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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Los saqueos de viviendas
Alfredo Ríos Hernández
29 de octubre de 2020
alcalorpolitico.com
*Azúcar agrava pacientes
*Jóvenes sin claro futuro
*Amenaza el Cisne Verde
 
El robo a casas habitación se ha convertido en una pesadilla en tierras veracruzanas, pero existen regiones como el municipio de Córdoba y sus entornos, donde esta actividad ya forma parte de la cotidianidad, tanto así que los cordobeses de hecho han agudizado sus actitudes personales y familiares, para resguardar su patrimonio y evitar (con sus propios recursos) el ser víctima de los saqueos y destrozos que ejecutan grupos delincuenciales, que por su propia forma de operar los refiere como personas lamentablemente contaminadas, no sólo por la inmoralidad y la desadaptación social, sino también por su rechazo a practicar el esfuerzo personal, para superar con ello sus condiciones de vida por las rutas del trabajo cotidiano y el respeto hacia sí mismos, valores que de no existir, convierten a las personas en lacras sociales que contravienen los pilares elementales del bien común, los cuales de manera imprescindible deben privar en todos los ámbitos de la sociedad.
 

Quien roba y al mismo tiempo daña todo lo que encuentra a su paso, refiere por sus propias actitudes su clara desadaptación de las normas básicas de convivencia y respeto, que deben imperar en el marco social, por lo que todo individuo que ingresa a un hogar o propiedad cualquiera, con la idea ya no sólo de robar valores, sino causar daños a todo lo que tiene frente a sí a su paso, lo que conforma el valioso patrimonio de una familia o de una empresa, debe de ser perseguido, ubicado y sancionado con apego a las leyes y con el apropiado rigor.
 
Pero es inobjetable evaluar en el marco del colectivo social, que si en una región tales actos de latrocinio y destrucción se suscitan con frecuencia, como lo que hoy acontece en distintos municipios de tierras veracruzanas, incluyendo a la región cordobesa, escenarios de tal naturaleza también obligan a dirigir la mirada hacia las instancias del servicio de seguridad pública que los gobiernos municipales, estatales y el federal, tienen la prioritaria obligatoriedad de prestar, no sólo con la apertura de oficinas, tecnología y elementos suficientes y capacitados en materia de seguridad, sino aparejado a ello o como resultado de tales estructuras, la obligatoriedad incluye la efectividad en los resultados, que nunca deben de ser escenarios de politiquerías y afanes de referir eficacia inexistente (como actualmente acontece) sino que simple y sencillamente “los resultados refieran por sus propias dimensiones su efectividad y honorabilidad”.
 
En la mayoría de los municipios veracruzanos y del país, la sociedad por entero (al margen de los renglones pandémicos) coincide en que el desarrollo en el renglón de los delitos enmarcados en escenarios de robos y asaltos, constituyen uno de los factores que por sus propios efectos desgasta la tranquilidad social, al igual que oxida la imagen de los ámbitos gubernamentales que conforman los cuerpos edilicios municipales, así como a las instancias estatales y federales, efectos negativos que con recurrencia son desdeñados en el sector oficial, indicador del notorio reflejo de que en México la voz y lo intereses de la colectividad, desafortunadamente no registran ningún impacto positivo claro y contundente en las instancias gubernamentales.
 

La reciente historia (de apenas hace tres días) de una reconocida profesionista orizabeña, que junto con su acompañante de viaje fueron inhumanamente torturados y asesinados en la región montañosa del Estado de Puebla, habla por sí misma de la impunidad que priva en nuestro país no sólo para violentar, destruir y robar lo que los mexicanos compran con producto de su esfuerzo, sino que la autoridad también permite, tolera o coincide (¿de qué otra manera se podría interpretar?) que hordas delirantes de mexicanos manipulados, procedan a la ejecución de linchamientos, escenarios de asesinatos que históricamente constituyen uno de los perfiles de mayor degradación de la inteligencia del ser humano, así como del espíritu de la justicia.
 
