajo, el espionaje oficial, la amedrentación y la injuria pública que tanto lastima en lo personal y a sus familias que ahora tienen que vivir en el anonimato para no ser amenazados por las hordas de golpeadores apasionados. Inducidos por una violencia verbal enfermiza que se replica desde la cúpula hasta las bases defensoras de la transformación, que los identifican como los cómplices y causantes de sus males pasados y como los posibles culpables de la pérdida de sus dádivas y privilegios que desde su feliz vagancia endémica disfrutan desde su cómoda posición de vividores y mantenidos del gobierno.
 
Al señor Presidente le tienen sin cuidado las manifestaciones de inconformidad sea de Gobernadores federalistas solicitando más presupuesto para sus Estados y con ello poder cumplir con las obras y servicios que le urgen a su población o las mujeres indignadas por la desatención a sus demandas de justicia y atención a los múltiples reclamos que las ha obligado a los actos vandálicos en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
 

O las denuncias de los afligidos padres de los niños con cáncer en reclamos de medicamentos, y al grito de los agricultores de Chihuahua solicitando se les proteja del saqueo de sus aguas, porque finalmente todo solo es política de quienes desean denostar con sus voces huecas su gobierno, su programa y su imagen.
 
Al Presidente no le interesan las elecciones ni está para quedar bien con nadie, ni con nada, que no sea la íntima satisfacción de servir a los más necesitados, a los jóvenes para que se superen, a los ancianos y discapacitados para que no sufran y a México para que tenga justicia libertad y democracia plena, sin manipulación y sin desviaciones.
 
En fin, que ahora que la limpia e intachable bandera en contra de la corrupción se encuentra manchada por los actos deshonestos de los funcionarios del gabinete y por la familia del Presidente, la lucha se queda sin bandera, ni causa justa, perdiendo por ello el gobierno rumbo y sentido de ser, encasillándose en el nicho de la decepción y de lo inútil por la gran esperanza que se depositó en la gran lucha que libró el pueblo de México para sacudirse de la perversidad política.
 

Por si algo faltara, Morena, el gran partido ideado y creado por el Presidente para conquistar y conservar el poder, ha caído en una nefasta y grave descomposición que lo exhibe como una continuidad de los sucios y perversos vicios políticos en los que prevalece el amiguismo, el compadrazgo, el grupismo ambicioso que posterga las causas y el egocentrismo por la codiciosa rebatiña impúdica por el poder.
 
Pero desde fuera se observa la refinada manipulación de la que es objeto en su proceso de selección interna, su dócil burocracia, conformada por funcionarios federales, senadores y diputados, gobernadores afines, súper delegados y funcionarios municipales obedecen al dedo presidencial que al parecer señala al diputado Mario Delgado como futuro Presidente de ese partido, quien se ha caracterizado por ser operador con los peores métodos.- Cayendo inclusive en la antidemocracia.- para ejecutar las órdenes y los buenos designios del líder del país.
 
La entrega de AMLO a las verdearas causas lo han distraído demasiado e inconscientemente ha dejado correr la sucesión presidencial, que ahora se refleja en la designación del nuevo líder de su partido, sobre quien recaerá la selección de todos los candidatos de MORENA en los estados, en los municipios y en la mismísima presidencia que, siendo Mario la cabeza de ese partido, la decisión podría recaer en el Canciller Marcelo Ebrard, quien es parte de la corte pero no forma parte de la familia presidencial, sí siéndolo la actual jefa del gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum de quien las desinformadas redes sociales afirman que mantiene un fuerte lazo de parentesco político con el presidente.
 

Claudia es una buena mujer, cae bien, se ve seria, pero innecesariamente se está poniendo los guantes en contra de las feministas lo que provocará un derrumbamiento dramático de sus posibilidades políticas a futuro.
 
De todos los aspirantes a dirigir Morena solo la sabiduría y congruencia del diputado Porfirio Muñoz Ledo, quien amadrinado por la Sheinbaum lucha por rescatar el prestigio y la continuidad del movimiento, es el único hombre cabal y sincero que engrandecería los grandes principios e ideales por los que junto con AMLO ha luchado por más de una década, lástima, a Porfirio puede no alcanzarle la salud y la edad para tan mayúsculo objetivo, pero si no es el elegido, su anulación será manifiesto preludio de que en ideas limpias y democráticas, todo está por perderse.- por el bien de la causa.