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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
¿Y la salud financiera?
Alfredo Ríos Hernández
22 de enero de 2021
alcalorpolitico.com
*Inseguridad pandémica
*El Gobernador y Córdoba
*Reclamos en zona centro
 
El colapso en la actividad comercial, al que se le agregan los agudos declives en el renglón de servicios turísticos, incluyendo en ello a restaurantes, hoteles y obviamente sistemas de transporte, conforman parte del grave colapso económico que se registra en México como efectos colaterales de los escenarios pandémicos, escenarios de dimensiones inimaginables apenas hace catorce meses, días que han sido suficientes para sembrar llanto y duelo en extensos territorios del planeta, al tiempo que los empresarios pequeños y grandes, son negativamente impactados en su gran mayoría por el decrecimiento en la actividad económica, que incuestionable e inexorablemente, constituyen sectores que se han convertido en víctimas (vale la expresión) colaterales, del desarrollo de contagios en el territorio mexicano.
 

En defensa de la actividad económica los empresarios sostienen que “no son los restaurantes y los hoteles responsables del desarrollo pandémico”, porque han aplicado las instrucciones recomendadas en los textos de las normas dictadas por las autoridades, referentes a medidas sanitarias incluyendo la reducción de espacios disponibles para los consumidores, ciertamente la colectividad puede dar fe que tal afirmación se encuentra cimentada por la realidad, sin embargo, ante la aparición de rebrotes del contagio, “lo primero que se castiga” es al sector restaurantero, escenarios que ha colocado al importantísimo sector de servicios turísticos, en situación de eminente quebranto.
 
Es verdad que uno de los factores que influyen en el incremento de contagios pandémicos, lo constituye el exceso de movilidad de la población, reto claro y contundentemente complejo de superar, por el simple hecho que para mantener niveles “más o menos” aceptables en el renglón económico, que no generen quebranto de las empresas (grandes o pequeñas) ni el desarrollo en tales espacios de la factible contaminación del coronavirus, se requiere aplicar medidas restrictivas en todos aquellos escenarios que originen la concurrencia de personas y, en ese concepto (de manera natural) aparece la tradicional interrogante que cuestiona: ¿Qué tanto es tantito?...
 
Para tales casos, un buen amigo me comentaba la fórmula imperante que él mismo calificaba como “el uno sí, el otro no”, o sea, para casos de restaurantes “una mesa sí y otra no”, al igual que en lo referente a las sillas: “Una silla sí pero la otra no”, lo que se puede interpretar que una mesa de seis sillas sólo tres espacios podrán ser utilizados y que en un restaurante con 18 mesas sólo se otorgaría servicio en nueve de ellas... Naturalmente que la fórmula no es del todo atractiva para el restaurantero, por lo que incluso “se podría” aceptar que todas las sillas de las mesas disponibles en el marco de (una sí y la otra no) pudieran ser ocupadas por una familia o un grupo de amigos, pero invariablemente respetándose la fórmula de una mesa sí y la otra no.
 

Obviamente aparejado a ello deben existir disponibles los desinfectantes y redoblar medidas de higiene en toda el área del establecimiento, incluyendo los sanitarios y obviamente la cocina.
 
Claro que tales reglas que limitan los espacios disponibles en restaurantes, agregado a que muchos son los mexicanos que precisamente por la pandemia se abstienen hasta de salir de vacaciones, complican la economía de tales establecimientos, por lo que en dicho ramo económico notoriamente significativo, se ha registrado de manera obligada la reducción de personal, escenarios que han colocado a miles (o serán millones) de familias mexicanas, sin los ingresos que antes percibían, efectos económicos negativos que de inmediato debilitan los niveles productivos del país.
 
Las referencias en torno a los negativos efectos económicos a los que otorga curso la pandemia, se registran prácticamente en todos los renglones de la economía, con realmente pocas excepciones, como podría ser el caso de las farmacias o de centros hospitalarios (o de servicios funerarios y cremaciones) por lo mismo, los tiempos actuales también y de alguna forma requieren (para no externar que “reclaman”) por un lado notoria eficacia en los espacios gubernamentales, tanto para contener el desarrollo pandémico, como para actuar con creatividad y eficacia en lo referente al sector productivo, aplicando estrategias apropiadas para frenar el declive financiero y evitar la pérdida de plazas laborales.
 

