icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Mensajes vía sufragios
Alfredo Ríos Hernández
21 de octubre de 2020
alcalorpolitico.com
*Posponen el carnaval
*Limitan Día de Muertos
*Marina en ruta errada
 
Se podría referir, por encima de los contrapuntos que sobre el tema surgieran, que los resultados electorales en el estado de Coahuila, en los que con notables triunfos electorales el PRI logra una mayoría contundente en la integración del Congreso Local, dejando muy atrás a las propuestas emergidas por el Movimiento de Regeneración Nacional, constituye uno de los mensajes del colectivo social, en una de las regiones de mayor prosperidad en el país, en el cual se manifiesta sin lugar a interpretaciones maniqueas, el notorio y significativo distanciamiento que priva entre los electores, con las características y finalidades que se registran en los marcos del actual (copiemos una afamada referencia) “estilo personal de Gobernar”, en la actual etapa presidencial por la que transitamos los mexicanos.
 

Sobre tales escenarios bien se podría sostener que, en significativa mayoría, el pueblo coahuilense envió un mensaje directo y contundente al Gobierno de la República, en el que se deja sentir su contundente desaprobación, hacia las rutas que para el país aplica la actual estructura del Gobierno de la Federación, ejecutando el electorado un golpe de timón en los marcos estatales coahuilenses, que por su propia intención, salpica negativamente a las estructuras gubernamentales federales, en tanto que el voto ciudadano registra como lectura subliminal el rechazo a las propuestas de militantes morenistas, mismas que aspiraban copar con su doctrina neo-transformista al Congreso del Estado.
 
Un prestigiado maestro en renglones de la actividad electoral, Don José Woldenberg, dotado de mente lúcida y reconocido prestigio, que fue Presidente del Instituto Federal Electoral hace ya más de dos décadas, me comentaba en aquellos tiempos, que tres renglones son singularmente relevantes en el momento de que un ciudadano al interior de la casilla electoral decide “el sentido de su voto”:
 
1.- Que sienta la seguridad en que su opinión cuenta y que, por lo mismo será respetada, o sea, que se respete la voluntad del ciudadano emitida en la casilla electoral y depositada en la respectiva urna.
 

2.- Que en su determinación no se equivoque y en verdad resulte para beneficio de su país, de su familia y de sus entornos hacia un mayor bienestar.
 
3.- Que su determinación electoral sea la garantía de una nación apegada a la legalidad y el claro respeto a los derechos ciudadanos.
 
Tres apuntes fundamentales que deben norman criterios en el seno de una colectividad practicante de la democracia, claro que en esos mismos marcos también están presentes los intereses personales, familiares y en torno a las vinculaciones personales con corrientes políticas determinadas, pero lo fundamental es que la participación democrática está vinculada al desarrollo integral, de un país donde se aspira impulsar el bienestar de la colectividad.
 

Luego entonces, el escenario registrado en México apenas el pasado domingo, en el cual la población de uno de los Estados de nuestra República de mayor prosperidad, como lo es Coahuila, registra una elección de diputados locales con resultado claramente mayoritarios en favor de candidatos del PRI, al tiempo que de la misma forma y en el mismo día, en el Estado de Hidalgo el PRI se alza con el triunfo mayoritario en las elecciones para Presidentes Municipales, son hechos consumados que deben ser indicadores de la seguridad, de la certeza y la legalidad que el pueblo registra para no continuar por la ruta de la llamada Transformación, sino dirigirse a otras alternativas que no sean las sugeridas por el Movimiento de Regeneración Nacional, partido político popularmente identificado como MORENA.
 
Y el impacto de tales efectos se reflejó en el rostro presidencial, cuando al despuntar el lunes su faz no podía ocultar los efectos del desvelo y de la preocupación, porque no es fácil el digerir que antes de cumplirse dos años al frente del Gobierno de la República, los electores de dos entidades del país marquen su distancia de los actuales estilos y efectos presidenciales, mismos que venían anunciando en todos los ámbitos de la vida pública mexicana, una transformación que oficialmente y por conducto directo del sufragio libre, secreto y legal, el reciente domingo no recibió la aceptación en tierras hidalguenses y coahuilenses, sino que por el contrario, el rechazo fue contundente.
 
