icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
De la esperanza, a la exasperación
Helí Herrera Hernández
8 de marzo de 2021
alcalorpolitico.com
[email protected]
Twitter: HELÍHERRERA.es
 
Cuando el coronavirus avanzó por todo el mundo y empezó a causar estragos, no solo en la salud de cientos de millones de seres humanos, sino en la economía de todas las naciones, la búsqueda de medicamentos y una vacuna para contrarrestar a la pandemia, fue lo primero que ocupó a los científicos de la medicina.
 
Se inició así una lucha contrarreloj en todo el planeta, de infinidad de laboratorios para encontrar el antídoto que viniera a detener el contagio que avanzaba a pasos agigantados en los continentes, generando decenas de miles de fallecidos.

 
Varios miles de millones de dólares, euros, rublos y libras esterlinas empezaron a destinarse a centros de investigación, laboratorios, universidades y médicos especializados para que se dedicaran, de tiempo completo, a encontrar la cura y/o la vacuna, y así, en un lapso de tiempo sin precedentes en la historia (10 meses), empezamos a tener noticias, primero del gobierno ruso, cuando el 11 de agosto de 2020, Vladimir Putin anuncia la vacuna Sputnik V, y más adelante Pfizer y BioNtech hicieron realidad el sueño y con ella, la esperanza de la cura en el mundo.
 
Venía la etapa de la comprobación y sus tres fases, luego el periodo de las autorizaciones por los organismos mundiales de la salud, y pasado esto la producción de las vacunas, pero a cada paso, la sociedad entera festejaba ya su aparición y hacían cuentas de la fecha en que podrían tener acceso a cualquiera de éstas, para terminar de esa forma con esta terrible pesadilla, que para finales del año 2020 ya había superado los 2 millones de muertos en el planeta.
 
Empezamos a conocer las compras que los gobiernos de las naciones comenzaron a realizar para apartarlas, destacándose el nuestro que anunció varios millones de dosis, y concatenado a éste, las fechas para la vacunación, precisando que en este año quedaríamos vacunados prácticamente todos los mexicanos mayores de 18 años, dado que iban a ir a un ritmo de 500 mil vacunas aplicadas por día.

 
Hoy, al observar las estadísticas que arroja el proceso de vacunación en el país, el temor y la angustia empiezan a calar hondo en todos nosotros, porque estamos muy alejados de recibir la preciada vacuna y con ello, se aleja la posibilidad de librarnos de esta horrenda pesadilla que hemos padecido por más de un año.
 
El promedio de vacunas que se aplican en este país (menos de 80 mil por día), nos llevaría, si se siguiera bajo ese ritmo sin parar un solo día, a 1125, es decir, más de tres años para inocular a los más de 85 millones de mexicanos aptos para recibirla, lo que conllevaría a tener centenas de miles de contagios, y decenas de miles de muertes aún.
 
Se requería una logística de vacunadores profesionales suficientes para aplicar, a partir de este lunes 8 de marzo, en todo el país, un promedio de 523 mil vacunas diarias para terminar de inocular a los 85 millones de compatriotas mayores de 18 años, y cumplir así la meta que el gobierno federal nos ha vendido de lograrlo a más tardar en el mes de agosto de este año.

 
Sinceramente, y después de ver la lentitud con la que vacuna el personal de salud (en Los Estados Unidos, con la llegada al poder de Joe Biden, se han estado vacunando un promedio de 2.4 millones de ciudadan@s diariamente, y este lunes ya alcanzaron la inoculación 90 millones de estadounidenses), se me oscurece día a día la esperanza de recibir en este mes de marzo mi vacuna, como lo había prometido López Obrador en una mañanera >en marzo terminarán de vacunar a todos los adultos mayores de 60 años dijo<, y veo lejos, muy lejos ese sueño de recibir la primera dosis.
 
Mi esperanza se transformó hoy a exasperación, y angustia de seguir expuesto, a pesar de todos los cuidados que tengo.