El orden, la productividad, la seguridad social, la asistencia médica eficiente y oportuna, así como programas emergentes para contener el derrumbe financiero, todo ello, no con el imperio del poderío gubernamental, sino de la mano con el sector productivo, constituyen acciones insustituibles que se deben aportar en todas sus dimensiones, para afrontar los escenarios pandémicos que hoy nos lastiman, tanto en el renglón de salud púbica, como en el vinculado con la “salud financiera”.
 
Lo que se lee
 
Todo hace indicar que los escenarios pandémicos también han incidido en un mayor nivel de robos a establecimientos comerciales, así como a casas particulares, referencias que no deben desvincularse de los efectos colaterales de la crisis en ámbitos laborales, mismos que se incrementaron a la sombra del disparo en el desempleo, a la par que los organismos oficiales tanto estatales como nacionales, responsables de proteger a la colectividad de agresiones delictivas, mantienen los mismos rangos de ineficacia que de siempre, por más que se difunda que existen “notorios” avances en materia del combate a las actividades delictivas, lo que no coincide con la opinión de la sociedad.
 

Ciertamente se han registrado confrontaciones violentas entre cuerpos de seguridad y núcleos de organizaciones fuera de la Ley, pero pese a tales escenarios, la sensación notoria de inseguridad sigue privando entre la sociedad veracruzana, reacción que se encuentra claramente fundamentada ante el registro de hechos sangrientos, así como asaltos, robos, extorsiones e incluso secuestros, que por sí solos constituyen el claro reflejo de que, en tierras jarochas, la seguridad constituye un reto aún no materializado ni en Veracruz, ni en muchas otras entidades del país.
 
Lo que se ve
 
Para evaluar y supervisar los programas de seguridad y de contención a la pandemia, el gobernador veracruzano, Cuitláhuac García Jiménez, refirió que sus primordiales compromisos con la región cordobesa es el restablecer mayores niveles de respuesta en favor de la tranquilidad de la población, así como aplicar los programas apropiados para contener el desarrollo de mayores efectos pandémicos en la región central veracruzana.
 

Insistió en que el bienestar del colectivo social es el objetivo fundamental de su administración, pero para ello se debe contar también con la disponibilidad y entusiasmo de la sociedad, con la finalidad que, junto con el Gobierno, se alcancen los objetivos de bienestar proyectados en los marcos de la Cuarta Transformación.
 
Córdoba y la región, como otras zonas de la Entidad, en los últimos años (incluso antes de la pandemia) registra claras referencias no sólo de estancamiento económico, sino incluso de pasos hacia atrás en lo que se refiere al desarrollo integral de la colectividad, por lo que sería notoriamente saludable que la administración estatal, encontrara las rutas que permitan favorecer al municipio y la región, con la instalación y operaciones de nuevas plantas industriales, por lo que sería positivo que el Gobierno del Estado, de común acuerdo con los municipios de la zona, estimularan la construcción de una zona industrial, pero realmente de primer nivel, por vía de la cual se le restituyera al municipio cordobés y los del entorno, el ahora debilitado prestigio como centro de desarrollo comercial e industrial, objetivo que bien se podría alcanzar con el respaldo del Gobierno del Estado, porque la realidad es que, hasta la fecha, nada se ha realizado en tal sentido.
 
Lo que se oye
 

En materia de inseguridad, el corredor integrado por los municipios de Ciudad Mendoza, Nogales y Río Blanco mismo que integrado con el municipio de Orizaba e Ixtaczoquitlán, podría considerarse como probablemente el más prolongado del Estado (salvo el que conforman el puerto de Veracruz, Boca del Río y Alvarado) de hecho esta está considerado como uno de los tramos de mayor incidencia delictiva en la zona centro veracruzana, hecho que preocupa a los habitantes de la región, pero que requiere que también preocupe y ocupe a los ámbitos de seguridad pública y estatales e incluso federales, dado que cada día es mayor el temor que invade a la población, ante la constante incidencia de hechos delincuenciales en diversos rubros... ¿Hasta cuándo? es la pregunta que priva en la región veracruzana de las altas montañas... Ahí la dejamos.