En todo hecho criminal inseparablemente existen los orígenes y sus consecuencias, podríamos referirnos a las “Causas y los Efectos”... Y en un análisis sereno y concreto sobre la proliferación de robos a casas habitación por doquiera (como acontece en la zona central veracruzana) debe apuntarse que existen porque los sistemas de seguridad que se aplican en México, no son efectivos para prevenir e inhibir la ejecución de actos delincuenciales, no existe en el caso de Veracruz y de muchos otros puntos del territorio nacional, políticas integrales de prevención frente a posibles acciones delictivas, sino que por el contrario, esperamos que se registren para apretar el timbre de alerta y salir corriendo hacia los escenarios del ilícito... Obvio, cuando arriban nuestras fuerzas de seguridad “todo se ha consumado”... “Nerón se lavó las manos”.
 
Las políticas de seguridad en nuestro país consisten en “perseguir” a los delincuentes, no en “prevenir y desestimular” probables actos delincuenciales, como decían nuestros bisabuelos, practicamos las acciones de salvamento, pero “después del niño ahogado”.
 

Ello aconteció en el reciente linchamiento de la reconocida profesionista del Derecho y su acompañante, al igual que sucede en la proliferación de saqueos y destrucción que se registran en viviendas, así como de oficinas en la zona de Córdoba y muchas regiones más... Pero a más de ello, el pueblo, la colectividad, desafortunadamente le tiene igual de miedo a la policía que a los asaltantes: ¿Cuáles serán los motivos, las causas o las razones?... Ahí la dejamos.
 
Lo que se lee
 
Que de acuerdo a recientes investigaciones médicas, el consumo de azúcar es una de las causas que elevan los niveles de gravedad en el caso de contagios por el Covid-19, referencia que ha originado en redes sociales una fuerte campaña para que la población disminuya de manera significativa y elimine, si es posible, el consumo de dulces y bebidas que contienen azúcar, con la finalidad de disminuir los riesgos de gravedad en caso de ser contagiados por el peligroso coronavirus.
 

Se asegura que el endulzante disminuye los efectos de los medicamentos que se utilizan para combatir las agresiones de la pandemia, riesgos que son menores entre quienes no son consumidores de productos que contienen el endulzante.
 
El dato aparejado a la sugerencia, resulta relevante para estos momentos en que la pandemia prolonga la generación de rebrotes en distintas partes del mundo y, en México, el consumo de azúcar es significativamente superior al de otros países... Valiosa recomendación.
 
Lo que se ve
 

De elevada preocupación son los resultados de los análisis ejecutados por especialistas, en los que se apuntan que en México, como efectos colateral de los escenarios pandémicos, más de 641,576 alumnos de los sistemas de Educación Superior, no podrán continuar con sus estudios, lo que obviamente equivale a un impacto sin precedentes para el desarrollo integral de nuestro país...
 
¿Encontrará el Gobierno de la República las respuestas positivas y por lo mismo efectivas, hacia los problemas posteriores a los escenarios pandémicos, que ya se encuentran prácticamente certificados por especialista e instituciones en la materia?... La respuesta se encuentra en el aire.
 
Lo que se oye
 

Que el regreso de la productividad industrial después de superados los efectos pandémicos, podría originar que al retornar en todas sus dimensiones dicha actividad fabril, podría dar origen a la reaparición con dimensiones incalculables del fenómeno llamado “cisne verde”, mismo que se refiere a efectos contaminantes del medio ambiente incluyendo el envenenamiento de aguas, cuyas proporciones podrían resultar incalculables con daños colaterales, tanto para la agricultura y la riqueza forestal, como para especies marinas y la fauna en lo general, lo que representaría una agresión al ecosistema sin paralelo en la historia de la humanidad, cambio climático cuyos efectos directos y colaterales podrían dar curso no sólo a otra crisis inimaginable en los ámbitos de la salud, sino originar por sus múltiples efectos colaterales, la muerte y extinción de aves y especies acuáticas que constituyen parte del sustento alimentario de la humanidad... Paralelamente a todo ello, se apunta que afectaciones de tales niveles de contaminación y sus impactos colaterales, podrían de la misma forma originar la muerte de millones de personas... Cuidado con los pronósticos sobre “el cisne verde”.
 
Los apuntes sobre tales temas catastróficos, bien valdrían el que sean considerados y evaluados a profundidad por expertos en la materia, como una medida precautoria que permitiera orientar a la sociedad sobre los temas en referencia y, derivado de ello, asumir lo que para el caso resulte conveniente... Ahí la dejamos.