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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
La irreverencia electoral
Alfredo Ríos Hernández
23 de marzo de 2021
alcalorpolitico.com
*El turismo pandémico
*Prosigue listado mortífero
*¿Y la vacuna hospitalaria?
 
Dicen los expertos en sociología, que en el marco del colectivo social “el respeto mutuo y la solidaridad recíproca” representan la más positiva referencia para otorgarle validez a la convivencia social, a lo que otros agregan que ello, constituye la capacidad de los integrantes del colectivo social, para entenderse entre sí, lo que por sí mismo en “sociedades civilizadas” constituyen el cimento “de valorar y aceptar las diferencias”.
 

Bajo tales conceptos sobre tendencias del colectivo social y reconocimiento a los valores de la convivencia, la interrogante que en los días actuales surge de manera espontánea, es si en el marco de los escenarios gubernamentales, existen las condiciones realmente apropiadas para que un gobierno de origen “morenista” como el que a nivel estatal priva en Veracruz, se encuentre ante la posibilidad de encontrar respuestas positivas, por parte de los diversos partidos políticos, para que todos los dirigentes respondan apropiadamente al llamado del Gobierno del Estado, para firmar un pacto de civilidad y de respeto mutuo y apego a la legalidad, ello, cuando en el transcurrir de los últimos dos años y días del actual sexenio gubernamental, estatal y federal, los partidos políticos PRI y PAN, al igual que sus ocasionales aliados, han sido el blanco invariable y constante de una prolongada campaña de descredito y descalificación, emanada tanto de gobiernos estatales de orígenes “morenistas” como del Gobierno Federal, identificados como del mismo cuño.
 
Difícil sería (o acaso imposible) registrar una conferencia “mañanera” de prensa, en donde personalmente el poseedor de la silla presidencial, no descalifique, recrimine e incluso condene a funcionarios emergidos del PAN y del PRI... Tema que con menor frecuencia, pero con características reiterativas, también es abordado por los voceros de la estructura de Gobierno Veracruzano, incluyendo a funcionarios del más elevado nivel.
 
Es incuestionable e innegable precisamente por el peso de la verdad, que no se tiene memoria en la historia de la vida política de México en numerosas décadas, de campañas gubernamentales de tales dimensiones, todas ellas que sólo un párvulo ingenuo no podría acreditar como una precampaña electoral, que emergió el día de la toma de posesión del actual régimen gubernamental y que sigue vigente hasta los días actuales (más de dos años después) referencia más que suficiente para que partidos que se sienten agraviados, respondan con negativas al llamado de respeto mutuo en favor de la democracia, por parte de quienes han orquestado escenarios totalmente contrarios a tales llamadas y propuestas entre las diversas organizaciones partidistas.
 

Pero a más de ello, el más obligado a respetar las normas de la vida democrática es precisamente el sector gobernante, sea el municipal, el estatal y ya ni se diga del federal, porque como alcaldes, gobernadores o Presidente de México, incluyendo a diputados y senadores, se encuentran más obligados que nadie de actuar en los marcos de la legalidad, de la cordura y del respeto tanto hacia los partidos políticos, como a los candidatos, más que nadie la discreción en las tareas de gobierno o en el marco legislativo, deben ejecutarse con marcado reflejo de respeto a lo no intervención en procesos de campañas electorales, ajenos “pero de verdad” a toda actitud o declaración, que pudiera influir en favor o en daño de cualquier candidato o partido político, hecho que de presentarse debería o debiera ser castigado con todo el rigor de las leyes.
 
Sin embargo, ya se aprecia de propia voz de funcionarios públicos, su interés por intervenir y opinar en torno al proceso electoral, lo que insisto, si las leyes realmente se cumplieran, quienes rompen con tales disposiciones, deberían ser sujetos de las sanciones a las que dieran lugar, sin diferencias ni tibiezas, salvo que se quiera confirmar, que vivimos en los marcos de un sistema donde la Ley se aplica al margen de la honorabilidad, así como de gobiernos que incumplen con su responsabilidad... ¿O estamos equivocados en la exposición de las causas, los efectos y los orígenes sobre el tema?
 
Lo que se lee
 

Resulta incuestionable que uno de los efectos pandémicos más notorios en ámbitos económicos, lo ha sido el desgaste severo originado en la actividad turística de México y, en caso especial, en los ámbitos turísticos de la entidad veracruzana, sector que de manera conjunta ha perdido millones de pesos y que, lamentablemente, el túnel para emerger hacia la brillante recuperación se ha prolongado, lo que castiga desde al vendedor de nieves, hasta los más sofisticados hoteles y centros nocturnos.
 
Y pese a ello no se logra (ni siquiera distante) contemplar la luz, indicadora del final del túnel, por el contrario, pareciera que los idus de marzo pronostican mayores calamidades y así la industria turística, e incluso lo referente al turismo de negocios, sigue en su estancamiento, sin la esperanza de una solución cercana, lo que ha derivado en reducción de personal al tiempo que la ocupación hotelera, en lugar de incrementar sigue con tendencia hacia la baja.
 
Debe quedar claro en instancias gubernamentales, que el turismo representa una de las actividades con mayor potencialidad de derrama económica, cuyos beneficios alcanzan a mayor número de beneficiados, por lo mismo, las autoridades deberían iniciar el diseño de estrategias que, de alguna forma, origine un incremento en resultados positivos en beneficio del apuntado sector, teniendo en cuenta que dicho ramo es generador de beneficios colaterales múltiples, por lo que conforman parte de la “joya de la corona” en numerosos países y regiones del mundo entero, incluyendo a las tierras mexicanas y zonas en especial, como las veracruzanas.
 

Lo que ve
 
Los otros espacios preocupantes que conforman los escenarios pandémicos, apuntan que en el territorio nacional estamos muy cerca de alcanzar la cifra de 200 mil muertos, todos ellos víctimas de la pandemia que sigue latente en el país, arrojando 198,239 fallecimientos, lo que nos indica que en fecha muy cercana iniciaremos el conteo que inicia la conformación de un centenar más de fallecimientos, apunte que podría proseguir (si la mortandad no decrece) hasta sumar un cuarto de millón de fallecidos.
 
Se habla que hoy existen hospitales con mayores espacios para atender a pacientes en peligro, pero lo más importante sería que los efectos pandémicos realmente decrecieran como resultado del proceso de vacunación, mismo que no ha resultado con la agilidad deseada, ello porque no se adquirieron las vacunas con la oportunidad apropiada y nos encontramos en las listas de espera ¿hasta cuándo?... Tampoco disponemos de una respuesta en ése sentido.
 

Lo que se oye
 
Clara que todos los médicos y personal hospitalario en lo general, deberían de ser calificados como ciudadanos prioritarios para recibir la vacuna, para no ser víctimas de la pandemia que nos amenaza, ellos incuestionablemente conforman parte de un sector que corre elevado riesgo de contagio, porque incluso a los centros médicos privados o públicos, arriban muchas personas que pudieran ser asintomáticos, lo que eleva las posibilidades de que el personal médico resulte contaminado.
 
De alguna forma las autoridades deben ampliar los programas de vacunación emergentes, también hacia el personal médico en lo general, brindando protección a un sector que, por su propia actividad, debe ser considerado como de elevado riesgo... Ahí la dejamos.