Y apegados a los usos y costumbres que enriquecen a los chispazos de la picardía mexicana, no son pocos los que comentan sobre los resultados electorales que desgastan el liderazgo del Movimiento de Regeneración Nacional, al tiempo de retornarle gestos de credibilidad al PRI, lo que induce hacia la reflexión que en la jornada electoral del domingo anterior, se podría confirmar que para un significativo sector de mexicanos, sigue teniendo vigencia aquello de “más vale malo conocido que bueno por conocer”... Ahí la dejamos.
 

Lo que se lee
 
Cubrirse el rostro con máscaras o maquillajes de especiales características, ha sido desde sus inicios parte esencial e insustituible de las fiestas del carnaval, tanto en la distante y bella Venecia, como en el embrujador Río de Janeiro y obviamente en el alegre Puerto de Veracruz, pero pareciera que los “tiempos transformadores” dictados en tierras mexicanas a la sombra de acciones político-partidistas, ahora nos obligan a un cambio de tradiciones, porque el carnaval jarocho de este año, ya no iniciará el próximo mes de febrero precisamente como preámbulo de la cuaresma, sino que la orden oficial en acuerdo con el Comité de Carnaval es que (por el momento) se posponga y posteriormente se determine la fecha para su celebración.
 
Ahora sí que el viejo adagio de que “después de la fiesta viene la peste”, ha resultado al “revés volteado”, porque en el ya próximo año, el carnaval veracruzano se habrá de celebrar después de que finalice su danza macabra del coronavirus que nos asecha, nos contamina y nos elimina.
 

Y no es criticable bajo ningún concepto la determinación asumida por autoridades municipales del puerto de Veracruz, porque si algo caracteriza a las actividades carnestolendas lo son las aglomeraciones de asistentes y, tales escenarios son precisamente “el caldo de cultivo” que busca el coronavirus, para hacer sentir sus efectos que pueden resultar mortales.
 
Ahora sí que habremos de esperar que pasen los tiempos de nortes huracanados, para que celebremos el carnaval jarocho... Y más vale decir que despacio y dándole tiempo al tiempo nos amanecemos.
 
Lo que se ve
 

Y todo augura que el esplendor en los panteones para la ya cercana festividad del Día de Muertos, celebración que a diferencia del carnaval no es posible posponerla, habrá de efectuarse básicamente a la distancia, sujetándonos quienes puedan hacerlo a la instalación de ofrenda con su respectivo copal, sin embargo, las limitantes de la actividad comercial en centros comerciales y mercados, incuestionablemente influirá en un decrecimiento económico en el transcurrir de la celebración.
 
La cancelación de festividades y limitaciones en las mismas, también han favorecido el desarrollo de una economía pandémica, porque ciertamente ya “desde andenantes” veníamos con quebrantos en los bolsillos y en diversos programas de desarrollo integral, pero la pandemia contagió a nuestra economía, la cual, al encontrarse en estado de indefensión se convirtió en uno de los reflejos pandémicos de mayores preocupación, mismos que en lugar de disminuir en sus impactos negativos, se han venido acrecentando dañando a la economía en lo general... De que vamos de mal en peor, ni dudas caben.
 
Lo que se oye
 

Cierto es lo que refieren los marinos mercantes mexicanos, quienes portan en todo el mundo distintivo de capacidad y honorabilidad, en el sentido que el desplazamiento de profesionales civiles de la marina mercante mexicana, en los ámbitos de la administración de puertos, no sólo constituye una agresión anticonstitucional perversamente diseñada para militarizar los puertos mexicanos, desplazando con ello a quienes de siempre han referido eficacia y honorabilidad en dichos espacios, que por lo mismo son prestigiados a nivel internacional.
 
La medida (ante el prestigio internacional de la Marina Mercante) originará incluso severas interrogantes en los ámbitos internacionales lo que, por simple lógica, podría desembocar en un decrecimiento de la confiabilidad de empresas, en los trámites y operaciones que se realizan actualmente por expertos oficiales de la Marina Mercante Mexicana.
 
Ya para muchos mexicanos e incluso en el extranjero, en México estamos dando pasos hacia atrás y, tales escenarios, inician sus efectos negativos en torno a la economía mexicana, por cierto, hoy es martes: Ni te cases ni te embarques.